Promesas Rotas (EDITANDO)

Final Alternativo

POV Mafuyu Sato

El día era bastante helado, las brisas frías y secas me hacían temblar.

¿Por que llegue hasta aquí?

— ¿No crees que es mejor que lo acompañes en su velatorio?— aquel ahora joven que crié me quiso hacer entrar en razón tal vez.

Sin embargo ya estaba viejo para estas cosas.

— así está mejor, él decidió irse, yo no pude detenerlo— vi ladear su mirada con fastidió. Solo seguí bebiendo mi amargo café.

Si, ya estaba bastante mayor y exhausto para esto, ya viví mi vida, y la sigo viviendo.

"Últimas noticias, errónea información acerca del ex guitarrista Uenoyama Ritsuka"

Sentí mi pecho revolotear en aquel momento. ¿Un error?

— debe estar mal, ¿Irás a verlo?— me levanté del sillón para darle la espalda, realmente no deseaba seguir escuchandolo.

— ¿No te toca ir hoy con Tomikoa?— balbucee para observar si lograba echarlo.

— entre más engañes a tú corazón de no aceptar amarlo más doloroso será— gire la mirada pero solo observé la puerta ser azotada con enfado.

— tú... Natsuki del demonio..— tomé mi maletín ya alistado, para salir al trabajo.

¿Engañarme? Gracioso. Yo siempre acepte mis sentimientos hacia Uenoyama. Él decidió irse.

— dicen que no deja de rogar porque traigan a un chico— murmullos. Nunca faltaban.

— ¿Enserio? — asentía el pequeño grupo. ¿No podían dejar los chismes para trabajar?.

— si, se llama Mafuyu Sato— paralice mi cuerpo un segundo. ¿A mí? ¿Será cierto?

— hey, pero ¿No es el de allí Mafuyu?— oí, claro que era yo. Era yo.

— No, él es Mafuyu Hyoka— escuche carcajeos.

— ah..— quise unirme a los rumores, quería saber más. Debía de.

— ¿Te nos unes viejito?— colore mi rostro de vergüenza, ¿Tan viejo me veía?

Así fue, como decidí viajar a Estados Unidos. Solo para darle esa paz que tanto rogaba mi nombre.

— estará todo bien, tranquilo— mis tres amigos, tan amables, puros, tranquilos. Haruki me daba esa paz.

— y si, ¿Ya no le gusto? ¿Si me ve muy viejo? ¿Tengo canas? ¿Se me notan?—pude observar al pelinegro observarme con atención. Ugetsu Murata, tan poco amable, poco expresivo, poco hablador, sin embargo una gran persona, que solo necesitaba ese complemento para dar cuenta de que la música no lo era todo. Y su complemento fue Kaji Akihiko.

— hey, estará bie— Akihiko fue callado por la repentina aclaración de garganta de su esposo.

— si no le gustaras no pediría a media prensa que te traigan a su lado— tenía razón.