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Nivel 20
❝Patear❞

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──E-Espera, Espera! Ch-China! Ah!──las lágrimas desbordaban por los ojos del ruso. Se sentía tan adolorido, todo su cuerpo ardía, pero específicamente su estómago, costillas. Esto ya que el chino emitía unas patadas muy potentes en esas zonas.

Rusia acabó tirado en el suelo, hecho una bolita, teniendo que soportar cada una de las patadas que el asiático le proporcionaba.──Eres un idiota! Un inútil! No sirves para nada, deberías morirte!──las palabras eran lo que más dolían en ese momento.

Que la persona que más amaba le dijera tanta cantidad de cosas ofensivas, le solía muchísimo. Porque él ama a China, pero este no le demostraba nunca ese amor. No se sentía correspondido. Y ahora recibía patadas de su parte.

Cada patada rompía un pedazo de su alma, un pedazo de su corazón, un pedazo de sus ganas de seguir vivo.

──Acaso las cachetadas no fueron suficiente?! Te gusta que te golpee, perra?!──y dio una patada aún más fuerte. Sangre salió de la boca del tricolor, su cuerpo estaba todo rojo y morado debido a las potentes y constantes patadas.

Porque, parecía que realmente no era suficiente.

Había descubierto que el alemán habló con el estadounidense, y no sabe cómo, pero Estados Unidos acabó hablando con Rusia, y lo descubrió todo.

Eso claramente no le gustó nada, no quería que ese par de idiotas arruinara su perfecta y hermosa relación con su novio.

Iba a mantenerlos lejos de ellos cueste lo que cueste, aunque tenga que tomar fuertes decisiones para así lograrlo. Aunque dependiera de ensuciar sus manos. Haría todo lo necesario para que pueda cumplir todo lo que quiere con satisfacción, sin alguien que los moleste en el camino. Iba a hacerlo.

Por eso lo pateaba hasta haberle escupir aquel líquido carmesí.

──¡¿Acaso creías que podías engañarme?!──y seguía, y seguía. Tenía mucha más fuerza de lo que aparentaba su metro sesenta.──¡¿Crees que soy idiota?! Inútil, torpe! Eso eres tú! Un bueno para nada!

Rusia ya se sentía muy débil, su respiración era agitada. Se arrastró hacia la puerta de salida, en un intento muy absurdo por escapar. ¿Qué pensaba? ¿Que realmente iba a escapar? ¿Que saliendo por esa puerta, todos sus problemas acabarían?──¿A dónde crees que vas?──rió el chino. Lo último que vio y sintió fue una patada en su rostro, cayó inconsciente.

Se había desmayado del dolor.

𝗩𝗜𝗢𝗟𝗘𝗡𝗧𝗢𝗠𝗘𝗧𝗥𝗢 RUSCHINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora