Diecisiete

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Teas una semana de idas y venidas del hospital, el moreno pudo reiniciar sus estudios al fin.

Este estaba por salir de su casa junto con su hermana para ir al campus, cuando tras ellos oyeron abrirse la puerta principal de los Suppapong.

-¡Hey Sammy espera!-exclamó Sara sonriendo y corriendo hacia su novia.

Saint que también la acompañaba echó a correr también, al ver que junto a la vecina estaba Zee, el cual abría el coche de su padre recién arreglado del taller.

-¿Irás con ellos o conmigo?-preguntó el moreno a su hermano.

Sammy los miró y luego miró a este.

-Podemos ir todos juntos andando como íbamos antes-habló.

-Oh pero tenemos que llevarnos el coche, recuerda que luego iremos al hospital a ver a papá-Dijo este.

-¿Te importa si os acompañamos entonces?-preguntó Sara.

El moreno sonrió.

-Claro subiros.

De repente la puerta de los vecinos volvió a abrirse y el mayor de los hermanos salió encontrándose a todos junto al coche.

-Hey, ¿me dejareis ir solo?-preguntó fingiendo pena.

-Puedes ir caminando, ten un poco de vergüenza-dijo su hermana pensando en lo mal que se sentiría Zee.

-Oh venga, me portaré bien- dijo este poniendo cara de cachorrillo abandonado.

-Es tu decisión hermano-Habló Sammy subiéndose en la parte atrás con su novia.

El castaño que se había quedado parado mientras abría la puerta del copiloto, los miró pero no dijo nada.

-Entonces, ¿puedo o no Zee?- preguntó el mayor de los hermanos acercándose al coche.

El moreno asintió finalmente pues no tenía corazón para dejarlo en tierra.

-¡Genial!.

El más joven ya iba a sentarse con bastante pena tras escucharlos cuando de pronto sintió un tirón en el brazo.

-Tú atrás enano, éste es mi sitio-Le susurró su hermano al oído.

Saint miró a Zee, el cual no dijo nada al respecto y entendió que no tenía objeción a que Sanit fuese a su lado, así qué cabizbajo y bastante dolido se subió atrás con su hermana y Sammy.

El mayor arrancó el coche y emprendió la marcha hacia la Universidad, que aunque no estaba muy lejos, fue suficiente trayecto para que su ex aprovechase y lo pusiese nervioso con sus alagos y sus miradas de deseo.

Mientras, atrás y aguantando las lágrimas, el pobre castaño miraba por la ventanilla, a la par que sentía la mano cálida de su hermana que se la apretaba levemente para darle su apoyo.

Al llegar al campus, las chicas bajaron y caminaron hacía sus amigas, los demás también lo hicieron, entonces Zee cerró el coche y echó a andar.

De nuevo, Saint quiso ponerse a su lado para ir juntos al interior de la Universidad pero entonces, su hermano se le adelantó.

-Gracias Zee, oye siento lo que pasó pero podemos ser amigos, yo estoy dispuesto-dijo este con voz melosa.

-Sanit, es mejor que no-dijo este con pesar.

-Oh venga, no seas así... te juro que he cambiado y soy otro, ¿En serio no vas a darme una oportunidad como amigo?.

El moreno suspiró.

-No lo sé, ya veremos... Hasta luego-dijo finalmente este viendo a Max de lejos y caminando hacia el para saludarle.

Sanit sonrió mientras miraba alejarse a este.

-Estás loco si crees que te voy a dejar escapar con ese cuerpazo, cariño-susurró con una sonrisa perversa.

Saint que venía detrás se le quedó mirando al pasar por su lado.

-¿Y tú que miras enano?, Ni creas que con esa cara de idiota enamorado, conseguirás a Zee... Él es mío, entérate bien... tarde o temprano conseguiré que él vuelva a mí de nuevo.

 tarde o temprano conseguiré que él vuelva a mí de nuevo

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4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora