Vino

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• Pareja: Remus Lupin x Severus Snape •

- ¡Harry, Theo ya esta aquí! — Había gritado Remus desde la planta baja y rápidamente se escucharon los pasos del de gafas que muy alegremente se lanzó contra su novio para besarlo

- Ya nos vamos, no nos esperen. — Les dijo Harry jaloneando a su novio a la chimenea para llegar a la fiesta en la casa de Pansy.

- Los vamos a esperar aunque no quieras niño, lleguen temprano o tendré que ir por ustedes de las orejas.— Severus como siempre con ese tono tan amenazante que Harry sabía de primera mano que nunca iba en serio, su tío Severus jamás lo regañaría por nada.

- Hasta luego, buenas noches.— Theo logró decir antes de desaparecer en las llamas, siempre con esos modales inculcados desde su casa.

Harry se estaba quedando unos días con ellos, Sirius y James estaban en su segunda luna de miel y aunque Harry les había insistido que ya estaba lo suficiente grande para quedarse solo, sus papás no le confiaron eso y lo mandaron con sus tíos.

Remus le sonreía a su esposo, le encantaba verlo en modo protector con su sobrino, amaba a ese hombre, le encantaba compartir su vida con él, no se imaginaba a alguien más ocupando ese lugar.

- Ya que Harry se fue de fiesta y Teddy está en una pijamada ¿qué te parece si nosotros hacemos lo mismo?— Remus se acercó a su esposo para robarle un beso apasionado, era verdad que ninguno iba a dormir esa noche, ¿por qué no aprovecharla?

- ¿Qué tienes en mente? — Le decía Severus mientras lo apretaba más en sus brazos.

Remus se separó un momento de él y se dirigió a la cocina por una botella de vino y unas copas, al volver a la sala sonrío complacido, su esposo había encendido unas velas aromáticas.

Tomaron un poco, casi nada de hecho, los besos pasaron de cero a apasionados en dos segundos, la ropa empezaba a sobrar y las caricias quemaban de una manera tan placentera.

Seguían acostados en el sofá en un enredo de piernas y brazos, habían tenido dos rondas para poder turnarse, si había algo que les encantaba era hacer eso, complacerse uno al otro al máximo y después dejarse complacer.

Remus tenia la cara oculta en el cuello de su esposo, le encantaba su olor, una mezcla de vainilla y pociones, amaba que oliera a pociones, después de todo su primer beso fue en ese salón.

Había sido en su quinto año de escuela, después de que el chico de Ravenclaw los siguiera a él ya sus amigos través del sauce boxeador hasta la casa de los gritos.

Severus había sentido que se desmayaba al ver la transformación de Remus, su cuerpo no le respondía y de la nada sitio como Sirius Black lo jalaba para sacarlo de ahí, iban saliendo de la casa por el bosque, usar el pasadizo no era una opción, el lobo no podía llegar a los terrenos de la escuela.

Sentía que Remus los seguía y era verdad, el lobo al parecer estaba enojado, giró la mirada por un segundo y vio a Potter transformarse en un ciervo que intentaba distraer al lobo, eso les dio tiempo de alejarse un poco más.

Lamentablemente no lo conseguía y opto por lanzarlo con sus astas, Severus paró en secó, por su culpa estaban lastimándose entre ellos.

- Snape, no hay tiempo, tengo que sacarte de aquí... —Sirius no pudo terminar la frase, James no podía solo contra el lobo y podían llegar a lastimarse en serio.— Escóndete y cuando puedas huye al colegio, no te quedes.

Severus seguía en shock, vio a Black transformarse en un perro enorme, que llegó de lleno contra su mejor amigo.

Se había escondido en las ramas de un árbol, los lobos no trepan arboles ¿o si? tenía miedo, podía oír la pelea entre esos tres, ¿por qué había tenido que seguirlos? no sabia ni por qué se hacia esa pregunta, quería saber por qué Remus siempre se veía así de decaído cada mes, tenia sospechas pero no creyó que fueran reales.

Pumpkin Spice • Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora