-13- (E)

40.4K 2.4K 325
                                    

" Soy su Angel y lo cuidaré, no importa si debo marcharme con sangre para hacerlo. "

Pataleo con fuerza cuando alguien me toma de la boca y me pega a la pared, por la luz de otro trueno y su relámpago puedo ver el rostro de Max y su arma.

— ERES...— lloró con fuerza para pegarlo a mi, lo abrazó con tanta fuerza que el me toma de la cintura. — Creí que te pasó algo... hay alguien afuera y los guardias no estaban.— lloró un poco más bajo, el me hace entrar a nuestra habitación. 

— Mis hombres están detenidos por el puente que se desbordó, no estoy seguro de quién invadió la mansión. Si son los policías o mafiosos pero, debemos aprovechar la oscuridad y irnos. — prende un linterna, se queda viéndome por un largo momento.

— ¿Qué?— preguntó, miro mi ropa encontrando una gran mancha de sangre. Mis manos y mis pies también manchados de sangre, mi pecho empieza a subir rápido. El se acerca para tomar mi rostro, su mano no deja en ningún momento de sostener el arma.

— Esta bien cariño... solamente debes ponerte los zapatos, cuando lleguemos a otro lugar te cambias. ¿Okey? Necesito que hagas algo, en el armario hay una mochila. La cargara.— me hace sostener la linterna y busca la mochila, no sin antes tomar unos tenis y ponerme los.

Me coloca un abrigo debido a la camisilla llena de sangre, antes de ponerme el abrigo me coloca un chaleco negro. Lo apreta con fuerza y luego me pone la mochila, salimos de la mansión con el adelante con su arma.

— Max...— lo llamo, el me ignora caminando entre los pasillos. Sostiene mi mano mientras nos guía a un lugar que solo el conoce. — Lamentó lo que dije antes... si te moleste no fue mi intención, lo lamentó. — entra a una habitación, me jala hasta ella encendiendo de nuevo la linterna. Toma unas carpetas y me hace dar la vuelta, coloca todas las cosas en la mochila seguido de meter algo que estaba en la caja fuerte.

— No es el momento de hablar de eso, Belladonna.— besa mi frente y salimos, ambos salimos de la mansión escuchando varios gritos de hombres. Puedo escuchar el ruido de unas sirenas mientras Max pasa rápido por una pequeña montaña de tierra que ahora era barro, todo esto daba al pequeño bosque que daba su mansión.

Mi cuerpo se ensucia del barro cuando Max me pide saltar y caigo sobre el, nos levantamos.

— Espero que no tuvieras nada importante ahí.— yo recuerdo mis apuntes, mi ropa.

Todo eso abandona mi mente en cuanto veo como saca una cajita y toca el botón rojo, toda su mansión explota haciendo que baje sorprendida.

Todos los guardias gritan, incluso puedo escuchar el ruido de un helicóptero. Max jala mi mano arrastrandome al bosque, en un momento a otro empezamos a correr.



Puedo adivinar el por que Max nos adentro al bosque en cuanto veo el camino marcado, caminamos hasta el final dejando de escuchar a los guardias y al helicóptero.


— Mierda.— maldigo en cuanto mi tobillo se tuerce, Max se detiene para apuntar mi tobillo manchado de lodo. Yo simplemente hago que se mueva ignorando el dolor, cada vez que presiono duele más. 


— Déjame ver.— ordena luego de soltar una queja, se detiene para inclinarse y sacar el zapato. Empieza a tocar mi tobillo y yo me quejo, me coloca el zapato de nuevo. Mira a todos lados tocando su cabello húmedo por la repentina llovizna. — Debemos estar cerca pero tu tobillo no lo soportará mucho, puedo adelantarme pero...— sujeto la correa con fuerza a mis hombros al igual que el zapato, tomo su mano para soltar todo el aire viendo como se nota en cuanto sale de mi boca.

— Puedo aguantarlo, no debemos parar.— digo para jalar ahora yo de el, vuelve a retomar la velocidad. Yo no vuelvo a soltar otra queja o maldición, no hasta que llegamos a una carretera.

En ella hay dos camionetas, puedo ver a Lizmar bajar de la camioneta rápido para hacernos entrar. Las camionetas arrancan con las luces apagadas, yo simplemente me quedo callada mientras Max ordena que le cuenten el informe de lo que pasó.

— De alguna forma los policías saben donde vivías, tuvieron que rastrear a uno de los guardias. Tenemos tu otra mansión lista.— doy una mirada pequeña, Max toma una computadora empezando a teclear en ella.



La camioneta se detiene en otro sitio lleno de autos, una vez que bajamos se van. Max y Lizmar entran a la otra mientras yo simplemente siento todo darme vueltas.

— Nayla?— ambos me llaman, yo simplemente me siento ir a un lado y a todos gritar mi nombre. Una vez mi cabeza golpea con fuerza la carretera mis ojos se cierran, lo último que puedo escuchar es el ruido de Max al tirar todo y venir por mi.




▪︎  ▪︎  ▪︎


Me muevo un poco sintiendo el dolor punzante en mi cabeza, me muevo un poco sintiendo todo darme vueltas y un nuevo vacío crecer en mi estómago.

— ¿Belladonna?— la voz de Max suena agotada, incluso dormida. Lo veo levantarse rápido y encender la luz, se acerca hasta donde mi pero yo simplemente me levanto de la cama abriendo la puerta más cercana.

Agradecida de que fuera el baño, me inclinó en el suelo y levanto la tapa del inodoro. Devuelvo todo lo que mi cuerpo no puede sostener, mi cabeza late con tanta fuerza que aprieto mis manos en puños. Max toma mi cabello con suavidad y da pequeñas palmadas en mi espalda, cuando terminó simplemente bajo la tapa y la cadena. Me levanto notando como estoy limpia y con otra ropa, lo más que llama mi atención es la venda en mi tobillo.

— ¿Estas bien?- asiento, mojo mi cara y mis dientes para tomar el cepillo que me entrega. Le coloco la pasta dental y comienzo a cepillar mi boca mientras el me acaricia la espalda.

— Estuviste inconsciente todo un día, Belladonna... el doctor dijo que fue por gastar tu energía y por tu pequeña gripe, también por el golpe que recibiste al caerte.— asiento, dejó de limpiar mis dientes. Limpio todo tocando mi cabeza un poco, el me mira.

— Tienes que comer un poco para tomar tus pastillas, ya mañana estarás mejor. — toma mi mano llevándome fuera de la cómoda habitación, en cuanto bajamos veo a Lizmar en la cocina comiendo algo de la nevera. En cuanto me ve hace una mueca.

— Luces horrible...— tomo asiento en la silla viendo como Max golpea la frente de Lizmar y hace que ella se queje, enciende la estufa y me mira con una sonrisa pequeña.

Yo simplemente muevo mi pie de arriba a bajo, Max se va por un momento y ella salta literal encima de mi.

— Escucha bien, esta es la segunda mansión de Max. La que más regla y más visitada es, yo vivo aquí pues por que alguien tiene que vivir y recibir a las personas. El punto es que jamás debes abrir la habitación con puerta marrón ni la que está al fondo, Es solo cuestión de momentos, minutos, segundos para que llegue la básica de la ex de Max y esa si que es, un verdadero dolor de cabeza. — vuelve a su posición y Max llega.

Yo permanezco quita, ex de Max?

Justo cuando digo eso en mi mente se escucha una voz extremadamente fuerte, seguido de unos tacones y unas maldiciones.

Me volteo un poco en mi asiento viendo a una chica peli negra entrar a la cocina, la veo mover sus caderas en su pantalón y su chaqueta negra. Camina hasta donde Max pegandolo a la nevera y tomándolo del cuello, puedo ver en cámara lenta como ella lo besa sin ningún pudor.

Sonrió un poco.

Con que a eso se refería...

El Rey De La Mafia #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora