Amantes.

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-Continuación de Mejores Amigos.

-Universo original.

-Infidelidad.

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Los rayos del sol entraban desde la ventana entre abierta dando paso así a la luz que entraba a la habitación.

Izuku despertó suavemente bostezando en el proceso, su miraba enternecida se dirigió a un gran bulto de sábanas a su lado.

Con dulcura acarició entre las sábanas lo que parecía ser una figura masculina.

Solo que no era su esposo Shoto.

Una mata de cabellos cenizas se dejaron ver, acomodándose cómodamente en el pecho desnudo de la pecosa.

—Es hora de despertar, Kacchan.— pronunció suavemente la mujer.

—Cállate y déjame dormir.— altanero dijo el rubio, acto seguido cerró sus ojos pesadamente para volver a conciliar el sueño nuevamente.

—No puedes estar mucho tiempo ahí, lo sabes.— en un tono triste dijo Izuku. Recordándole la realidad a Bakugo.

—Sí, lo sé Deku.— a continuación procedió a levantarse de la gran y cómoda cama y comenzar a vestirse.

Cosa que también copió la pecosa, sin apuros, comenzó a ponerse las prendas que anteriormente había usado.

Observó como la cama estaba hecha un desastre, pues sólo ella y las cuatro paredes que les rodeaban, fueron testigos de cómo se entregaron carnalmente a la lujuria.

Sí.

Habían sucedido muchísimas cosas para terminar así, escondiéndose estos últimos años tal cual ratas asustadas.

Recapitulemos.

Después de la boda de Izuku y Shoto, Bakugo decidió contraer matrimonio con Camie, en un acto de reprimir sus sentimientos por Deku.

Pero inesperadamente el destino fue tan maldito.

Pues en la labor de trabajo Katsuki tenía que estar con Izuku, lo cual afectaba terriblemente a sus sentimientos.

Pues aún trabaja en aceptar lo que eran ahora.

Rivales, compañeros, amigos...

Pero nunca lo que él deseó tanto.

Para su suerte o mala, Shoto pertenecía a otra agencia al igual que Camie, lo que significaba estar todo el tiempo con Deku.

En una ocasión, ya sea mala o buena, Shoto terminó por ir de intercambio a otro país, al igual que Camie, que ironía...

Ese maldito viaje era uno de más de una semana.

Fue por eso, por ese maldito viaje de intercambio.

Que terminó teniendo sexo con Deku como tanto deseaba.

¿Cómo?

Fue un día después de que Shoto de había ido.

Izuku amablemente invitó a Katsuki a su casa a pasar tiempo despues de él gran trabajo de hicieron.

Katsuki quería negarse, juraba que lo haría, pues era tanto el daño que le hacía estar cerca de ella, y mucho más el saber que estuvieran solos.

Pero él ver esos bellos ojos que tanto amaba pedírselo, le fue imposible decir que no.

Y le costó tiempo asimilar que después de unas cuantas copas de vino que no tenía tanto alcohol, ahora la estaba besando ansiosamente, y que Deku, con mucho gusto correspondía.

Fue un impacto para sus sentimientos, pues no era la misma sensación cuando besaba a su esposa y fantaseaba con que eran los labios de Izuku, esta vez era real. La tenía.

Pero la razón lo volvió a la tierra al igual que Deku.

Estaban casados.

Rápidamente dieron fin al beso, tomando una distancia aprudente del uno al otro.

—Carajo...— dijo frustrado el rubio, al saber el gran error que cometió.

Observó a Izuku la cual extrañamente estaba callada. No tardó mucho en deducir que le afectó de verdad.

Al intentar hablar para calmarla, se vio interrumpido por los fuertes sollozos que comenzó a soltar Izuku.

Estaba llorando, lamentándose.

—Deku...— en un intento de calmar su llanto dijo.

La ahora señora Todoroki levantó la mirada.

—¡Lo siento tanto!

El ver esos hermosos ojos heridos por la culpabilidad y vergüenza le afectó demasiado. Sin pensarlo se abalanzó con rapidez hacia Deku abrazándola.

—¡No tienes porque disculparte idiota! ¡Fui yo, yo y mis sentimientos de mierda...te arrastré a esta mierda solo por ser un cobarde y nunca decirte cuando te amo.

Fue en ese momento.

Donde seguiendo sus sentimientos no pudieron parar la pecaminosa relación. Llena de engaños y mentiras, sólo para estar juntos.

Donde en ese instante se sintió tan bien y tan mal al saber que Izuku también lo amaba.

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Izuku le confesó esa misma noche todo.

El como ciegamente contrajo matrimonio con Shoto por la misma razón que el, el como al no querer arruinar sus carreras decidió aquello.

Como le hacía tanto daño verlo con Camie deseando ocupar su lugar, al igual que Katsuki al verla con Shoto.

No querían herir a sus parejas.

Sabían claramente que al tener una relación secreta lo harían igual. Pero decidieron aquello.

Habían sido precavidos.

Cada encuentro, cada beso.

Eran tan buenos y tan malos.

Pero poco a poco, al pasar de los años se iban cansando de aquella rutina y de verle las caras descaradamente a sus parejas.

Pero no quedaba de otra, sabían que si decidían contarles aquello sus parejas matrimoniales se volverían locos. Y ni hablar de la prensa.

Así que, cuál doloroso sea, tenían que seguir así, aunque internamente pedían a gritos el poder estar juntos y formar un hogar, les sería imposible por el momento.

Aún si se aunque se amaran profundamente.

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—Te tienes que ir— riendo decía Izuku. Al sentir como Katsuki la besaba tiernamente sus mejillas y labios.

—Te amo...

Deku suspiró.

Katsuki solía decir aquella frase tan profunda cuando Shoto estaba por llegar. Una cosa que les dolía muchísimo a ambos. Pues al no querer levantar sospechas y comportamientos extraños por sus parejas maritales, se veían en la obligación de complacerlos en todos los aspectos. Eso incluía sexualmente.

Con un profundo abrazo y apasionado beso se despidieron, aún si deseaban tanto nunca hacerlo.

Sí.

Públicamente no eran más que rivales, compañeros, amigos...

Cosa que también Katsuki se veía obligado a creer.

Pero cuando las puertas se cerraban sus corazones enamorados no querían separarse.

Al cerrar las puertas, dolorosamente se convertían en solo amantes.

One-Shot's KatsuDekuFemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora