Noriaki Kakyoin
-¿Entonces alguien más vendrá a acompañarlos?
-Necesitaremos ayuda de un especialista, a pesar de que Jotaro y yo somos bastante fuertes nos falta alguien importante.- Habló la fémina, soltando un suspiro al no ver ningún taxi acercarse por el camino ¿cuanto tardaría?
-Creo que es la persona con mejores habilidades para esto, digamos que nosotros somos más de combate...- Continuó Jotaro, arreglando su sombrero-. Yare yare daze ¿dónde se habrá metido?
-Hablando del rey de Roma...- La joven adulta sonrió al notar un auto a la lejanía, los tres esperando con algo de emoción bastante silenciosa.
Del auto se bajó un joven adulto de largo cabello rojo, su chaqueta verde y su bastón siendo lo primero que pudieron ver mientras agradecía al conductor con una gran sonrisa. Una vez parado fuera del taxi los mayores fueron a verlo, mirándose en silencio antes de abrazarse con cariño, se habían extrañado durante aquel tiempo que estuvieron separados.
-Te tomaste tu tiempo para venir, Noriaki.
-¿Acaso no puedes vivir sin mi?
-Yare yare daze... tan melosos como siempre.
-Déjame en paz Jotaro, no lo veo desde hace mucho.- Se separaron para reír juntos, ante la atenta mirada del más joven. El Higashikata los miró bastante confundido, pensando bien en qué decir-. Te presento a...
-Noriaki Kakyoin, un gusto.- Extendió su mano como si nada, sonriendo ante el joven-. Me han hablado muy bien de ti, protector de Morioh.
-O-Oh... muchas gracias, no sabía que se conocían.
-Es mi esposo.- Josuke casi se atora al escuchar a la fémina decir aquello, ninguno de los dos portaba un anillo, así que se le había hecho bastante raro-. Y creo que se ve más atractivo cada vez que se va de viaje ¿acaso estás conquistando señoritas en mi ausencia, Noriaki?
-No podría, tengo a la mejor mujer del mundo a mi lado.- Los dos se sonrieron, uniéndose rápidamente en un abrazo-. Te extrañé mucho.
-Y yo a ti.- Se levantó de puntitas para alcanzar sus labios, recorriendo estos con paciencia hasta que Jotaro los obligó a separarse con su mala mirada-. ¿Qué?
-Están frente a un niño.
-Oh vamos, Josuke ya tiene 16, déjame disfrutar más de mi Nori~... tu lo viste hace unas semanas, yo llevo un mes entero sin verlo.
-Luego podemos seguir, cariño.- La suave risa del pelirrojo la calmó, simplemente tomando su mano con una sonrisa-. Ahora, a lo que vine.
-Tómate un día de descanso, sabes que será una semana ajetreada... podemos descansar hoy y mañana te mostraré Morioh.
-Si eso no le molesta a ninguno de los presentes, está bien.
-Pueden tomarse el día libre entonces, mañana empezaremos con todo.
-Gracias, Jotaro.
-Ahora si, serás todo mío.- Rodeó la cintura del pelirrojo con su brazo, dejando que se apoye en ella para caminar hacia el hotel donde se estaban alojando-. Nos vemos, Josuke, Jotaro, portense bien.
-Lo que digas.
-Vaya...
-¿Qué?
-Creo que nunca vi sus ojos brillar tanto como ahora...¿desde cuando se conocen?
-Desde que teníamos 17.
-Diablos, eso es mucho tiempo.
-Algún día te contaremos esa historia, por ahora no te preocupes.- Palmeó la espalda de Josuke, negando con la cabeza-. Vayamos a descansar, mañana será un largo día.
-¡Al fin! Pasé todo un largo mes sin ti ¿a dónde fuiste eh?.- Los dos ya se encontraban en la comodidad de su habitación, vistiendo apenas una bata de baño pues había aprovechado para darse una ducha rápida.
Kakyoin se encontraba secando su largo cabello mientras miraba a la fémina, una sonrisa posándose en su rostro cuando ella sin previo aviso tomó su toalla para ayudarlo, dejándose hacer por su pareja pues realmente extrañaba su tacto.
-También te extrañé, cariño... ¿la pasaste bien con Jotaro aquí?
-Pues, no son malos chicos, me recuerdan mucho a nuestros Crusaders, ya sabes... son agradables, pero me hacías falta tu.
-¿Oh~? ¿En serio?
-No te hagas el tonto, sabes que no puedo vivir sin ti~.
-Eres una mujer fuerte, creo que este pobre anciano te haga falta~.- Los dos soltaron una carcajada, relajándose ante la presencia del otro. Noriaki sentía que todas sus preocupaciones se iban cuando estaba a su lado, realmente no podía estar más agradecido de eso.
-Oh si claro, anciano.- Terminó de secar su cabello, rodeando su cuello con una pequeña sonrisa para besar su mejilla, pegando sus cuerpos lo más que podía. Con cuidado bajó sus manos hacia su pecho, bajando lentamente por la cicatriz que se encontraba en este con muchísimo cariño, sacándole un suave suspiro al pelirrojo-. Gracias por venir, Nori... me hacías mucha falta, y nuestro enemigo esta vez es... impresionante.
-Para que lo digas tu, tal vez si es de temer.
-Nos enteramos que lleva mucho tiempo haciendo de las suyas... todas esas personas asesinadas, me siento mal por nunca haber hecho algo por ellas, no es justo.
-Cariño... no debes culparte por algo que no está en tus manos, ya hemos hablado de eso.- Se dejó abrazar por la fémina, alzando la mirada sobre su hombro, conectando miradas para de alguna manera calmarla-. Haces lo que puedes, está bien.
-Lo siento, es que... recuerdo a los que no pudimos salvar y me siento inútil.
-No lo eres, en serio.- Se giró hacia ella, acariciando su rostro con su mano mientras sonreía. Los dos recordaban con pesar a Avdol y a Iggy, no pudieron hacer nada por ellos, y ahora la fémina sentía la misma impotencia por todas las victimas del tal Kira-. Eres la mujer más maravillosa que he conocido, deberías verte como yo lo hago cariño... eres perfecta a mis ojos.
-Te amo, Noriaki.
-Yo te amo muchísimo más, mi hermosa esmeralda.- Los dos se unieron en un suave beso, suspirando sobre los labios del otro con más calma, dejándose llevar por aquel sentimiento de amor puro que sentían por el otro-. Descansemos ¿si?
-Claro que si...- Una vez más tranquila se acostaron en la cama, sus cuerpos desnudos cubiertos apenas por las suaves sábanas de la cama, la fémina abrazada al pecho del hombre sin mucha pena-. Noriaki.
-¿Si?
-Agradezco mucho que sigas conmigo, en serio te amo.
-Gracias a ti por siempre quedarte a mi lado, cariño.
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Bien, el 80% de mis husbandos está muerto peeeeero Kakyoin es la muerte que más me dolió de todos a pesar de no ser mi husbando como tal, seguiré llorando toda la vida por la forma cruel en la que Araki lo mató y cómo nunca le dio la atención que merecía.
Nori solo quería amigos, simplemente era un chico solitario y esos 50 días fueron los mejores de toda su vida, se sintió realmente querido y nunca voy a superar que haya muerto cuando por fin era feliz.
Mi Cherry Boy tus esfuerzos no fueron en vano, gracias por ser un buen Crusader, tuviste amigos que te querían hasta el final.
-See you next time~.
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JoJober
Random¡Hola! Vi la lista de este año y como no sé dibujar, decidí escribir algo especial en honor a mis amores, sé que tengo otro libro actualizando pero no tengo autocontrol en lo más mínimo, así que les traigo...¡Mi JoJober!