El Rey De La Mafia #1

-3- (E)

"Tiene un aura que intimida, que te hace querer ponerte de rodillas. Tal vez es la excitación que me provoca o que este sujeto empieza a gustarme."

-Nayla...- deslizó las medias negras por mi cuerpo mientras mastico la goma de mascar, ignoro como mi jefe me suplica con la mirada.

- Sabes bien que no hago bailes privados. - digo, miro el traje de policía mientras me coloco el gorro sobre mi cabello bien peinado y estirado.

- Se que no te gusta, pero ninguna chica quiere ir por el sujeto. Y tu no le temes a nadie. - una excusa barata, pero sube mi ego.

- Aún así, sabes que todas las chicas que van ahí terminan con acosadores y- no me deja terminar.

- Te pagaré el triple, te quedas con las propinas. Pero no debes enojar al sujeto ni nada. - dinero triple, me interesa.

Tomo los accesorios para dirigirme a la sala, muevo mi cadera a la par de mis tacones. Justo cuando llegó a la puerta veo a unos hombres, unos que ya los conocía bastante bien.

Abro la puerta para cerrarla detrás de mi, todo esta a oscuras. Como se el camino de memoria dejo las cosas en un lugar, Camino hasta las luces poniendola de color rojo.

- Cuando dijiste que nos volveríamos a ver, no creí que sería en mi trabajo. Tal vez un café o algo.- me río mientras coloco mi teléfono y pongo la playlist con música de mi gusto.

- Yo no soy de los que va por café o a caminar. - me volteo a verlo viendo su chaqueta aún lado, por más que mi mente pide concentrarse en sus músculos y sus tatuajes. Solo puedo ver aquel arma que posa en la mesa, el la mira con una sonrisa.

Con un poco de tiempo reacciono.

- No, eres de los que va por ahí intimidando a las personas para que sepan que no deben meterse contigo. - alza una ceja, yo voy al tubo con una sonrisa juguetona.

- Eres buena estudiando a los demás?- le da un trago a su bebida mientras que yo me enredo en el metal frío.

- Solo a los que me interesan. - y cuando empieza la canción, hago mis movimientos.

Puedo sentir su mirada escanear cada parte de mi cuerpo, cruzo mis pies en el tubo quedando boca abajo. El gorro se cae mientras que mi cabello se riega, vuelvo al suelo para hacer un movimiento con mis caderas y hacer que mi cabello vuelva a su lugar.

Cuando la canción termina ambos nos miramos de una forma intensa, tomo el gorro para caminar hasta mi teléfono.

- Bien, eso fue todo. - pongo otra canción para esperar al próximo cliente. Cuando estoy por voltearme siento algo frío pegado a mi cabeza, el calor de su cuerpo llega hasta el mío haciéndome sentir asustada pero curiosa.

- ¿Quién eres?- pregunta, me volteo para verlo con una ceja alzada. Retiró la pistola de mi cara haciendo que el me mire de una forma más intimidante.

Muy bien Nayla, se seria y no demuestras que te estás cagando de miedo.

- Ya sabes mi nombre, sabes donde estudio y donde trabajo... por qué aún así me preguntas quién soy?- explotó la bomba en mi boca haciendo que el me pegue a la pared, alza mi mentón con su arma dejándome ver sus penetrantes ojos.

- Las personas como tú: directas, serias, sinceras y curiosas... en mi mundo son asesinadas o convertidas en mujeres.- una risa se me escapa.

- Me siento lo suficiente mujer, lo siento. - la punta de su arma viaja por los bordes de mi rostro, cuando me mira a los ojos sonríe como si le estuvieran dando un caramelo.

- Estas asustada...- afirma, alzo una ceja.

Claro, es normal que me apunten con un arma.

- El tiempo termino, si quieres otro baile debes pagarlo y volver. - retira su arma. Me vuelve a recorrer con la mirada, hago lo mismo.

Pero que hombre...

- Daré una fiesta mañana en la noche,necesito a alguien que los entretenga. Te pagaré lo que desees. - hago una mueca, el espera mi respuesta.

- Si es una fiesta grande no bastará conmigo. Tengo amigas que si bailan en esos eventos, puedo pasarte sus números.- el niega.

- Contigo es suficiente, por tu duda te pagaré lo que sea. Pasara una camioneta a tu casa a recogerte. - asiento viendo como toma su saco, esconde su arma y va a la puerta.

- Espera... ¿cómo sabes donde vivo?- pregunto, el me da una mirada que eriza mi piel.

- Ten una linda noche, Nayla. - y se va.

Miro a la mesa en encontrando un billete alto, lo tomo con una mueca.

Este sujeto empieza a asustarme.

Pero me resulta demasiado intrigante el por que todos le temen y a mi me resulta, cautivador.

- Me gustas... desconocido.- murmuró para guardar el billete y ver como otro sujeto toma asiento.

Pongo la música y empiezo mi rutina de nuevo.