Cuenta Tini
Viernes
Llegué a casa muerta del gimnasio, sin contar las casi cinco horas que cursé a la mañana. Como todos los fines de semana, planeaba quedarme en casa y quizás pedir algo de comer para compartir con mis papás, pero Panchito me escribió para decirme que esta noche celebraría su cumpleaños en un bar y después se iban todos a bailar.A Pancho lo conocí a través de Ricky, no lo consideraba exactamente como mi amigo cercano, pero si era gran amigo y compañero tanto de Ricky como de Sebastian, y teniendo en cuanta que nunca tuve una buena relación con el amigo de mi novio, por suerte con Panchito era diferente.
Sabía que salir esta noche implicaría pasar horas con Sebastian, así que el plan sería el de siempre: evitarlo lo más discretamente posible. Pasó un mes entero desde la última vez que nos vimos y hablamos en aquel lugar de comida rápida, y me había enterado por los padres de Ricky que Sebastian ya estaba viviendo con su nuevos mientras buscaba un nuevo departamento propio.
Fue una sensación divina la de bañarme, perfumarme y vestirme con ropa que me quede linda. Un vestido negro, abierto atrás y con cruce en el cuello fue mi elección, era lindo y sexy, pero cubría lo justo y necesario.
Mientras me maquillaba en el baño mis ojos viajaron a las cremas de Carola que todavía estaban en su lado del lavamanos, pero no dejé que eso me desanimara. Estos pequeños momentos de felicidad los iba a cuidar con mi vida si no quería volver a la depresión donde caí meses atrás.
***
No podía dejar de reír, el ambiente se sentía alegre y relajado. La buena y fuerte música, los tragos en la mesa, las anécdotas y las historias que contaban los chicos... todo fluía muy natural.
Las luces del bar estaban bajas, pero la iluminación del lugar provenía de las pequeñas y gruesas velas que adornaban el centro de las mesas. Éramos aproximadamente diez personas las que estábamos sentadas en la larga mesa que Panchito había reservado. Los conocía a todos, pero no los veía hace mucho, solo son un par los que veo más seguido porque van a mi facultad y son amigos en común que tuvimos Ricky y yo.
Camilo me pidió otro trago, hice una mueca u él rió.
Cami: Dale Stoessel.
Tini: Vine con el auto y están muy cargados los tragos que me estás dando.
Cami: Apenas es el tercero.
Tini: Vine con el auto.
A pesar de que la estaba pasando bien, decidí traer mi auto y usarlo como excusa para no excederme, pero sobretodo, para irme temprano.
Cami: Si salís dada vuelta te prometo que te ayudo a volver a tu casa, para eso estamos los amigos ¿o no Mechi?
Nuestra amiga, que estaba sentada al lado mío, rió como si alguien hubiese contado un chiste.
Mechi: Tranquila Tini, vamos a salir todo en pedo de acá.
Cami y yo reímos por los evidentes tragos que Mechi ya tenía encima. Seguimos los tres conversando entre nosotros y Cami me terminó de convencer, así que me pedí otro trago con ron blando y no sé que más.
Ya era tarde para arrepentirme de haber tomado demás cuando sabía muy bien que tenía que manejar, pero la estaba pasando bien y decidí dejar de lado la negatividad y las preocupaciones. Panchi, el cumpleañero, cantaba sin vergüenza la cumbia que sonada, era él quien iba a salir quebrado del lugar, pero definitivamente nos contagió a todos el buen humor.
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Después | Sebastini
Fiksi PenggemarEsta historia es completamente ADAPTADA. Todos los créditos a su autora original.