Capítulo 49

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Después de aquel maravilloso abrazo con mi madre, donde lloré de plena felicidad y donde sentí que el corazón se me salía del pecho, me giré hacia las chicas inundada en lágrimas.

Inmediatamente alzaron sus brazos y nos fundimos en un abrazo.

—Chicas yo... —sollocé.

—Ni se te ocurra decirlo. —dijo Drew.

Nos separamos y cogimos nuestras manos.

—Nueva York no está tan lejos, además... No vais a libraros de nosotras tan fácilmente. —dijo Zoe con una enorme sonrisa en los labios.

Las miré a los ojos con una sonrisa, pero volví a estallar en llanto y volví a abrazarlas.

—Os voy a echar de menos. —les dije.

—Y nosotras a ti, Davis. —dijo Drew.

***

Anoche acabé bebiendo demasiado, celebramos una despedida a lo grande y me reí con ellas como si todo lo malo del mundo no existiera.

Las extrañaría demasiado, pero prometieron que nos visitarían lo más amenudo que pudieran, ellas me dijeron que sólo querían verme feliz.
A mi y a Billie.

Cuando me calmé un poco y pude hablar de manera normal y entendible, llamé a Billie.
Ese momento fué el más feliz de mi vida, ella me dijo entre lágrimas que le había costado muchisimo guardar el secreto, que se moría de ganas por decírmelo.
Lloré de nuevo, las dos. Tenía tantas ganas de verla que el hecho de que nos mudáramos a Nueva York hacía latir con fuerza mi corazón y mis piernas temblaban al pensarlo.

—Buenos días, borracha. —Drew entró a mi habitación seguida de Zoe y la morena me lanzó un cojín.

Me dió en la cara, y por la resaca acabé de nuevo estirada en la cama.

—Me duele todo. —le dije.

—Ayer eras el alma de la fiesta. ¿Qué te ha pasado? —bromeó Zoe apoyándose en el marco de la puerta.

Me reí y me senté de nuevo en la cama, frotando mis ojos.

—¿Eso que huelo es café? —pregunté adormilada.

—Sí, tu madre ha preparado un desayuno a lo grande. —explicó Drew.

Inmediatamente me levanté, me lavé la cara con agua fría y bajamos todas a la cocina.

***

Mi madre no solía cocinar en Navidad. Siempre habíamos comido cualquier cosa sencilla, y ella había acabado la noche demasiado embriagada para llegar a su cama. Esta vez todo era diferente, la veía con ánimos, feliz, con una sonrisa en su rostro.

Faltaban dos días para año nuevo, y la familia de Zoe y Drew terminaron siendo buenos amigos de mi madre gracias a las reuniones Navideñas en cualquiera de las casas.

—Está bien, hablamos luego, amor. —dije aguantando mi móvil con el hombro mientras rebuscaba en mi armario.

—Hasta luego, preciosa. —contestó Billie tras la línea.

Emitió el sonido de un beso, se lo devolví y colgué.
Adoraba escuchar su voz durante un rato.

—¡Alisson! —gritó mi madre, entrando con prisas a la habitación.

Se la veía emocionada, y no sabía si eso era bueno o malo.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Dejé de colocar mi ropa y me acerqué a ella.

After you | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora