Orquídeas de Hielo

8.ANIMA

Buenos días chicas y chicos!!! ¿Cómo la están pasando en esta bella mañana??

Como prometí ayer y gracias a Jali_star, aquí les traigo el siguiente capitulo de esta historia jejeje, 

A leer pues :D :D

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Cuando ya no quedaban lagrimas que derramar, el cansancio termino por vencer a Colombia hasta quedarse dormido de nuevo, Rusia por fin abandono la habitación, con la esperanza de hablar con OMS sobre todo lo relacionado a los bebés y su territorio, pero lo único que encontró fue a su mejor amigo, que lo esperaba apoyado en la pared.

- ¿Dónde están los demás? –Pregunto el ruso, le extrañaba no ver a su hermano y a Chile.

-Les pedí que llevaran a Alemko a almorzar, ambos necesitaban aire- Dijo Alemania tranquilo- Ven, tengo que decirte algo.

Sin esperar respuesta, porque a veces sobraban las palabras entre ellos, Alemania camino tranquilo, dejando que sus pisadas y las de su gran amigo, resonaran en ese lúgubre lugar. Sus pasos eventualmente los llevaron a la terraza del hospital, un lugar donde la opresión de las malas noticas era arrastrada por la fría briza de otoño y el sol que esa tarde iluminaba la capital.

-Hable con OMS- Alemania estaba apoyado en el barandal de la terraza, en su mano descansaba un cigarrillo y en la otra un café- Le pregunte sobre el territorio de los bebés.

- ¿Qué te dijo? –Pregunto Rusia, él también tenía un cigarrillo entre los labios, buscando calmar el malestar con el sabor del tabaco.

-Que ahora más que nunca hay que hacer que Colombia recuerde el nombre del padre, necesita que este invierta en la construcción del territorio y que comience a llevar humanos a la isla, el desarrollo del territorio puede ayudar a los niños.

-Colombia todavía no recuerda eso, o al menos no parece- Dijo el ruso mientras miraba el cielo, tratando de ignorar los celos que lo carcomían cada que pensaba en eso.

-Lo se...por eso le dije nuestro plan, aunque no le gustan los métodos, dijo que deberíamos invertir cuanto antes, ya llame a nuestros contactos en la casa de Nariño, las obras empiezan en tres días.

-Gracias Ale.

-No hay de que meine Freund.

Dijo Alemania con una sonrisa, sabía que lo único que calmaría los nervios de su amigo en ese duro momento era tener un plan, conocer todas las posibilidades para saber cómo actuar y no quedar a la deriva de sus sentimientos, pues el temor de hacer algo mal terminaría aplastándolo. Se quedaron en silencio un rato disfrutando de esa agradable brisa que les revolvía el cabello y que llenaba sus pulmones, poco a poco, ese nudo en la garganta que ahogaba a Rusia fue mermando, dejando una dolorosa sensación, al menos ya era capaz de pensar con claridad, sin que el recuerdo del llanto de Colombia le destrozara el alma.

-Deberías decirle- Opino Alemania cuando su cigarrillo se acabó.

- ¿Qué cosa? –Pregunto el ruso, pero en la verde mirada de su amigo, entendió a qué se refería- N-no, él no recuerda nada de esa noche y las posibilidades son mínimas.

-No me refiera a eso- Dijo el alemán divertido, ese tema siempre lograba que las mejillas del otro se tiñeran de un sutil rojo- Me refiero a lo que sientes por él...se nota a distancia que entre ustedes hay algo.

-No creo que sea apropiado Ale... las cosas están muy complicadas en este momento y a lo mejor lo que siente es por el embarazo.

-Esas son estupideces Rusia y lo sabes- Regaño el alemán- Le gustas, es innegable...puede que tengas razón sobre el momento no lo voy a negar...pero deberías decirle, no pierdas de nuevo la oportunidad amigo o te arrepentirás.