「29」

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⸙Yoongi]

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⸙Yoongi]

Imprudente. Así se podía definir mi comportamiento en ese momento. Había sido tan arriesgado que por un segundo sentí que caería del fino hilo de mi cordura. Y lo habría hecho. No solo me nublaba la mente el alcohol, me la nublaba él. No pensaba, tan solo actuaba, me lanzaba encima suyo como si me lo fuera a comer, porque en el fondo era eso lo que sentía, ansias de devorarle.

Había sido una suerte que me parase, aunque obviamente en ese momento no pensara lo mismo. Incluso aún, refrescándome la cara en el baño antes de bajar al salón, seguía sintiendo la tentación de volver y empotrarlo contra la pared. Me había costado una vida abandonar el cuarto, sobretodo mientras me miraba de esa forma. El muy desgraciado jugaba con mi mente, y yo no podía más que odiarme a mí mismo por sucumbir tan fácil a sus encantos.

Era una estupidez, algo tan sinsentido que a penas podía planteármelo sin soltar una amarga risa. Estaba encaprichado del rarito, enganchado del castaño que tanto de quicio me sacaba. La mayoría del tiempo solo quería acabar con él, y ahora entendía el porqué, el porqué me creaba tanta rabia solo mirarle. Simplemente me atraía, y no soportaba sentirme atraído por él.

Cerré el grifo y me sequé el rostro con una toalla que había colgada junto al lavabo. En el reflejo del baño podía verse la puerta de la habitación en la que probablemente permanecía Hoseok. Seguramente aún sobre la cama, con los labios hinchados y la camiseta a medio deslizar por su hombro. Con esa mirada que parecía pedir muchas cosas, y mi mente confundía cada una de ellas.

Suspiré y negué, molesto conmigo mismo por seguir con el tema. Todo eso había quedado atrás, como una mala elección en el momento menos adecuado. No se iba a repetir, tan solo era un capricho pasajero. Sí, solo eso. De seguro que en unos días volvía a resultarme igual de desagradable que siempre.

Bajando las escaleras ya podía escuchar todo el barullo del salón, el cual había disminuido considerablemente. Lo que si había aumentado era el desorden, pues toda la mesa estaba llena de latas vacías de cerveza, y eso sin contar la parte del suelo más cercana al círculo en el que aún se encontraban jugando. No eran muchas personas, apenas llegaban a la decena, pero definitivamente cada una de ellas no destacaba especialmente por su limpieza. Y yo tampoco, para que íbamos a engañarnos.

Lo primero que hice nada más llegar al salón, fue apartar varias latas de mi camino con el pie, mandándolas a la pared de enfrente. Igual nadie me tuvo en cuenta, pues estaban demasiado distraídos con el espectáculo que les proporcionaban dos personas.

- ¿Moonbyul? –ahí sí que todo el mundo se giró hacia mí. Bueno, todo el mundo menos la persona a la que me dirigía, quien me levantó el dedo pidiéndome que esperara un momento y siguió comiéndole la boca a la anfitriona de la fiesta. Cuando terminó, se giró hacia mí y me miró sonriendo, dejando en claro que iba completamente ebria. Segundos después volvió a mirar a Yongsun, quien parecía mucho más consciente de la situación, y solo eso le sirvió para comprenderla.

- Yoonginiee... –la rubia se puso en pie y vino a mi lado, tirando varias latas por el camino. Tampoco pareció notarlo, y debía ser por lo borracha que iba. Por eso Moonbyul no bebía a menudo, porque no tenía nada de aguante. Me agarró la mano y puso una mueca preocupada. – La botella me había señalado a mí, y luego a ella, y pues teníam...

- Ya lo sé, lo di por supuesto –debió sorprenderle la tranquilidad en mi tono, y no solo a ella. Todo el mundo seguía expectante por mi reacción, pero me daba a mí que iban a terminar decepcionados. No me importaba que se hubiera besado con su amiga, en estos momentos mi cabeza tenía otras cosas de las que preocuparse, y Moonbyul no estaba entre ellas. Además de que habría sido muy hipócrita por mi parte echárselo en cara cuando hacía menos de diez minutos casi me lo montaba con el rarito en el cuarto de su hermana. – ¿Nos vamos? Estoy cansado.

- ¿Eh? –pestañeó varias veces, miró a Yongsun, quien únicamente se encogió de hombros, y ambas volvieron a posar su vista en mí. Yo seguía igual de indiferente, y seguramente eso las desconcertaba. – Eh..., cl-claro.

- ¿Tienes las llaves de tu piso? –ella rebuscó en los bolsillos de sus pantalones y cuando llegó a los traseros, asintió, sacándolas y zarandeándolas frente a mí. Asentí e hice una reverencia a todo el mundo antes de marcharme con ella tomada de mi mano. La única que no se despidió fue Yongsun, quien aún seguía completamente impactada.

Una vez en la calle tuve que ayudarla a ponerse el casco y abrocharse la chaqueta, y todo eso intentando no emborracharme yo mismo con su aliento. Apestaba tanto a alcohol que probablemente si me encendía un cigarro, explotaríamos. Por eso mismo, y porque tenía prisa por dejarla en casa cuanto antes, esperé a estar solo para fumar.

 Por eso mismo, y porque tenía prisa por dejarla en casa cuanto antes, esperé a estar solo para fumar

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『Mirate』⸾YoonSeok⸾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora