Cuarenta y siete

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Sammy acompañó a su novia a casa de la madre de esta y cuando llegaron, se encontraron a todos en el salón con cara de preocupación.

-¿Qué ocurre?, ¿por qué estáis así?-preguntaron las chicas acercándose a May, la cual estaba llorando.

-Lo he re-recordado todo-Habló entonces Saint cabizbajo.

-Oh vaya, ¿Y cómo estás?-preguntó Sara acercándose a su hermano y besando su cabeza.

-Asustado y triste.

-Ya te hemos dicho que no debes temer nada, él está enc...

-Si encerrado-interrumpió éste a su madre-...Ya lo sé pero estoy triste por él... A pesar de todo es mi hermano y yo le hice daño por eso se comportó así.

-Cariño, tú no tienes la culpa de nada-dijo el moreno tratando de hacerle entender.

-Si, si soy culpable y tú también...montamos una farsa que lo lastimó e hizo que pensase en vengarse, él mismo me lo dijo..Debí decirte que no Zee, él hubiese desistido por si solo y todo esto no hubiese acabado así.

El mayor resopló molesto.

-Eso no es verdad...Sanit está enfermo y jamás hubiese desistido y lo sabes...Nunca nos hubiese dejado ser felices.

Sammy, Sara y May se miraron y juntas se fueron a la cocina pues entendieron que esa era una conversación que correspondía a la pareja.

-¿Felices?, tú y yo nunca vamos a ser felices Zee-habló molesto el castaño-...he estado siete meses en coma pero recuerdo perfectamente que tú y yo estábamos fingiendo...Tú y yo éramos novios de mentira.

El mayor asintió y acto seguido empezó a caminar por la estancia, estaba tan nervioso y enfadado que no aguantaba parado ni un minuto más.

-Las cosas han cambiado desde entonces, Sanit.

-¿Qué ha cambiado según tú?....Mira, déjalo-Dijo este mirándolo con molestia-... te agradezco todo lo que has hecho estos meses y también que me acompañases hoy pero como has dicho, Sanit no está aquí y ya no te acosará más, por lo tanto tú y yo volveremos a tratarnos como antes de toda esta farsa.

Zee negó, se sentía destrozado, furioso y no con Saint, ni siquiera con su ex, lo estaba consigo mismo pues sabía que en el fondo el castaño tenía razón, todo era debido a su cobardía pues si hubiese olvidado a Sanit desde un principio, no hubieran llegado a tanto las cosas.

Quizás si lo hubiese enfrentado y solucionado sin meter al mas joven en medio, el pelo mechas no se hubiese ensañado con él.

Había prometido protegerlo y por el contrario había dado un motivo a Sanit para terminar haciendo lo que hizo.

Todo eso era verdad pero también lo era su amor por el castaño, un sentimiento que había nacido poco a poco y día a día, que era tan fuerte y puro que eclipsaba otros que había sentido anteriormente.

-Saint, yo ya no puedo ser solo tu vecino o tu amigo como antes-dijo este finalmente parándose en medio del salón.

-¿Q-Qué quieres decir con e-eso?, no te e-entiendo...deja de hacerlo más difícil, ¿No crees que ya basta?

Tras decir eso, este comenzó a sollozar pues el amaba a Zee a pesar de todo y aunque tenía asumido que jamás lo correspondería, al menos quería conservar su amistad.

Zee se le acercó y le limpió las lágrimas con su mano.

-Saint, yo ya no puedo ser solo tu amigo porque te amo... este idiota ciego finalmente abrió los ojos y se enamoró perdidamente de ti.

El castaño lo miró frunciendo el ceño.

-¿Estás bromeando verdad?, de repente te has vuelto loco de remate.

Este negó, entonces le acarició el pelo y acto seguido le dio un pequeño beso en la nariz.

-No estoy loco, ni esto es una broma, pequeño... Realmente te amo y quiero que seas mi novio pero esta vez que lo seas de verdad, ¿Qué dices?, ¿Me aceptas?.

 Realmente te amo y quiero que seas mi novio pero esta vez que lo seas de verdad, ¿Qué dices?, ¿Me aceptas?

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4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora