HISTORIAS DEL BOSQUE: El despertar de los lobos.

CAPITULO 5: DUEÑOS DEL FUTURO

-Vamos niña – dijo Beth con agitación mientras daba un sacudón a las riendas – ¡Tú puedes, más rápido! – comenzó a tomar más y más velocidad.

De pronto pudo escuchar cómo se acercaba detrás de ella, no dejaría que la alcanzara, si lo hacía, sería su fin – ¡Tú puedes nena, vamos! – comenzó a ir cada vez más rápido, para cuando se dio cuenta, visualizo al siervo junto a ella, soltó las riendas y tomo una flecha, tenía que tirar antes de llegar al puente que se encontraba entre dos barrancos, en los que, al finalizar, se podía visualizar el agua corriente de un rio. Sin pensarlo dos veces, disparo y vio al siervo caer.

- ¡Beth cuidado! – grito Colin

Cuando la chica volteo a ver al frente vio el barranco y rápidamente jalo de las riendas hasta que el caballo se detuvo.

Colin llego a su lado agitado de la preocupación – ¡Te salve la vida!

La chica desvió la mirada del barranco y respondió – Y yo te gane otra vez – ambos comenzaron a reír y voltearon a ver al siervo que se encontraba tirado, el chico bajo del caballo y acercándose al cuerpo del animal, confirmo que estaba muerto.

- ¿Primera lección? – Pregunto volteando para verla

-Siempre asegúrate de que tu presa este muerta

Al fin era día del cumpleaños de Beth, al fin estaba cumpliendo 19, lo cual significaba que, a la mañana siguiente, despertarían a todos.

Después de sacar del sueño a las 58 personas que habían acordado, de conocer la nueva tierra que se les había dado, después de aprender a vivir en ella, estaban seguros de que el momento de traer de vuelta a los demás había llegado.

Como Cassie les había dicho, ya no había nada que les impidiera poblar la tierra, sin embargo, lo que habían conocido de ella, ya no existía, ni edificios, ni carreteras, nada, todo era un profundo bosque.

Los primeros años se dedicaron a explorar el bunker, conocer los expedientes de las personas y por sobre todo a entrenar, ahora eran sobrevivientes y sin tiendas comerciales en las cuales comprar alimentos, tenían que aprender a cazar. Los guardias les enseñaron a luchar, a usar el arco para la casería y armas de fuego por si algún día era necesario; también aprendieron a cultivar y vendar sus heridas; tenían suficiente comida en el bunker para muchos años, pero sabían que no duraría para siempre y que mejor que aprender por si algún día era necesario.

Con el correr del tiempo fueron explorando el bosque, poco a poco, fueron marcando los límites, hasta que llegaron a un puente flotante que en el fondo contaba con un gran lago.

Una mañana en la que Ethan y Beth salieron del bunker, caminaron y caminaron, pero no encontraron presa alguna, sin embargo, un ruido los hizo dirigirse al puente, una vez ahí, vieron a dos caballos que se encontraban en el límite, cualquiera hubiera pensado que cruzaron por sí solos hasta llegar al lado del bosque en el que ellos se encontraban, lo interesante, era que ambos estaban heridos. Los llevaron al campamento y los curaron, en algún momento creyeron que le pertenecían a algún sobreviviente, pero al ver que no llevaban montura ni nada por el estilo, decidieron apartar esos pensamientos y se dijeron a sí mismos que algún animal del exterior debió haberlos herido, esa fue razón suficiente, para añadir a sus reglas una más, en la cual establecieron que estaba prohibido cruza aquel puente.

Después de aquel suceso, y de consultarlo con Cassie, esta, les indico que contaban con materiales suficientes para construir una reja. Sin pensarlo dos veces, los guardias comenzaron con el trabajo, el límite estaría a unos metros del bunker, donde comenzaban los árboles. Un año después, estuvo lista y con la ayuda de inteligencia e ingeniería lograron darle luz.