-18- (E)

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" No todas las mujeres necesitan ser salvadas, ni todos los hombres tienen el potencial para salvarnos. "


— Muy bien, ya llevas una semana. Esta cicatrizando bien. Aún así debes tener más cuidado. —  el doctor termina de examinar la herida. Yo me bajo mi abrigo para bajar de la cama haciendo sonar mis tacones,  tomo el bolso y los medicamentos junto con las cremas que me recetó.

Salgo de ahí caminando hacia la salida, antes de poder salir. Adam me sostiene de la mano mientras dos guardias están detrás de él, suspiro hondo.

— Sabes lo qué es una orden de alejamiento y una denuncia? — pregunto, abro mi bolso sacando unos papeles. Lo colocó con fuerza contra su pecho haciendo que se eche para atrás un poco.

— Me demandaste?— asiento, los guardias dan dos pasos para atrás viendo de reojo a Adam.

— Me detuviste sin tener pruebas y sin leer mis derechos, me acosaste y humillaste por un año cosa que me informé y no era parte de tu infiltración. Así que si, no puedes acercarte a mi ni a mi casa. Tampoco dudes de que si lo haces, me encargaré de destruir tu carrera y tu vida.— lo ultimo lo digo en un susurró.

— ¿Lo vas a elegir a él?— me sostiene con fuerza de la mano, los guardias se acercan para hacer que me suelte y alejarlo. Mientras se aleja, puedo ver su mirada llena de ira. Chasqueo mi lengua, este hombre no sabe lo que es No.

Salgo de aquel hospital caminando con lentitud,  miro a cada lado sin saber a dónde ir. Siento a alguien caminar detrás de mi, mi pánico aumenta luego de recordarme en la calle tirada. La persona pasa por mi lado chocando hombros y dejando en mis manos un sobre, me quejo cuando el golpe lo sentí en mi herida.

Miro el sobre para abrirlo, encuentro unas llaves y un teléfono. Tomo el teléfono cuando noto que vibra, contesto para tomar la llamada.

LLAMADA TELEFÓNICA:

— Tengo la teoría de que cada vez que hablo por teléfono contigo, me pasa algo malo.— escuchó su risa.

— Una semana sin vernos y te vuelves salvaje. No se si me excita o si me entristece.— suelto una risa.

— ¿Qué tal ambas? De todas formas, no deberías exponerte así. — digo.

— La línea es segura, luego de hablar asegúrate de deshacerte de la tarjeta del teléfono. De todas formas... las llaves son del auto en el estacionamiento, úsalo. — cuelga la llamada.

FIN DE LA LLAMADA:

— Mandón— digo para sacar la tarjeta y romperla, dejo el teléfono en el suelo. Lo piso con mi tacón viendo como se rompe, lo tomo y arrojó a la basura para así caminar al estacionamiento. Saco las llaves y toco el botón, un auto clásico suena así que voy a el. 

Lo amo.

Entro a el cerrando la puerta y dejando las cosas al sillón de al lado, en cuanto enciendo el coche el ruido me eriza la piel.

Salgo del hospital caminando hasta el trafico, sonrió al ver a una patrulla seguirme. Con toda la tranquilidad del mundo manejó hasta mi casa, esta me deja de seguir cuando estacionó y bajo.

Camino hasta la casa abriendola, Linda  me mira de una forma que me incomoda, en ningún lado aparece el guardia. Les doy una sonrisa para subir a mi habitación y dejar las cosas en la cama. Camino hasta la ventana mientras me quitó el abrigo.

El Rey De La Mafia #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora