Dulces

11.8K 1.2K 714
                                    

—jóvenes amos— llamo Alfred después del desayuno, los chicos que ya estaban por desaparecer cada uno por su lado. —como bien saben, el amo Bruce se ha ausentado en la empresa ya tres días y los socios...

—arpías— susurro Jason, Alfred dio una sonrisa discreta

—ya están volviéndose locos con su ausencia— los cuatro chicos lo vieron con seriedad.

—yo no iré— alzaron las manos y hablaron al unísono.

—ustedes no irán— Alfred miro de reojo una figura aparecerse —iré yo a atender esos imprevistos, en cambio ustedes atenderán al amo Bruce este día.

—claro— Dick se levantó entusiasmado. —día familiar— agarro del cuello de la camisa a Jason que trataba de huir.

—amo Bruce, los jóvenes estarán a su cuidado hoy, por favor pórtese bien— el chico asintió con una ligera sonrisa, al mayordomo se alejó y salió de la mansión, dejando a los chicos ahí.

Sin reglas

Sin pedidos

Y sin la regla más importante que tuvo cuando Bruce era un niño.

¡No dejar sin supervisión la cocina o a Bruce!

Bruce estaba leyendo un libro en la biblioteca en silencio, Dick estaba en el sofá en la sala atando a Jason que se removía para fugarse de hacer de niñera. Damian lo ayudaba hacer los nudos.

Tim en cambio estaba en su cuarto investigando las fotos antiguas de Bruce tratando de encontrar cosas que le entretuvieron, para saber cómo cuidarlo mejor.

Los cuatro estaban tan entretenidos que no vieron la figura pequeña bajar por las gradas y meterse a la cocina

—lo sabía, Alfred dejo pastel— con cuidado saco la torta, y cortó un pedazo grande, la volvió a guardar con todo el silencio del mundo. Busco entre los gabinetes en el fondo, encontrando el dulce de chocolate, lo rego por todo el pedazo de pastel.

—hoy será un gran día— camino hacia el refrigerador, pero se ocultó rápido tomando el plato, escondiéndose tras la alacena.

—¡no toques el pastel Dami!— escucho gritar a Dick que parecía seguir forcejeando con Jason.

—diablos— cerro el refrigerador con fuerza. Y salió de la cocina, Bruce espero un rato más para volver a salir, saco rápidamente el helado y se puso tres bolitas, una de chocolate, otra de vainilla y otra de menta con chocolate.

Espolvoreo grageas de colores, se puso una galleta de vainilla y una galleta oreo. Se alejo unos pasos admirando su obra maestra. Sonrió y se preparó para huir a su guarida secreta.

Salió por la puerta de la cocina que daba al patio y se metió por la ventana del salón de fiestas. Camino esquivando las habitaciones donde escucho ruidos. Fue hasta una habitación oculta en el pasillo de servicio. Que estaba tras una pared, ni siquiera Alfred sabía de esa habitación.

Al entrar vio que todo estaba limpio, las paredes eran anti-sonido, había una pantalla plana cubriendo casi toda una pared, un sillón, un pequeño frigorífico, ajedrez y...¿Eso era una consola de Nintendo?

Recordaba vagamente haberlos traído a su escondite, pero no sabía cuándo. Los recuerdos eran vagos, y al esforzarse un débil mareo le llegó.

Olvidándose de eso, se sentó en el sillón, tomo el control de la televisión, y busco en Netflix alguna película que le atrajera. Termino escogiendo una de romance y comedia.

La propuesta

Le parecía interesante.

Se acomodo, y se puso a ver la película comiendo su pedazo de pastel, con helado.

Bruce Wayne ¿Niño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora