Sangre

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• Personajes: Regulus Black, Sirius Black y Kreacher •

Podía sentir como el aire comenzaba a faltar, estaba tan asustado, no sabía si estaba llorando o si el cuerpo ya no le daba para más, las manos sobre su ropa lo jaloneaban e impedían que saliera a la superficie nunca se imaginó terminar así, ¿en qué se había metido? vio el hilo de sangre salir de su nariz antes de perder el conocimiento.

Regulus había despertado exaltado, ¿fue un sueño? se preguntó de inmediato, pero no podía ser, estaba en una habitación que desconocía, entraba la luz por una inmensa ventana, pensaría que es una habitación de San Mungo si no fuera por lo grande y las comodidades que ésta tenía.

Se levantó y fue directo al baño, pudo ver en el espejo su piel un poco más pálida de lo normal, sus ojeras estaban bastante marcadas, se enjuagó la boca solo con agua, sentía un sabor extraño, seguro que alguien le había dado algunas pociones, ¿pero quién?

- ¡AMO REGULUS! — Kreacher había entrado a la habitación y se había emocionado al verlo.— Esta vivo, tenia tanto miedo de que algo le pasara a mi amo, Kreacher tuvo que desobedecer.

- Esta bien Kreach.— Regulus le tomó las manos antes de que empezara a auto castigarse con algo.— ¿Dónde estamos?

- Con el amo Sirius, esta es su casa.

¿Sirius? Regulus no sabía como sentirse, él y su hermano se habían separado desde que el mayor los había abandonado, habían pasado tres años desde que no lo veía, Kreacher le había contado todo lo que había pasado desde que llegaron a la cueva, donde casi lo matan los inferi y cuando Keeacher y Sirius volvieron por él para sacarlo de ahí, sabia por su elfo que había estado inconsciente casi una semana, y que sanadores iban y venían para tratarlo.

Aun se sentía raro pensando en su hermano mayor, ¿cómo es qué fue por él? Kreacher desobedeció, la pregunta era ¿cómo pudo?¿por qué Sirius lo habrá acogido en su hogar? ¿Cómo es que Kreacher lo había llevado ahí? tenía miles de preguntas pasando a mil por hora en su cabeza que no escuchó el sonido de la puerta al abrirse.

- ¿Puedo pasar? — Una voz tan conocida y a la vez tan extraña le hizo salir de sus pensamientos.

- Si, adelante. — Sirius se veía mucho más grande que él, como si ya fuera todo un hombre y solo le llevaba un año más de vida.

- Me alegra verte despierto, estuviste una semana dormido, seguro Kreacher ya te contó.

- Si, me dio un resumen general. — Sirius le sonreía sinceramente, lo conocía bien y sabia que su hermano se debatía entre quedarse parado o sentarse junto a él en la cama.

- Puedes sentarte, creo que no soy infeccioso.— Sirius se acercó bastante feliz y se sentó a su lado.

- Vendrá hoy un sanador a revisarte, Kreacher esta preparando la cena, puedes comer aquí si quieres o podemos compartir la mesa.

- Gracias.- El silencio se había formado, tenía preguntas que no sabia si su hermano respondería, pero no perdía nada con intentarlo. -¿Cómo llegué aquí?

- Todo es gracias a ese elfo que te adora, creo que te ve como su hijo. —Regulus se había reído con su chiste.

- No te burles que yo también veo a Kreacher como mi familia.

- Lo sé, siempre fue así.

Familia, una palabra rara entre ellos dos, seguían siéndolo por sangre, pero no estaban seguros si se consideraban así el uno del otro.

- Él vino muy asustado y llorando, me pidió que le diera una prenda para ya no ser elfo de los Black y poder desobedecerte.— Regulus tomó la mano de su hermano al notar los ojos acuosos de Sirius. — Yo no entendía nada, pero me dijo que tenia que salvarte, pero no podía desobedecer una orden, le di mi suéter y le pedí que me llevar con él.

- Kreach... — Realmente Kreacher era mucho más un padre de lo que el verdadero lo fue para ambos.

- Si, fuimos por ti, creí que estabas muerto Reg... esas cosa te jalaban. —Sirius empezó a llorar y se abrazó a su hermano tan fuerte que dolía.— Me alegra tanto que estés vivo, creí que no volvería a verte.

Regulus empezó a llorar con él mientras lo abrazaba, se sentía aliviado de que Sirius lo cuidara, le costaba creer que alguien lo quisiera tanto como Kreacher para hacer algo que nunca creyó que su elfo haría, aceptar la libertad solo para ir por él.

- Lo importante es que estoy aquí, estamos juntos y tal vez sea como cuando éramos niños.

- Sería lindo, puedes quedarte todo el tiempo que quieras, no necesitas volver con ellos si no quieres.—Sirius se sentía nervioso, él y su hermano nunca habían sido mucho de hablar de sus emociones. —Seguro que lo que descubriste nos ayudará mucho en la guerra, aunque tal vez Kreacher quiere que lo vuelvas a contratar, creo que se siente algo perdido, aquí actúa como si trabajara para esta casa.

- ¿Me estas invitando a vivir contigo Sirius?

- Solo si tu quieres Reg, esta es tu casa también.

- Entonces te tomaré la palabra, gracias Siri.— Se acercó a su hermano mayor y le dejó un beso en la frente, como cuando eran niños y se colaba en el cuarto de  Sirius por alguna pesadilla y éste le daba un pequeño beso en la frente y lo abrazaba fuerte.— Iré a ver a Kreacher para darle las gracias por todo.

Sirius asintió y Regulus salió de la habitación buscando la cocina, su vida estaba por cambiar completamente, pero no sentía miedo, de alguna manera sabía que con Sirius y Kreacher cuidando de él nada malo podía pasarle.

•••••

Voy a admitir que lloré escribiendo esto.

¿Esperaban algo así sin ships? Yo tampoco.

Espero que les haya gustado, nos leemos mañana.

- Boris.

Pumpkin Spice • Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora