Fugo Pannacota
- ¿estás bien?.- Los ojos de Fugo mostraban pura preocupación, tomándola entre sus brazos para tomar su pulso y revisar todo su cuerpo, buscando cualquier herida-. Hiciste algo muy tonto ¿acaso querías morir?
-Era la oportunidad perfecta, sabía que Purple Haze no me haría daño...- Tosió apenas, intentando respirar profundo para calmar el dolor en su cuerpo-. Estoy bien, no me mires así.
-¡Pudiste haber muerto!.- El pelinaranjo alzó la voz para decir aquello, notando a leguas como esta temblaba cada vez más-. Si Purple Haze te hubiera alcanzado...¿Sabes lo que habría pasado? ¡¿Entiendes qué peligroso fue eso?!
-Fug-
-¡Pudiste haber muerto ahí mismo! Debes quedarte en casa, no más misiones.
-Pero Fugo, y-
-Le diré a Bucchiarati que estás tomando muchos riesgos, no puedes volver a una misión así, al menos no conmigo.
-¡Pannacotta!.- Le gritó con el ceño fruncido, tomándolo del cuello de la camisa para que baje hacia ella, llevando una de sus manos al cuello del muchacho para acariciarlo con cuidado a pesar de toda la situación-. Voy a besarte.
-¿Q-Qué?
-Debía avisarte, con permiso.- Lo jaló más hacia ella, hundiendo sus dedos en la naranja cabellera del muchacho para encajar sus labios con los de el. Fue un beso bastante lento, lo suficiente para calmar los alborotados sentimientos del joven integrante de la mafia, tragándose cada suspiro que salía de aquellos dulces y rosados labios, tomándose todo el tiempo del mundo-. ¿Mejor?
-Mejor... aún así, no vuelvas a hacer algo tan peligroso ¿bien?.- La abrazó contra su pecho, descansando su mentón sobre la cabeza de la fémina. A pesar de estar en aquella posición seguía siendo más alto que ella, sus cuerpos encajaban perfectamente y al tenerla así entre sus brazos Fugo sentía que podía protegerla de todo.
-Está bien... ten más confianza en ti, nunca me harías daño, Purple Haze tampoco.- Rodeó el cuello del más alto, acariciando este con cuidado. A pesar de que Fugo huía al contacto físico con ella era muy diferente, había algo especial en su toque que lo hacía sentir seguro, como si solo los dos existieran en aquel momento, pudiendo relajarse muchísimo ante aquellas suaves caricias-. Ahora ¿qué te parece si vamos a casa, curas mis heridas y preparo la cena?
-Ni loco dejaré que cocines en ese estado, yo cocinaré.
-Pero tu siempre haces ensaladas~.
-Y la vas a comer toda porque te hace bien.
-Que aburrido~.- La tensión fue disminuyendo en el ambiente conforme pasaban los minutos, ahora Fugo la cargaba en su espalda con cuidado, llevándola hacia el auto para darle los primeros auxilios.
Tuvo que darle un par de puntadas a una herida en el brazo, vendar su abdomen y poner algunas banditas sobre su rostro, la preocupación palpable en su mirada mientras realizaba aquellas acciones. Cuando finalizó soltó un largo suspiro, acariciando la mejilla de la fémina con sumo cuidado, como si fuera de cristal y en cualquier momento se fuera a romper.
-Panni, sabes que te amo ¿no?
-Tus sucios trucos no servirán para hacerme olvidar lo que hiciste.
-¿Otro beso cambiaría eso?
-No.- Desvió la mirada con las mejillas rojas, soltando un bufido entre sus labios cuando escuchó a la muchacha reír-. ¿te duele algo?
-Lo normal ¿hay analgésicos aquí?.- Comenzó a buscar entre los compartimientos del auto, soltando un gritito de felicidad al encontrar el paquete de pastillas-. ¡Bien!
-Eres una niña.- Fugo no pudo evitar reír ante su reacción, negando con la cabeza para guardar el botiquín en la parte de atrás, cerrando la puerta del copiloto para después ir hacia su asiento-. ¿Lista para irnos?
-Como siempre, Panni.
-Perfecto.
-Paaaanni~.
-¿Qué? ¿te duele algo?
-No respondiste mi "te amo" hace rato.
-Ya te dij-
-¿Acaso no sientes lo mismo?.- La fémina lo miró a los ojos, una falsa mueca de tristeza posándose en su rostro.
-Eso no es-, ah, Dios...- La miró con el ceño levemente fruncido, sus mejillas rojas a más no poder, abriendo la boca de vez en cuando para hablar pero cerrándola enseguida al sentir la vergüenza llegar a su cuerpo. Para Fugo decir aquellas palabras era raro, nunca había llegado a sentir algo así por alguien, pero sabía que la fémina era merecedora de aquello-. Yo... también te amo, dolcezza.
-Lo sé Panni, yo te amo más.- Se acercó para dejar un beso en la mejilla del muchacho, dejándolo conducir mientras aprovechaba para cerrar los ojos, cayendo dormida a los pocos minutos.
-No lo creo, te amo de aquí hasta la próxima galaxia, amore... y no sé que haría si algún día te pierdo.- Acarició su cabello con cuidado, negando con la cabeza para volver su vista al camino-. En serio no sabes cuanto lo hago.
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BIEN, ANTES QUE NADA-
No es que quiera a Fugo menos que a mis demás bebés de la Bucchi Gang, realmente amo a cada uno de ellos de diferentes maneras, pero sigo con coraje porque simplemente lo hicieron a un lado, siendo que tiene uno de los mejores stands de Vento Aureo.
Amo mucho a Fugo, entiendo sus motivos por no seguir a Bucchi, y la verdad soy su defensora #1 cuando leo que alguien dice que es un cobarde. Perdóname Fugo por ponerte aquí pero me hubiera gustado que te desarrollaran más, te odio Araki:(
-See you next time~
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JoJober
Sonstiges¡Hola! Vi la lista de este año y como no sé dibujar, decidí escribir algo especial en honor a mis amores, sé que tengo otro libro actualizando pero no tengo autocontrol en lo más mínimo, así que les traigo...¡Mi JoJober!