Pumpkin Spice • Fictober 2020

Lluvia

 • Pareja: Draco x Ron •

 La lluvia no paraba de caer, las nubes grises reflejaban los rayos y los truenos resonaban por todo el castillo, las vitrinas del salón de trofeos vibraban por la tormenta y aún así la profesora McGonagall no les había perdonado el castigo de limpiar todos los trofeos al estilo muggle, pero eso se ganaba Ron por no poder enfrentar a sus amigos.

Draco se encontraba en silencio al otro lado del salón limpiando, el ambiente era pesado e incomodo, solo se oía el agua caer vaya día, el clima le sentaba perfecto a su humor y aún faltaban 3 horas para librarse de ese tormento, Ron no sabía cómo hablarle, no estaba seguro de qué decir, esa tonta pelea entre su novio y Harry lo habían llevado ahí, tenía miedo de que su Dragón ya no quisiera estar más con él.

-Debe ser pesado para ti limpiar al estilo muggle, eh.- Ron trató de sonar divertido pero Draco ni siquiera le dirigió la mirada y sólo dejo salir un bufido. — ¿Podemos hablar de lo que pasó? Tenemos tiempo de sobra para arreglar esto, por favor huroncito.

-¿De qué quieres hablar, de que me hechizaste? prefiero usar este tiempo para acabar este estúpido castigo y no tener que volver mañana.- Draco sonaba muy molesto y safó su mano de la de Ron cuando éste trató de tomarla.

-No te hechicé, no de esa forma, yo sé que estuve mal, pero solo era para desarmarte, sabes que jamás te haría daño y tú y Harry...

-¡Ese es el problema comadreja! el estúpido de San Potter siempre va primero para ti, ¿por qué no lo desarmaste a él? porque ni siquiera le has dicho lo nuestro, ni a él ni al ratón de biblioteca, ¿alguien en tu familia lo sabe? — Ron abrió la boca pero la cerró de inmediato al no saber que responder.- Eso pensé, ya déjame terminar esto en paz.

Draco dio por sentada la conversación y Ron se alejó a seguir trabajando en el castigo, tenía que dejar a su Dragón calmarse o empeoraría las cosas, se sentía muy mal, pero al menos Draco no había terminado su noviazgo en ese momento y seguía hablando de ellos en presente, eso lo animó un poco.

El hurón tenía razón, ni sus amigos ni su familia estaban enterados de que tenía novio y menos que éste fuera Draco Malfoy, lo peor era que los amigos y la madre de su Dragón si sabían de él, vaya Gryffindor más cobarde había salido.

Necesitaba hacer algo para remediar las cosas, aún no estaba seguro de qué, pero lo primero que haría sería hablar con Harry y Hermione sobre sus sentimientos y su noviazgo con Draco, ellos lo entenderían, tal vez les cueste al inicio pero confiaba que ninguno lo odiaría por ello.

Llegó la noche y le contó a sus amigos sobre su preciado rubio, Harry lucia bastante asombrado, tardo en entenderlo, pero al final le sonrío y le dijo que se disculparía con Draco por la pelea de ese día y que si él estaba seguro de que la serpiente no era venenosa le creía, por otro lado Hermione lo empezó a interrogar, diciendo que si por eso le ponía pretextos para no hacer sus guardias de prefectos juntos, tantos años y le seguía sorprendiendo lo persuasiva que era su mejor amiga, se sentía aliviado de como lo tomaron, ahora solo faltaba su familia; escribió dos cartas antes de dormir, una para sus padres y en el otro sobre colocó dinero de sus ahorros, necesitaba pedirle perdón a Draco de alguna forma y sabía que solo así lo escucharía.

El día empezó nublado y se veía que nuevamente llovería, llegó la hora del descanso entre clases y Ron no podía estar más nervioso, vio a Draco en el patio central a lo lejos con su grupo de amigos y se acercó con la caja de chocolates belgas que sabía que Draco amaba, estuvo a punto de tropezar varias veces, sentía que sus piernas le fallaban, había practicado lo que quería decirle a su Dragón, sabía que en ese sitio había mucha gente y más a esa hora, pero no importaba, quería demostrarle a Draco que él iba primero.

Al llegar frente al grupito de Slytherin se paralizo, su cerebro había olvidado como darle ordenes a su boca para hablar, estaba tan pálido que sus pecas resaltan aun más.

- ¿Necesitas algo comadreja? - Draco trató de sonar hostil, pero sus facciones mostraban su preocupación.

- Yo... yotecompréesto.- Abrió la boca para decir todo de golpe, mientras mostraba la caja de chocolates.

Draco enrojeció, sus amigos empezaron a cuchichear y sabía que en cualquier momento Pansy empezaría a cantar algo estúpido sobre él y su león besándose bajo un muérdago, así que hizo lo más sensato y se llevó a Ron a rastras de ese sitio, llegaron a un salón en desuso y Draco por fin soltó el brazo de su novio, el cual seguía sin reaccionar como un ser humano normal.

- No tenías que comprarme nada Ron, no era necesario, el enojo se me iba a pasar tarde o temprano.- Draco estaba consiente del precio de esos chocolates y no quería que su león gastara dinero de más solo porque tuvieron una tonta discusión.

- No, no es por eso que los compré, bueno si un poco, pero quería invitarte formalmente a mi casa, a conocer a mis padres y a mis hermanos, bueno a los que no conoces obvio, por que ya conoces a algunos y...

Draco no pudo evitar sentirse el chico más feliz del mundo, su novio al fin lo haría publico, quería seguir escuchándolo titubear, le encantaba ver a su comadreja nervioso, pero no quería seguir aguantando las ganas que tenia de besarlo, así que para que su novio ya no sufriera más se acercó para plantarle un beso, colocó sus manos al rededor del cuello y comenzó a jugar con su pelirrojo cabello, Ron posó sus manos sobre su cintura y se fundieron en un beso que hubiera subido más de tono si no fuera por el relámpago que resonó asustándolos y sacándoles unas risas.