Pumpkin Spice • Fictober 2020

Cosquillas

• Pareja: Remus Lupin x Lucius Malfoy •

Lucius Malfoy cursaba su séptimo año en Hogwarts, era premio anual y prefecto de Slytherin, tenía notas excepcionales, siempre se comportaba como era debido, tenia una educación impecable y se notaba a metros de distancia su porte aristocrático, en pocas palabras era el hijo perfecto, sólo que nadie lo era.

Constantemente sufría episodios de ansiedad, la cual no era tratada, ¿cómo alguien como él iría con un psicomago? eso no estaba bien visto en la comunidad de sangre puras, él era fuerte y sabía calmarse apropiadamente, eso se repetía a él mismo cada que tenia un bajón, se mordía las uñas constantemente y aveces en temporada de exámenes se arrancaba cabello, tenía que ser el mejor de la clase, tenía que ser perfecto, pero no era tan fácil.

Para su suerte, en el ultimo trimestre del curso, al idiota del profesor Slughorn se le ocurrió que sería divertido hacer una búsqueda del tesoro ya que esa sería la última sus estúpidas fiestas para ese curso, Lucius siendo parte del Club de las Eminencias tenía que participar si o si.

No podía ser tan malo, solo tenía que encontrar todo antes que los demás y ganar, pero no contaba con que al muy idiota del profesor le parecería gracioso que fuera en parejas, elegidas por él y peor aún, con un hechizo que consistía en una soga invisible por la cintura de ambas personas que hacía que no pudieran separarse más de 5 metros entre éstas.

Y esa serie de eventos lo llevó a estar en el segundo piso buscando una estúpida corona junto al chico que le gustaba, Remus Lupin; ese artículo era el último de la lista, reclamara su lugar victorioso y al fin podían separarse.

Todo el trayecto de búsqueda había sido silencioso pero más no incomodo, las únicas ocaciones que hablaban era para adivinar la pista siguiente, Lucius nunca diría en voz alta que se había emocionado por dentro al oír que su compañero era el Gryffindor, Lucius tenía un crush con el chico de ojos mieles desde que estaban en quinto año, a ambos los habían nombrado prefectos y hubo noches donde se les asignaron guardias juntos, esas noches eran exactamente igual a ésta, silenciosas pero cómodas, lo malo es que los prefectos de séptimo ya no hacia guardias y la oportunidad de estar cerca de Remus se esfumó.

Era inútil intentar algo con el menor, Remus era mestizo y eso era algo que su familia jamás permitiría, así que simplemente reprimió sus sentimientos y se conformó con observar de reojo el perfil de su compañero de guardia y su pareja de búsqueda esa noche.

- Creo que ésta no es la pista correcta.- Remus rompió el silencio y Lucius fingió que miraba hacia enfrente para disimular, estaba tan perdido en sus fantasías sobre Remus que no había notado que estaban donde según sus pistas sería el lugar en el cual se encontraba la corona.

- ¿Cómo que no es la pista correcta? — Al procesar lo que había dicho el menor, Lucius entró en pánico, perdería y no podía perder.

- Bueno, estaría frente a esta cosa, pero no veo nada, tal vez lo interpretamos mal, todos nos equivocamos Malfoy, tranquilo buscaremos otra vez.

- Eso es imposible, yo nunca me equivoco, seguro tu lo dedujiste mal.- El ceño fruncido de Remus le hizo entender que lo que dijo no había sido correcto, pero ya era tarde para deshacerlo.

- Bien, entonces dedúcelo tú, si tan infalible eres. — Nunca antes había escuchado el tono hostil que Remus uso con él en ese momento.

Lucius leía y leía la oración de esa pista y no le encontraba sentido, todo lo llevaba al sitio donde estaban parados, empezó a morderse las mejillas por dentro, no quería perder, el pánico llegó y sus manos empezaron a sudar, no podía ponerse así frente al Gryffindor, al otro día toda la escuela sabría lo que pasó, su reputación, su imagen, todo se iba cayendo en pedazos.

- ¿Estas bien? — Sintió la suave voz de Remus y la mano en su hombro lo trajo a la realidad.— Tranquilo, es un tonto juego, no es importante.

- Nunca he perdido en mi vida.- su voz le sonaba lejana, como si su cuerpo estuviera metros de distancia.

- Bueno siempre hay una primera vez para todo, ¿no es así? - Remus le sonreía amablemente.

Siempre hay una primera vez para todo, el pánico aun seguía en su sistema y la ganas de huir aumentaban, pero no lo pensó dos veces y le robó un beso a Remus, él menor tenía razón, no es importante, nada de eso era importante, ser el hijo perfecto, respetar las reglas de su casa, perder la oportunidad de invitar a salir al chico que te gusta porque es un mestizo, lo único que importaba era ese beso.

Los labios de Remus encajaban perfecto con los suyos, se sentía torpe, su nerviosismo seguía pero de una forma diferente, el menor mordió un poco su labio inferior y este abrió un poco la boca dejándole paso a la lengua del Gryffindor.

- Wow, eso fue, wow.- Remus estaba sin palabras, nunca se imaginó que Lucius correspondía sus sentimientos, jamás había hablado de éstos en voz alta, ni con sus amigos.

- Quiero ser claro, me gustas mucho, sé que nunca te he dado indicios de eso, estoy en una encrucijada conmigo mismo en este momento y si paro a pensarlo dos segundos terminaré por arrancarme todo el cabello, prefiero preocuparme de eso después pero no quiero arrepentirme en un futuro por no habértelo dicho y me gustaría invitarte a una cita, si tu quieres claro.- Remus seguía en shock, no solo lo había besado, sino que también lo estaba invitando a salir.

- Yo... si quiero, pero, ¿por qué te arrancarías el cabello? tienes un cabello muy lindo.

- Tengo problemas, tal vez te los cuente en nuestra cita.

- Me parece bien, pero en lo que tenemos nuestra cita, ¿que te parece si te beso otra vez? —Remus no necesito respuesta verbal, Lucius ya lo tenia sujeto por la cintura y comenzaba a besarlo lentamente.

Draco se retorcía en su cama de la risa, el monstruo de las cosquillas siempre llegaba en punto de las 8:00 p.m. cuando el rubio se negaba a ir a la cama.

- Los niños buenos se van a la cama temprano si no quieren que el monstruo de las cosquillas llegue.- decía Remus con una voz aguda, la cual sonaba muy divertida para su hijito de 6 años.

- Papá ya, me iré a dormir, lo prometo.- los calambres en su estomago cesaron y por fin se metió a las cobijas, recibiendo un beso de su amoroso padre.

Lucius que observaba embobado toda la escena desde el marco de la puerta se acercó para besar la frente de su hijo, no se creía que él y Remus hubieran creado semejante maravilla como lo era su dragoncito.

Salieron de la habitación de su hijo directo a la suya, se pusieron las pijamas y se metieron a la cama, aún era temprano y ninguno tenía sueño, empezaron a conversar del cumpleaños de Draco, su hijo estaba a dos meses de cumplir 7.

Lucius nunca se hubiera creído que ser compañero de Remus en esa absurda búsqueda del tesoro lo llevaría a renunciar a su herencia, escapar de casa y rentar un departamento modesto con Remus, dejar de ser el hijo perfecto había sido la mejor decisión de su vida, había recibido ayuda profesional para su ansiedad, tenia un local de pociones, en el callejón Diagon, Malfoy & Snape había crecido exponencialmente en esos años, tenía un esposo al que amaba con locura y un hijo precioso por el que daría la vida entera.

- Ya no quiero platicar más. - Decía mientras iba dejando besos en cuello de Remus.

- ¿Qué planeas? — la respuesta que recibió Remus fueron los labios de su esposo descender sobre su cuerpo.

•••••

He aquí una más, esta pareja me parece lo más cute como padres de Draco que tenía que hacerme una fantasía mental con esta familia.

Nos leemos mañana.

- Boris.