Abejas

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• Pareja: Alphard Black x Tom Riddle •

A Alphard Black le encantaba la miel, desde que tenía memoria siempre endulzaba sus tés con miel, le colocaba miel a su pan tostado, podía comerla a cucharadas, la amaba tanto que  cuando era niño le ponía ese manjar ámbar a su leche, hablaba de las propiedades de ésta, curativas, rejuvenecientes, etc. todo el tiempo, su meta en la vida era inventar una poción con miel, ¿para qué? no importaba, podía ser para dolor de garganta, una pomada para raspones o una crema para la cara, solo quería hacer una receta perfecta con algo que amaba.

Eso siempre había sido algo del interés de su mejor amigo, Tom Riddle, éste lo veía devorar miel a todas horas y también había escuchado atento y sin rechistar las quejas del Black si algún día no ponían miel en la hora de la comida, ¿cómo endulzaría su té?

No era un secreto para nadie de Slytherin que Tom Riddle estaba loco por su mejor amigo, bueno si era un secreto para alguien, para el distraído de Alphard Black, su amigo babeaba por él y él babeaba por la miel.

Su amistad había iniciado el primer día en el expreso de Hogwarts, Tom se había sentado solo en un vagón, era un niño muy tímido, su vida había cambiado completamente desde que sus padres lo adoptaron, resultó que era un mago y que además era descendiente de los Slytherin, una familia muy importante según lo que sus padres le contaron y las cosas que le dieron para leer e informarse, por otro lado, Alphard era un chico muy carismático y extrovertido, que se atrevió a preguntarle si podía sentarse con él en el mismo vagón, "mi hermano me corrió del suyo porque llegaron sus amigos" era la explicación que le había dado, para después enfrascarse en una conversación sobre lo maravillosa que era la miel de abeja.

Se hicieron inseparables a partir de que ambos fueron sorteos en Slytherin, fue así como empezaron a nacer sentimientos en Tom hacia Alphard y siete años mas tarde a punto de graduarse, Tom seguía sin poder decirle a su mejor amigo que le gustaba, trataba de seguir los consejos de sus padres, hablar y ser directo con él, pero cuando lo intentaba no tenía ni idea de qué decir por más que lo practicara frente al espejo, su hermano Credence siempre se burlaba de eso, en serio era un caso perdido en el amor.

Estaban sentados junto al lago descansando después de haber hecho su ultimo Extasis, eso era todo, el colegio estaba por terminar y ellos solo querían la paz que merecían después de tanto esfuerzo.

Tom veía a Alphard entre ojo, quería aprovechar ese momento, porque de lo contrario sabia que nunca lo haría, sus caminos podrían separarse en un par de semanas y perder la comunicación, estaba nervioso y no sabía ni por donde comenzar.

- Al fin termino todo, eh.- su voz le temblaba y ni siquiera había comenzado a sacar el tema principal.

- Si, que extraño, terminar la escuela, no volver el próximo año, es muy raro, ¿no crees? - le respondió Alphard mientras seguía sumergido en su dibujo de Winnie Pooh, personaje muggle del que Tom le había hablado y le había dicho que era él por su adicción a la miel, le mostró un dibujo del osito amarillo y Alphard se enamoró de inmediato de ese peculiar personaje.

- Me da miedo que sea diferente, ya no vernos y...

- ¿Por qué ya no nos veríamos?- Alphard despegó su vista del dibujo para enfrentar el intenso verde en los ojos de su mejor amigo.

- Bueno, no sé, la gente se distancia después de la escuela, solo digo que me gustaría que eso no nos  pasara, porque me da miedo que nos pase, como a todos los demás.- Tom empezó a acelerar el ritmo de sus palabras y ya no sabia hacia donde llevar la conversación.

- En primera no somos como los demás y en segunda tu eres lo más... no te muevas.- La cara de susto que puso Tom lo habría hecho reír en otro momento, pero no ahora, Tom tenia dos abejas en el hombro y sabía el miedo que éste les tenía.

Trató de no alarmarlo pero le sería imposible, tomo su dibujo y con su lápiz de color intentó pasar las abejas hacia la hoja, pero éstas solo comenzaron a revolotear en la cara de Tom, él cual al verlas empiezo a gritar y a mover las manos para alejarlas.

- Te picarán, pensarán que las estas provocando.- le decía Alphard

En ningún momento escuchó el petrificus que su amigo le había lanzado, tirado en el pasto sintió como Alphard alejó a las abejas del sitio y su respiración se agitó nuevamente cuando su cuerpo pudo regresar a la movilidad.

- Gracias, ¿Cómo puedes amarlas? -Tom se levanto y comenzó a sacudirse el pasto, aun su corazón latía a mil por hora.

- Me encanta lo que hacen, ¿estas bien?

- Si, me duele un poco, pudiste avisarme, me fui de espaldas.- Las quejas de Tom estaban por comenzar y Alphard no tenía ganas de escucharlas.

Tom no había notado lo cerca que estaba Alphard de su boca hasta que éste lo beso para callarlo, no se lo creía, el chico del que ha estado enamorado todo este tiempo lo estaba besando y por primera vez Tom entendía el amor por la miel, decidió que ese era su sabor favorito, sabor a miel en los besos de Alphard.

- Espero que quedé claro que no te vas a separar de mi tan fácil.- le dijo Alphard al romper el beso.

- Creo que aún no me ha quedado tan claro, podrías volver a explicarme.

La risa de Alphard salió y la de Tom le siguió y se volvieron a fundir en un beso un poco más apasionado que el anterior.


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Se que puede ser una pareja extraña, pero es que me encantan juntos. 

Nos leemos mañana.

- Boris

Pumpkin Spice • Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora