I

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El invierno azotaba las calles en un fin de semana. Y un joven cabellos negros caminaba por las calles heladas mientras buscaba una dirección.

Era su oportunidad de triunfar..

Paró, la carta que recibió aquella mañana indicaba en ese lugar. Era uno elegante, de buena clase. Sin embargo él solo fue vestido con ropa simple.

Todo sea por triunfar..

Un hombre alto y robusto se acercó extendiéndose de brazos para sembrar un abrazo en Uenoyama. Sí se sentía bien él saber que podría al fin ser valorado. Y si usaba el convencimiento podría incluir a todos.

–es un gusto verte...–hizo una pausa indicando que no sabía el nombre del muchacho, solo rodó los ojos

–Uenoyama Ritsuka, un gusto señor–el gran hombre lo invito a pasar.

Dentro del restaurante había solo gente de gran gama, entre mozos refunfuñantes Uenoyama se ahogaba en el agradable aroma de la comida.

– Verás Uenoyama tienes un talento que me llamo totalmente la atención, cumples con todas mis expectativas– se sentaron en una mesa bastante elegante y por arte de magia ya tenían la comida en bandeja– y quisiera que dejes a esos– hizo un corte para resaltar la palabra que al joven ojiazul hizo apretar sus puños– "inútiles" sobre todo ese vocalista, tiene chispa, pero no tiene todo lo que quiero, pero tú–miro al ojiazul a los ojos con detenimiento– eres realmente magnífico, ¿Te has oído? Tienes el brillo necesario, eres puro

– no me considero genial señor, ni "puro" solamente soy yo mismo al tocar, y quisiera que si me contrata a mí, incluya a mi banda– el robusto hombre únicamente hizo una pausa para luego mencionar lo que quedaría hecho. El error que haría todas las promesas hechas por la banda.. para Mafuyu, queden rotas.

– no busco a tu banda de principiantes, te quiero a ti, pero ponte a pensar, llegaste de una banda pequeña– cruzó los brazos, llamando la atención del pelinegro– ganarías fama para ellos, solo imaginalo, serán grandes, y en poco tiempo podemos reclutarlos también.

Esa idea le agrado al joven, el solo imaginar que ganaría fama y a la vez hacer crecer a Given era todo lo que quería saber.

– pero quiero un horario cómodo para ensayar, tengo cosas personales y quiero seguir tocando para mí banda– el mayor solo ladeó la mirada y sabiendo que aquel joven no tardaría en abandonar a su antigua banda, extendió su mano en son de aprobación– entonces quedamos señor

– si pequeño, quedamos– le extendió una mica, dentro de ella estaban los horarios de atención y ensayo– procura llegar siempre temprano.

Uenoyama Ritsuka se condenó.

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Tres jóvenes estaban conversando de temas que no tenían interés, pero no pretendían incomodarse mucho menos callarse.

– Mafucchin, ¿Porque no llega todavía Uecchi?– pregunto un rubio de bonita cabellera al pequeño chico cabellos naranjas oscuros.

– no lo sé, no me responde desde ayer– no habia preocupación en su tono, pues no había el porque desconfiar de su pareja. Se amaban mutuamente y sabía que no había motivo para celarse.

– yo te veo muy tranquilo Mafuyu, pero si de mi se hubiera tratado estaría hecho un loco buscando el porque no ha habido respuesta de su parte– mencionó un rubio con perforaciones– aunque Uenoyama es demasiado tonto para poder serte infiel

– Akihiko, ten cuidado con tus palabras– sin embargo el menor del grupo no tenía problemas confiaba en Uenoyama.

– perdón la demora, pero tengo algo importante que decirles– un joven cabellos negros brillantes entraba al estudio para saludar a su novio y a los demás integrantes, estaban curiosos por la noticia– seré solista.

Uenoyama pensó que se alegrarian todos, más no fue así. Es más su pareja lo miro con miedo. ¿Porque? Debían alegrarse.

– no dejaré Given, ya acordé con el productor, tocaré para ustedes también– el lugar seguía en silencio–¿No van a alegrarse? Es por el bien de la banda, si yo triunfo, nos reconocerán

Los dos rubios solo callaron al igual que Mafuyu. Uenoyama no entendía, esperaba al menos que su novio se alegrará, sin embargo lo vio con mirada pérdida, estaba en su mundo.

Así transcurrió el ensayo, pero el pelinegro no iba a callar, debía dejar claro que no los abandonaría.

– oigan chicos, vamos lo hago por el bien de la banda, por nosotros– el rubio de perforaciones solo lo miro a los ojos con desaprobación– Kaji-san vamos

– debiste consultarnos, ¿No importa nuestra opinión acaso?– suspiro pesadamente. Amargura y tristeza había en sus palabras, como si sabría lo terrible que se iba a avecinar– Por último, la opinión de Mafuyu, ¿Te importa?

En ese momento Uenoyama encontró el significado a las palabras de su amigo, ese rubio no quería que él progresara, solo quería tenerlo en lo bajo. No era así, pero Uenoyama estaba ciego.

– Kaji-san no tengo problemas Uenoyama-kun lo hizo por nuestro bien y se que es así– el rubio de cabellos largos no decía nada, solo trataba de guardar la calma al igual que el pequeño cabellos naranjas.

– Akihiko, ¿No quieres que avance, verdad?– las palabras eran orgullosas

– Uenoyama-kun, no digas eso– el pequeño pelinaranja trataba de bajar la intensidad entre aquellos jóvenes.

Akihiko Kaji sabía perfectamente que significaba tal propuesta, el tiempo que consumiría, y que ese chico se olvidaría de la banda pronto. Estaba furioso, no quería perder a un amigo, mucho menos separar a la banda.

– Mafuyu, afuera– ordenó con superioridad el ojiazul para observar a su pareja– Mafuyu espérame afuera

– Haruki lleva a Mafuyu a casa, yo me encargo de este tema– los dos mencionados salieron del lugar sin objeciones.

Alli estaban en medio de las respiraciones agitadas y amenazantes miradas.

– Debiste consultarnos– dijo el rubio de cabellos cortos para observar al joven prodigio– no podrás con tu solo, la banda, escuela, y Mafuyu.

– yo puedo, podré darles tanto tiempo a ustedes como a Mafuyu, así que ya para, es un bien para mí... Deberías alegrarte– el pelinegro estaba exhausto, de por sí tenía muchas cosas en la cabeza, ya era suficiente.

– no podrás, tal vez Mafuyu porque te ama te apoya, pero yo no, lo siento Uenoyama, pero se como terminará esto– salió del lugar dejando a Uenoyama solo.

Si bien sabía que si él se lo proponía lo lograría, sabía que Akihiko tenía razón, ¿Podría con tanto?

Promesas Rotas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora