El es el rey...
Es el rey en la cama.
Es el rey en las calles.
Es el rey de la mafia.
Es el rey de mi corazón.
Si el es un rey... ¿soy yo su reina,no?
[Segunda historia: Madame]
Historia en edición
# 1 en muertes 27/julio/2022
#2 en parejas 27/ju...
" El fríono sólo estaba en su piel, también lo estaba en su corazón."
Alguien me da un tirón del tobillo haciéndome quedar fuera de la cama,grito por el susto y el cambio de temperatura. También por la fuerte nalgada que mi trasero acaba de sufrir, el olor del perfume de Max sigue por toda la habitación.
- Te dije hace media hora que te bañaras y prepararas para dejarte a la universidad.- intento subirme otra vez a la cama pero el me vuelve a bajar, pataleo como niña para bajar de la cama y mirarlo cansada.
- Tengo mucho sueño y hace frío. - me quejó, el alza una ceja para empujar me al baño.
- Agradece entonces que hay calentador y tienes abrigos en el armario, ahora muévete o te ducho yo mismo. - me guiña un ojo, me saco mi ropa mientras el se arregla la corbata.
En cuanto abro la llave de la pluma grito, escucho su risa ronca y luego lo veo desaparecer.
- SERÁS CABRON.- grito cuando mojo todo mi cuerpo sintiendo mis dientes chocar entre sí debido a que el maldito se acabó el agua caliente.
Salgo lista secandome por completó, pongo la ropa sucia en el cesto igual que la toalla. Me coloco mi ropa interior y luego mi crema de vainilla, cuando termino me pongo un pantalón azul y una sudadera negra.
Me coloco mis tenis para tomar mi cepillo y desenredar mi cabello húmedo. Tomo mi mochila y salgo de la habitación no sin antes colocarme perfume, bajo las escaleras dándole los buenos días a los guardias.
- Muchas gracias.- digo al tomar la tostada que me dio la mujer de la cocina, salgo de la mansión viendo el cielo oscuro y las hojas moverse con fuerza. En cuanto doy un paso, un auto se detiene enfrente de mi.
La ventana se baja dejando ver el rostro de Max, cuando me acerco al auto el hace una mueca.
- No entraras a mi auto con eso.- señala la tostada llena de chocolate, yo miro el auto y luego a la mitad de mi tostada.
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La verdad es que el auto si tiene pinta de ser caro, pero total. Tiene dinero suficiente para comprarse más si se le antoja.
Meto como puedo la tostada a mi boca para entrar a su auto, sube el cristal y yo me colocó el cinturón. El mira mi boca con una mueca, yo simplemente intento meter todo sin ensuciar nada.
- Tan fina como una reina.- y arranca el auto, yo simplemente pasó mi pulgar por mis labios para luego chuparlo.
- Así te guste, pues.- sonríe, al instante que lo hace es el momento en donde decido no hablar más.
Tomo mi teléfono buscando como distraerme, eso hasta que encuentro una noticia en mi teléfono.
- Oficiales del FBI encuentran almacén lleno de drogas, dinero y armas. Creen que este podría pertenecer al Mafioso Italiano- en cuanto digo eso el sonríe.
- Así que eres Italiano... - asiente, sonrió. Al verlo tan relajado simplemente lo lleno de preguntas. - ¿No era tu almacén, verdad?- asiente.
- No es mi almacén, si lo fuera estuviera de un humor terrible. Pero, estoy de buen humor. Lo que significa que gane un nuevo trato con otra mafia, cierro el trato y tendré a la mitad de las mafias a mi lado.- asiento lentamente, en cuanto se detiene en la universidad varias personas miran el auto por el ruido que hizo Max.
Antes de poder bajar me detiene, lo miro sintiendo un poco de frío.
- Vendré por ti a la salida, no hables con ningún extraño. Probablemente ya todos sepan que eres mi mujer, así que no dudarán en hacerte daño.- asiento, toca mi mejilla para apretarla tomando mi cachete y moviéndolo con una sonrisa. - Demuestrales a todos quien es la puta reina.- en cuanto me suelta alza sus pulgares, le saco el dedo del medio para bajar de su auto.
Camino siendo ignorada por todos, el auto de Max se va haciendo un ruido que provoca todos griten emocionados. Yo simplemente logro pasar desapercibida, dejó mis libros en su lugar y tomo los necesarios.
- Buenos días, niña jardinera.- cierro la puerta de mi casillero para ver a Adam, me regala una sonrisa tóxica.
- Si lo primero que veo al llegar a la universidad es tu cara, no serán buenos días. Idiota. - pasó por su lado golpeando mi hombro con el suyo haciendo que sus libros que caigan. Todos se ríen de él pero yo simplemente sigo caminando hasta mi salón, ignorando todos sus impropios.
Este será un frío pero difícil día.
▪︎ ▪︎ ▪︎
Si algún día dije que amaba la lluvia,me arrepiento de no decir que la amaba mientras estaba en mi casa.
Mi teléfono deja de mojarse en cuanto lo pongo en la bolsa transparente, cubro mis cosas con mi sudadera quedando en un top blanco.
La universidad tuvo que cerrar y con ella el único techo que tuve para cubrirme.
¿Por qué no podía hablar con Max?
El maldito me dejó en visto y luego mi teléfono se cayó al agua, maravillosa suerte. Luego no podría irme en el bus por que dejé la tarjeta en otro pantalón.
Un pitido hace salte y me volteé, el auto pasa por mi lado mojando un poco mi ropa. La ventana se baja dejando ver a Adam, maldito cabron.
- Parece que tu día no fue tan lindo. - se burla, para buscar algo. Lanza un paraguas el cual atrapó, me da una sonrisa pequeña para arrancar y volver a mojar mi cuerpo con el charco.
Justo después de que el se va, una camioneta negra se detiene. El cristal se baja y deja ver a los guardias de Max, entro a el cerrando con fuerza la puerta.
- El señor no pudo salir, tiene una reunión en la casa.- ja. Como si eso hiciera que me sacara al instante.
Los ignoro para quedarme viendo por la ventana, empezaba a tener dificultad para respirar igual que a mantener mis ojos abiertos.
- Señorita...- tocan mi hombro, abro mis ojos viendo al guardia con una sombrilla. Me ayuda a bajar mientras le otro pone una toalla para secar el sillón, camino hasta la mansión haciendo que algunos guardias que estaban tapados me miren con lastima.
En cuanto entro y escuchó la voz de unos hombres en el comedor, abro las puertas con tanta fuerza que un silencio se instala.
- ¿La striper?- miro al chico que estaba con Max la primera vez que lo vi, otros hombres se callan al ver como mojo la sala.
- Nayla?- Max se levanta de su silla para caminar hasta donde mi, su mano vuela a mi frente para hacer una mueca. Simplemente le arrojó mi mochila a su traje seco.
- Te esperé... por horas.- sorbo mis mocos, el junta sus cejas. - Y nunca llegaste.- pasó por su lado viendo como los hombres le dan una mala mirada a Max, el chico me da una mirada de arriba a bajo mientras que yo veo a las de servicio. Saco mi teléfono de la bolsa para entregarselo.
- Podría ponerlo en arroz?- ella asiente llevandoselo, tomo mi mochila del pecho de Max para mirarla los hombres. - Tengan un lindo almuerzo y cuidado, el agua está fría.-lo último lo digo mirando a Max, salgo de ahí subiendo las escaleras.
Dejo mi mochila aún lado, mi ropa la dejo en el lavado para poder entrar a la ducha y al fin bañarme con agua caliente.