Cuenta Tini
~FLASHBACK~
Los saludé tratando de mantener la calma y cruzando los dedos para que Sebastian me haya hecho caso cuando le pedí que me esperara arriba en mi pieza. Los apuré para que entraran ya que por suerte no se habían dado cuenta que el auto de Sebastian estaba estacionado a unos pasos de ellos, pero esa suerte no me duró mucho porque cuando los invité a pasar a la cocina él estaba con su torso desnudo y sus brazos apoyados en la mesa del centro, mirando a la nada.Maldije mil veces.
Al salir de la ducha envolví mi cuerpo mojado en una toalla y regresé a la pieza. Él estaba sentado en la cama con su ropa puesta y el celular entre las manos. Me puse ropa cómoda y lo miré. Necesitaba pensar y analizar muchas cosas, pero no podía hacerlo con él acá.
Tini: ¿Te enojas si te digo que quiero estar sola?
Apartó sus ojos de la pantalla del celular para mirarme.
Sebas: ¿Por qué?
Tini: Tengo un humor horrible y no me la quiero agarrar con vos.
Pasó sus dedos pensativo por su pequeña barbita antes de levantarse.
Sebas: No me enojo, pero tampoco me gusta tener que irme así de la nada.
Guardó su celular en el bolsillo trasero del pantalón, caminó hasta mi y tuve que levantar mis talones por unos centímetros para poder alcanzar sus labios. Nos despedimos con un casto beso y sonrió sin ganas.
Sebas: Deja de pensar tanto, no te tortures.
Parecía como si hubiese escuchado todo lo que paraba por mi mente. Antes de irse dejó otro pico en sus labios que me devolvió por inercia. Me molestaba que se hiciera el duro porque sabía muy bien que por dentro él estaba igual que yo, pero trataba de no demostrarlo. Tal vez Sebastian logrará superar el asunto del encuentro con Marlene y Ricardo con más facilidad, pero yo no era tan fuerte como él en ese aspecto.
~FIN DEL FLASHBACH~Esa misma noche después de tanto pensar sin llegar a ninguna conclusión me sentí mal por haberlo echado, así que una semana después lo invité al teatro a ver una comedia musical que Cande me había recomendado. Creo que a ambos nos haría muy bien esa salida, y además era un plan distinto que me hacía excelente cuando la cabeza no me daba más para seguir estudiando. Elegimos la función de la noche ya que los dos estaríamos desocupados de nuestros deberes.
Me coloqué la campera de cuero negra encima y me miré unos segundos frente al espejo.
Mari: ¿Salís hijita?
Mi mamá se asomó por la puerta de mi habitación.
Tini: Si ma.
Mari: ¿Y cuándo lo vas a traer a casa?
Suspiré.
Tini: No sé, nunca.
Mari: ¿Por qué?
El tono dramático que usó mi mamá me hizo reír. Caminé hasta mi cama para buscar mi cartera y la colgué de mi hombro. Mi mamá seguía esperando mi respuesta sosteniendo una expresión de tristeza e inquietud.
¿Qué tan malo podría resultar traer a Sebastian a casa a socializar con mis papás? Del uno al diez, un once.
Tini: Es que ya lo conocen.
Con esa confesión tuve la esperanza de que bajara su insistencia, pero abrió sus ojos como platos.
Mari: ¿Por qué tanto misterio entonces?
ESTÁS LEYENDO
Después | Sebastini
Fiksi PenggemarEsta historia es completamente ADAPTADA. Todos los créditos a su autora original.