IV

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La humedad del lugar junto a la respiración orgullosa del pelinegro abundaba en el lugar.

Ya había lastimado demasiado.

– chicos, yo, no sé quiénes son, mucho menos, Agh...– un rubio de aspecto calmado había reunido a dos chicos, un joven y otro mayor al igual que él– formemos una banda! Por favor, tú el de la guitarra tocas tan bien... Tú! Ehm.. siempre te lo he querido decir... Acepten por favor!

– que molesto eres– refunfuño el de aspecto rudo– pero yo también quería decirte lo mismo, ¿Haruki? ¿Verdad?– ambos estrecharon sus manos. La última palabra lo tenía aquel guitarrista.

– acepto, mientras den todo de sí, y que no nos separemos nunca...

– jamás nos separaremos!– esbozo el rubio de la gran idea.

prometamoslo!¡– extendiendo su mano el de aspecto rudo hizo hacer prometer a los presentes que estarían siempre juntos.

Los recuerdos invadían nuevamente la mente de Uenoyama, quien en ese momento hubiera corrido a buscar a todos. A él..

– pérdida de tiempo...– chasqueo la lengua con incomodidad. Ya para él nada importaba. Solo la fama.

💕 Mafuyu 💕

Uenoyama-kun, quería darte las gracias por todo. Perdón si me fuí así nada más. Ojalá tengas mucho éxito, siempre estaré apoyándote. Suerte. Y gracias por haberme dado confianza en mí mismo en algún momento.

6:58 PM

Ok.

7:16 PM

Inmediatamente el pelinegro paso a colocar el apellido del chico borrando su actual apodo. Ya no era nada suyo. Nada.

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En las calles un pelinaranja se aferraba con fuerza a su guitarra mientras pedía consejos a su pareja fallecida.

– nunca te dejare solo– esbozaba un joven cabellos oliva mientras jugaba con un avión– ¡es mi promesa Sato!

– ¿Lo dices de verdad?– en aquel pequeño niño sus ojos daban esperanza de que un "juntos por siempre" en esos dos pasaría en algún momento, pero no de forme amorosa.

– lo digo de verdad.. ven acá!– el oliva abrazo a su amigo mientras tallaba su cabeza– te quiero Sato!

"Eres un mentiroso" pensaba el cabellos naranjas mientras se aferraba a su guitarra cada vez más.

En el camino solo observaba a transeúntes pasar, entre niños, jóvenes, padres, madres. Había cientos de personas que diariamente a pesar de la adversidades seguían.

– estoy solo de nuevo..– encontró una banca cerca y se sentó en ella, ¿Porque a él? ¿Qué hizo mal en la relación? Ni él lo sabía– Yuki... Te odio mentiroso.. dijiste que estarías conmigo..– nuevamente esa sensación del viento golpearlo lo invadió, haciendo que este sonria ligeramente– entiendo.. estás conmigo..

Solo suspiro con pesadez, mientras el aroma amargo de las calles lo invadía lentamente. Estaba perdido.

Nuevamente Mafuyu Sato se sentía roto. Por una persona a la cuál nunca imaginó que lo iba a dañar.

Promesas Rotas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora