– por favor, toca para mí .. para mí esposo– aquel hombre ojos esmeralda no pensaba soltar la mano del guitarrista que trataba aún de safarse– te pago el doble, el triple, si quieres. Pero por favor...
– no sabría darle respuesta– serio. Si ese hombre no estaba dispuesto a hablar de lo que a él le interesaba no tendría sentido el humillarse.
– lo conocí en un hospital, estaba aferrado a una guitarra, la cual yo toco de vez en cuando. En fin estaba tan apegado a ella, pero tenía las cuerdas rotas, sucias y oxidadas. ¡Era una Gibson hombre! ¿Como dejarla así?– que recuerdos trae eso– yo en ese momento estaba en un momento difícil. Realmente no pensé que él sería mi rayo de luz– el hombre prodigioso solo ladeada la mirada para seguir escuchando la amarga historia de amor de Mafuyu y ese hombre.
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Las luces de los alumbrales se encendidas e iluminaban aquella noche tan amarga.
– perdón por demorar, es que Natsuki, no pude dejarlo. Yo– fue interrumpido al ver el rostro destellante de su contrario que inmediatamente cargo al niño con ternura entre sus brazos–¿No te molesta?– trago en seco.
– ¿Bromea? Hyoka-san Es precioso...– el mayor exhalo pesadamente, se sentía aliviado.
A pesar de solo conocerse unas cortas semanas ese par adoraba el verse de vez en cuando. No para charlar. No para conversar. Sino para hacer algo que a Mafuyu le encantaba. Oírlo tocar y cantar.
El mayor tomando la guitarra comenzó a rasgar las cuerdas de aquella Gibson mientras encontraba la canción adecuada para el momento.
Para Mafuyu luego de haber tenido ese agujero nuevamente en su corazón 5 años, era un milagro el volverlo observar sonreír, y fijarse en otra persona. Era simplemente deleitoso, abrumador y adorable.
La paz en ambos se rompió pues el pequeño Natsuki comenzó a llorar sin parar. No había forma de calmarlo.
– Natsuki calma..– el mayor trataba de darle paz a la criatura– papá está aquí calma...
Había encontrado otra persona. ¿Porque no hacerlo? Tomado aire y con voz temblorosa comenzó a tararear, si. A tararear aquella canción que tanto adoraba, que le había dedicado a su único y verdadero amor. Yuki Yoshida.
Con las calmantes melodías el crío guardo silencio y comenzaba a estirar sus manos hacia el ojialmendra, este sin embargo solo cerró los ojos con fuerza. Tenía algún mal comentario de su acompañante. Más no espero la reacción repentina.
– es una melodía hermosa, siento haberla escuchado antes...– entregando al bebé nuevamente a Mafuyu comenzó a buscar en su aparato electrónico– bingo!, Mafuyu Sato, Fuyu no Hanashi– el nombrado solo lo miraba con atención– era una canción que le encantaba a mi esposa. Decía que le transmitias paz. Pero, un día solo nunca supimos más de tu banda, ¿Porque?– la tensión se hacía en Mafuyu, ¿Contarle? Pfff claro que no.
– problemas personales– cuento barato.
– lo entiendo– que funcionaba tan bien.
– ¡MAMÁ!– el grito del pequeño castaño lo hizo volver a la realidad– el señor dice que pagues.
Su plan de aquel día era al llegar el anochecer irse a ingerir unas hamburguesas. Pues el hombre sabía que tanto a su hijo como su esposo le encantaban.
– claro, perdón Natsuki, ¿Cuanto es?– el sermón del vendedor fue abrupta. Y tenía razón, si estaba en otro mundo él pequeño podía extraviarse. O incluso ser raptado– lo tendré en cuenta gracias.
¿Porque tenía que aparecer él justamente ahora para arruinar todo? Pero no dudaría. Amaba a su esposo. Y nada le haría cambiar de opinión.
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El frío azotaba a ambos hombres, sin embargo. El ojos esmeralda destellantes no parecía inmutarse al hablar de Mafuyu.
– está bien, lo haré. Pero tenga en cuenta que yo cobro por conciertos, y aunque sea como una serenata mi manager le facturará un dineral– sin embargo el contrario no se inmutó. Solo csrcajeo– no le encuentro la gracia.
– imaginé su rostro, él dice que no le gustan tus musicas, pero luego está oyendolas mientras mira a la nada, estoy seguro que le encantará– <<así que ... Oyes mis musicas>>– no logro aún el aceptar que rostro pondrá.
– ¿Cuanto falta para su cumpleaños?– la única oportunidad de empezar de 0 con él.
– en unas meses, es el 28 de febrero– y sería ahora.
– cuente conmigo, espero también ser un buen amigo suyo– estrechando manos, se dispuso a reparar aquellas promesas que él rompió en algún momento.
¿Será capaz de arreglar todas en solo "unos meses"?
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Promesas Rotas (EDITANDO)
FanfictionOcurrió cierto día de invierno, una mañana, Uenoyama Ritsuka quedó nervioso mientras estrechaba su mano con un gran productor musical. Ahora sería solista, ¿dejaría Given? no.. puede estar en ambos lados.. ¿Mafuyu? tendrá tiempo para él.. -¿cuánto...