Orquídeas de Hielo

6. MEDIANOCHE

Hola gente linda ¿Cómo los trata este miércoles? XD

Hoy les traigo un nuevo capitulo, aprovechando que tengo tiempo *.* les cuento que este es de mis favoritos, así que ¡¡agárrense fuerte!!

A LEER :D

--------------------------------------------------------------------------

- ¿Es necesario que vayas? –Pregunto un desanimado moreno recostado en el marco de la puerta mientras Rusia terminaba de vestirse.

Habían pasado unas semanas desde que arreglaran el invernado y aunque disfrutaba de cuidar de sus nuevas plantas, le estaba cogiendo el gusto a arruncharse solo con Rusia en el sillón de la sala. Pero esa noche no iba a poder hacerlo pues el ruso, debía presentarse a una estúpida cena en Ginebra, se iban a discutir tratados sobre visas para terminar en una integración de países, por lo que todos estaban invitados.

-Los ministros quieren que entregue una nueva propuesta de turismo a ONU- Dijo Rusia, la verdad el tampoco quería ir a esa cena, prefería quedarse con su amigo, pero tenía que cumplir órdenes o lo que estaba planeando se podía desmoronar.

-Entiendo –Contesto Colombia, la verdad es que él también tenía ganas de salir esa noche, pero no quería presentarse delante de ONU sin una respuesta y, además, no tenía nada que mostrar en la reunión, aunque había tratado de hablar con su presidente hace unos días, el cerdo ese se había negado a levantar la sanción, por lo que seguía exiliado de su nación, mientras Bogotá realizaba todo su trabajo.

Se quedaron en silencio un rato, Rusia acomodando su ropa mientras el latino lo miraba atento a cada movimiento, a sus ojos, su amigo se veía muy bien esa noche, ese traje gris y camisa negra de cuello de tortuga y en general todo el conjunto resaltaba su bello perfil y el color de sus ojos, se veía demasiado sexy reconoció con una sutil sonrisa. Pero lo que jamás admitiría en voz alta, era que le daban celos que Rusia fuera a esa cena, bien sabia el latino que muchos países aprovechaban esos eventos para seducir a otros y llevárselos a la cama, y Rusia hoy se veía delicioso, sería una presa tentadora para cualquiera de esos pervertidos

- ¿Estas bien? te noto algo decaído –Comento el ruso mientras terminaba de ponerse su reloj, no llevaba su inseparable gorro por lo que su cabello estaba peinado hacia atrás, parecía un modelo de revista a ojos del latino.

-Es que tengo un palpito –Dijo Colombia, todo el día había estado con molestias en la espalda baja y en el vientre, que solo se calmaban con la voz del ruso.

- ¿Un qué?

-Creo que estoy algo nervioso.

Sus ojos dorados miraban al piso pues no quería que Rusia notara su mirada triste, a lo mejor estaba haciendo drama por nada y terminaría por arruinarle la noche a su amigo. Pero los fuertes brazos del otro envolviéndolo en un cálido abrazo lograron que levantara la cabeza, bueno, la mano de Rusia también ayudo, por lo que Colombia rodeo ese fuerte torso con sus brazos, una posición cómoda para su pansa de cinco meses.

-No tienes por qué- Susurro el ruso, odiaba ver esos bellos ojos tan apagados-Moscú se quedará esta noche, cualquier cosa que necesites pídesela, yo no tardare en llegar.

-Lo sé- Respondió Colombia, mientras se soltaba de su agarre y escondía su cara en el pecho del otro, el olor de Rusia solía calmarlo- A lo mejor son las hormonas, que me tienen re paila.

Pero era mentira, aunque extrañaba a Ucrania cuando no estaba, lo que sentía en su pecho al ver a Rusia partir era muy diferente, pero no estaba listo para afrontar esos sentimientos todavía, por eso su cabeza siempre le decían que eran las hormonas que lo tenían tan alterado cuando estaba al lado del ruso y no lo que su corazón trataba de decir. Se quedaron abrazados otro rato, Rusia disfrutaba de pasar sus manos por esa delicada espalda y sentir el suave aliento de Colombia golpeando su camisa, a él tampoco le agradaba irse, pero era mejor cumplir.