Cuenta Tini
Desperté cuando su brazo dejó de abrazarme por la cintura. Se levantó y salió para ir al baño que estaba en frente de su cuarto. Me senté en la cama y la realidad me golpeó junto a la culpa, sentía como si las cuatro paredes de la habitación me estuviesen mirando fijo y negando con la cabeza. Estaba harta de sentirme así cuando estaba con él, especialmente después de las noches que pasamos juntos.Suspirando, y sin moverme mucho, alcancé mi ropa interior y me la puse con calma mientras escuchaba el agua saliendo del lavamanos. Me asomé al piso y lo primero que vi fue su campera, así que me la puse encima y salí de la habitación. Caminé descalza hasta el balcón y respiré profundo el olor de la lluvia que se mezcló con su olor impregnado en la campera.
Disfruté del aire fresco dejando que el viento me despeinara un poco. Observé a las personas caminando a paso rápido para refugiarse de la lluvia, mientras que los autos empezaban a quedarse atrasados en tráfico. Me sobresalté al sentir su mano deslizándose en mi cintura, pero al segundo me relajé.
Sebas: Pasa al baño si queres.
Besó la coronilla de mi cabeza antes de volver a entrar al departamento.
A este punto sabía que ya no había mucho que hacer, porque acababa de confirmar que esto era más que una calentura, lo que claramente me dejó más intranquila que antes.
Entré de nuevo para ir al baño, me lavé la cara con agua fría, enjuagué mi boca, me miré en el espejo y con calma desenredé mi pelo con los dedos. Fue inevitable juzgarme a mi misma al verme semidesnuda debajo de su campera y sentí terror por quedarme sola con esos pensamientos destruyentes, así que salí.
Reí al verlo putear a la cafetera y mis ojos rápidamente recorrieron su espalda donde tenía algunas marcas sutiles de mis uñas. Me acerqué y lo aparté para darle una mano. Presioné unos botones y la máquina empezó a funcionar.
Sebas: Es nueva, pero no tengo idea de cómo funciona.
Abrió uno de los estantes para agarrar una caja de cereales y luego sacó la leche de la heladera. Dejó ambas cosas en la mesa antes de buscar un plato hondo y una cuchara.
Sebas: ¿Queres?
Tini: ¿Tenes algo más?
Sebas: No sé su majestad, ayer esos bestias me dejaron sin nada.
Se sentó sobre la silla y empezó a preparar su leche con cereales. Rodé los ojos por el "su majestad". Abrí la puerta de la heladera y encontré un poco de pan junto a algunos huevos.
Tini: ¿Puedo?
Sostuve el pan y los huevos en mis manos. Sebastian asintió mientras me miraba atento y no perdí tiempo en hacerme el desayuno ya que estaba hambrienta.
Sebas: Me gusta como te ves chiquita pero... ¿No tenes frío?
Giré mi cabeza sobre mi hombro y lo vi llevarse una cucharada a la boca mientras me miraba de pies a cabeza.
Tini: Me gusta el frío.
Volví a lo que estaba haciendo. Unos minutos después me senté a su lado con mi plato lleno y cubiertos, aunque Sebastian ya había terminado con sus cereales.
Tini: ¿Qué hora es?
Sebas: Las once.
Comí en silencio mientras que él tenía la mirada perdida. Se levantó unos minutos a recoger y limpiar un poco, y luego regresó a la mesa con una taza de café para mi. Le agradecí con una sonrisa que me devolvió.
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Después | Sebastini
FanfictionEsta historia es completamente ADAPTADA. Todos los créditos a su autora original.