Capítulo 16

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—Hay que hablar con el director Brown. —dijo Shawn dejando los libros en su taquilla.

Suspiré y apoyé mi espalda en la taquilla de al lado.

—Tiene razón, no puede hacerte eso cuando fueron ellas la que empezaron. —añadió Conan a mi lado.

—Es su decisión, ya no hay vuelta atrás. —contesté. —No importa, chicos. Todo está bien.

Peiné mi pelo mientras veía pasas a todas esas personas por el pasillo en dirección a la salida.
La chica de la coleta y Noah pasaron por allí y me miraron con desprecio, en mi lugar, les sonreí de una manera tan amarga que me dió asco hasta a mi.

—Tienes la mano fatal. —dijo Conan cogiendo mi mano con cuidado. —Mírate los nudillos.

Acarició mis morados e hinchados nudillos.

—No es nada, se curará. —contesté mirando al frente.

—Ve al médico, puede que tengas algún hueso roto. —insistió.

En ese momento, Billie pasó por delante nuestra y me miró con una sonrisa. Sus ojos se fueron a la mano que Conan sostenía e inspeccionaba y su sonrisa se borró.
Continuó caminando, cogí mi mochila y fuí detrás de ella.

—¡Bil! —grité.

La alcancé y caminé a su lado.

—¿Dónde están las chicas?— pregunté.

—Se quedan una hora más para terminar un trabajo. —dijo mirando al frente.

—¿Quieres que te lleve? —me ofrecí. —Siempre vas con Drew y tu casa queda lejos.

Llegamos al estacionamiento y se detuvo.

—Mi padre ha venido a buscarme. —contestó señalando con la cabeza hacia delante.

Miré hacia allí y vi aquel Mercedes negro de última generación, su padre estaba apoyado en la puerta fumando un cigarro. Llevaba gafas de sol y un traje de corbata negro.
Cualquiera podría confundirlo con un guardaespaldas.

—Oh, ya veo. —volví la vista a ella, quien me miraba con su típica expresión neutra.

—Hasta mañana Ali. —me dijo.

—Hasta mañana. —contesté.

Me acerqué para darle un abrazo pero ella retrocedió un paso.

—No, será mejor que no hagas eso. —dijo seria.

La miré extrañada.

—¿Por qué? —pregunté.

—Nos vemos. -dijo sin más y se retiró hacia el coche con la mochila en su mano.

No se colocó la mochila en la espalda en todo el día.
Un mal presentimiento se apoderó de mi, pero hice caso omiso.

Caminé hacia mi coche y antes de llegar, me crucé con Conan maldiciendo dentro del suyo.

—¿Pasa algo? —pregunté desde la ventanilla que estaba bajada.

—Esta mierda no arranca, ¡joder! —golpeó el volante.

Miré hacia el interior.

—¿Las luces las has encendido ahora? —pregunté.

—Las lu... mierda. Han estado toda la mañana encendidas. —contestó resoplando en su asiento.

—No tengo pinzas para encender la batería, pero puedo llevarte a tu casa y así buscas a alguien que tenga, tu padre o alguien. —me ofrecí.

Me miró y asintió.

After you | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora