13.- "Secuestros"

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Leo

De nuevo la oscuridad va por la habitación, mi única compañía como siempre, era Géminis.

Mi brazo rodeaba su cintura mientras ella dormía, sé bien que solo duerme e intenta no pensar en nuestra hija, pero vamos, es claro que más de la mitad del tiempo solo pensamos en cómo estará ella.

Una parte de mi, un instinto de padre, que normalmente tienen más instinto del peligro, sabía que dejarla con Andrés, no era ni en otro contexto, la mejor idea.

No estaba para nada tranquilo, como pude, me levanté sin mover mucho a Gem, necesitaba salir a pensar, o al menos a encontrar algo, lo que sea, pero algo que me asegurara que Sagi estaba bien.

Salí de la habitación en silencio, de mi dedo salió una pequeña mecha de fuego para poder ver, algo así como una vela.

Bajé las escaleras hasta que ví que había luz desde la cocina. Sigilosamente, me adentré en ella, y ahí estaba la pelirroja, sentada sobre la mesa de barra.

Leo- ¿Insomnio? -pregunté en voz baja-.

Cáncer- No me gusta dormir -lanzó- no me gusta soñar lo que sueño.

Leo- ¿Ah no? -me subí a un lado de ella, sentándome por igual- ¿Y qué es lo que sueñas?

Suspiró negando, parecía cansada, más bien, todos estábamos mentalmente cansados de todo esto, ya parecía más una batalla que seguramente no ocurriría, o que quizá ya la teníamos perdida.

Cáncer- Es como si estuviera en un monumento en ruinas, pero, son varios pilares que lo sostienen -comentó- luego empieza a ocurrir una tormenta, y todas las cosas comienzan a salir volando por el aire... Al final, el monumento empieza a derrumbarse, los pilares se caen, todos, uno por uno.

Asentí analizando, quizá podría ayudarla a saber qué significa ese recurrente sueño.

Leo- Bueno, quizá no sepa con exactitud qué sea, pero te ayudaré a descubrirlo -opiné seguro-.

Cáncer- ¿Dónde quedó el Leo narcisista? -preguntó bromista-.

Leo- Yo espero que muy enterrado en el pasado -reí- no sé, tener la responsabilidad de una familia me hizo cambiar demasiado, simplemente dejas de preocuparte por ti mismo y empiezas a pensar en tu familia.

Seguimos conversando un tiempo en la cocina, raramente, disfrutaba de hablar con ella, casi nunca conviví con Cáncer en el pasado, y era interesante ver su forma de pensar.

Pero entre tema y tema nocturno, Cetus entró a la conversación.

Cáncer- Te digo algo, no confío en él, ya no -confesó- él es muy... Misterioso.

Leo- ¿Por qué lo dices? -pregunté buscando una caja de cereal-.

Cáncer- Pues... -miró a los lados, verificando que nadie nos pudiera escuchar, lo cual es ilógico, están durmiendo todos- yo creo que él es el hijo de Sirio.

Reí. -Ya, en serio.

Cáncer- Es en serio -me dijo- piénsalo un momento, desde que llegó, solo está interesado en saber quién es el otro hijo, Leo, solo quiere saber eso. Ponte en otro lugar, si tú supieras que tienes un hermano, ¿No harías lo que fuera para saber quién es?

Leo- Si lo pones en ese contexto -le pasé la caja no sin antes tomar algunas hojuelas- tampoco es lo único que ha pasado con él.

Cáncer- Explícate, fosforito -dijo burlándose del apodo que Escorpio me puso-.

La Batalla Continúa (C.D.Z #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora