Capítulo 3.

680 20 4
                                    


Almu.

A: Pe... perdón. - Y cerré la puerta corriendo.

La verdad, es que está más bueno que antes. - pensé.

No, no, no, y no, Almudena, no, fuera ese pensamiento, es tu ex-cuñado - volví a pensar.

Salió Jesús.

(Jesús:J)

J: Ta' gustao' las vistas ¿eh? - Me cogió de la cintura, pegándome contra él.

A: Suéltame imbécil. - Le dije, haciendo fuerzas intentando separarme de él.

J: ¿Por qué quieres que te suelte? No lo niegues bonita, te gusta estar así conmigo.

A: Si vamos uf, me encanta. - Dije irónicamente

J: ¿Ves? Hasta tu lo admites.

A: Era una respuesta irónica, idiota.

J: Sí, claro.

A: Que pesao' eres hijo. Mira, te lo diré por las buenas, y bien ¿Me puedes soltar por favor?

J:Así, sí. Si la princesa me lo hubiera pedido así desde el principio, la hubiera soltado. - Y me soltó.

Le dí una sonrisa falsa, y me metí en el baño a ponerme el pijama, me lavé los dientes, y salí.

Cuando terminé, fui para mi cuarto, y me metí en la cama, me puse a mirar el WhatsApp ¡Dios! Como petan los grupos, seis mil mensajes de veintiuna conversaciones.

Después, miré Twitter, en esta red social, ni una sola notificación. Que triste.

También Instagram, otro petamiento, doscientos megustas, diez comentarios, y treinta solicitudes de seguimiento.

Cuando terminé de mirar las notificaciones, dejé el móvil en mi mesita de noche, y me di la vuelta mirando para la pared para dormir.

Al rato, noté que alguien se metió en mi cama... ¿Quién será?

Me empezó a dar besos en el cuello, esa era mi parte irresistible.

Cerré los ojos del gusto, y sin querer, sin poder evitarlo, solté un mini gemido.

J:¿Te gusta eh?

Al escuchar esa voz, le aparté de mí.

A: Ay déjame niño.

J: Venga chica, no me niegues que no te ha gustado.- Dijo con la voz un poco ronca.

A. Vale, no te lo niego, pero déjame.

J: ¿Por qué?

A: Porque sí.

J: Ya lo sé, eres virgen ¿no?

A: No, no lo soy. Pero no.

J: Venga va, que tengo condones ahí.

A: Pues ahí se van a quedar.

J: Pero si te mueres de ganas babygirl.

A: Eso es lo que dices tú.

J: Lo digo, y las tienes.

Me metió la mano debajo las bragas, pillándome desprevenida.

J: ¿Y ahora por qué? Venga va, vamos a lo que tú ya sabes, además, estás mojada. - Dijo mirándome con una sonrisa pícara.

Destinados. [Gemeliers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora