30

3K 244 97
                                    

╔═══ ≪ °❈° ≫ ═══╗
 
Nivel 30
❝Querido Diario❞

╚═══ ≪ °❈° ≫ ═══╝

Querido diario.

Hoy vengo a expresar mis últimas palabras en este tan odioso ciclo que he permitido que pasara.
Es como si todo se hubiera convertido de ser algo tan hermoso, de colores pasteles, brillantes y perfectos, a ser un infierno, rodeado de inseguridades y plagado de peligros.

Durante mucho tiempo me sentía en una hermosa pradera. Una hermosa pradera, rodeada de colibríes, mariposas, y las flores más hermosas que pudieran existir en el mundo. Sentía como podía rodar sobre el suave cesped, amando como este acaricia su piel con tanta suavidad, que sentía que se encontraba flotando en una nube.

Sin embargo, nada en el mundo es de esa forma.

Con el pasar del tiempo, me sentía en un infierno. Un infierno en el cual mis pies ardían a cada caminada que daba, en donde respiraba el horrible olor a humo y cuerpos quemados, en donde sentía mi cabeza incinerarse, mi cuerpo partiste, mis huesos siendo destrozados cual tiza de pizarra.

Así fue como poco a poco fui desplomandome sobre la cruda realidad. Caía y caía, como si fueran hojas anaranjadas tocando el suelo en el perfecto otoño. Es divertido en realidad, habiendo tenido tantas advertencias, decidí seguir con él. Quizás por algún tipo de dependencia, China fue el único que me amó, que me miró con orbes enamoradas, que me hacía sentir... Tan amado. Sin embargo, y a pesar de todo el daño que me continúa haciendo, siento que en cada puñalada en mi corazón, expresa el profundo amor que me tiene.

De todas maneras, nunca fui merecedor de su amor. Desde pequeño siempre fui el equivocado, el apartado, el diferente. Y así fue mientras crecía, sentía que nunca iba a sentir amor verdadero, que nadie iba a acariciarme, que no iba a poder despertar y ver un hermoso rostro a mi lado. Por momentos, sentía que nunca iba a suspirar con tranquilidad.

Pues claro, el frío invierno se apoderaba de mi cuerpo, haciéndome sentir que mi circulación estaba siendo cortada, que mi corazón se endurecia. Pero llegaba China con su verano, abrazandome, haciendo que la temperatura suba en mi cuerpo, así provocando que la escarcha de mi ser cayera y volviera a sentir aquellas bellas palpitaciones en mi pecho.

Porque a pesar de todo lo que me has hecho, no puedo evitar el hecho de continuar amándote, aunque como repito lo dicho anteriormente, no lo merezco. Siempre fuiste alguien perfecto, dentro de una familia perfecta, en un círculo de perfecciones del cual no puedes salir.

"Si, si quiero ser tu novio!"

Dije tan emocionado ese día. Pudiera parecer que realmente fue una simple aceptación de jovenes enamorados, sin embargo, fue más que eso. Fue como firmar un contrato, en el cual me entrego a él en cuerpo y alma, en el cual permito que él tome posesión de mi de todas las maneras que desee. Pues claro, desde ese día, fui de su completa propiedad.

Alemania, pido perdón por todo lo que te he hecho pasar. Tú siempre fuiste un joven de sonrisa prolongada y buenos sentimientos, quizás demasiados. No debiste acercarte a mi, pues yo estoy metido en una aura oscura, en la cual todos los que se acerquen acaban siendo afectados. Siempre fuiste esa clase de persona que adora la justicia, es por eso que estaban estudiando abogacía, ¿No es así?

Mi caso no puede ser salvado, mi dulce terrón de azúcar, mi miel hermosa, mi estrella fugaz.

Estados Unidos, a ti te agradezco por haberme hecho pasar tan hermosos momentos. Mereces ser tan feliz con tu novio, desde hace mucho que llevo dedicandote las 00, intentando convertirlo en algo tan fuerte, convirtiendose en un pobre intento de que tú sí seas feliz.

Pero, ¿Por qué digo esto? Yo fui muy feliz al lado de China. Debo serlo, pues claro, siempre fui el hazmerreír de las revistas. ¿Qué haría el chino, de una familia billonaria y famosa, saliendo con un torpe ruso de una familia corrupta y pobre? Tenía lo que quizás, todo el mundo quisiera tener.

Y seguía sin ser merecedor de aquello.

Mi querido diario, no estoy seguro de por qué escribo esto. Quizás sea mi última forma de desahogo, lo último que haré para mi mismo. Al acabar de escribir esto, subiré a la terraza, observaré  el cielo, tan hermoso y perfecto. La verdad tengo muchas ganas de sentir el viento contra mi rostro, de poder cerrar mis ojos por un mínimo momento.

Y con esto me despido, mi más hermoso ser, aquel que desde pequeño me ha escuchado. Aquel que ha soportado que sus páginas sean manchadas a causa de mis lágrimas que representan a un torpe perdedor. Ocupando aquí la última página, te agradezco por ser el apoyo más grande en mi carretera plagada de piedras y calles mal construidas, te agradezco por prácticamente todo.

Gracias, mi hermoso resplandor.

-Rusia.

𝗩𝗜𝗢𝗟𝗘𝗡𝗧𝗢𝗠𝗘𝗧𝗥𝗢 RUSCHINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora