XII

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POV Uenoyama Ritsuka

¿Quejarme? Para nada. Interrumpí a Mafuyu en su día especial. Probablemente. Para que me atienda.

– Estás muy lindo– ¿Planeaba recuperarlo? Si.– ¿Amas a tu esposo?– gran pregunta.

Esta casando, y le pregunté si lo ama. Grande Uenoyama!!! Grande!!

– si, y mucho– sus labios soltaron la respuesta esperada. ¿Dolía? PERO CLARO!!!!

– este.. ¿Es alguien importante?–señale a la lápida que tenía tallado el nombre de "Yuki Yoshida".

– Es alguien que es y será importante para mí siempre– se le oía seguro, ¿Y como no? Lo poco que supe de Yoshida es que era alguien de suma importancia en la vida de Mafuyu, alguien que lo marco. Era claro que ni yo ni su esposo ocupariamos nunca ese lugar.

A veces pienso que Mafuyu lo hace a propósito. Por provocarme.

Su voz en un tarareo resonaba en el lugar.

¿Cuanto añore por oírlo?

Aquella melodía que me hizo sentir el amor hacia él.

Aquella melodía que nos unió.

Aquella melodía que se encargó de envolver todo mi ser.

Aquella melodía que no estaba predestinando.

Aquella melodía que yo rompí.

– reunamos Given– nuevamente salió la petición de mis labios– por favor

– no– una respuesta clara y firme.

– Dejaré todo, renunciaré a todo– tome sus manos– por ti, huyamos. Huyamos juntos.

¿Que estaba diciendo?

– Uenoyama no– safo sus manos de mi agarre– vete, hay una posta cercana si deseas tratar tú mano– nuevamente sentí el lado frío de él.

¿Que hice?

Hice caso al mandato y fui a una posta cercana.

Dicen que el mundo es pequeño. ¿No?

– Akihiko...– mis ojos lo observaron, más alto, fornido, apuesto. Ese era mi amigo.

– ¿Disculpe?– volteó hacia a mí, solo evite su mirada.

A pesar de mi traje que creí sería imposible hacer el que me reconocieran fallo.

– Uenoyama...– alcé mi mirada de forma obligatoria al llamado.

– Yo..– el contrario carcajeo, y pude notar que iba aferrado de un joven pelinegro– solo vine a atenderme.

– ¿Como has estado?– nada de rencor. ¿Estas bromeando? Debes odiarme. Ódiame!!!– oh, cariño, toma asiento, ahora te alcanzó– soltó su agarre para rodearme con su brazo.

– Akihiko.. yo..– ¿Decirle así de la nada?– quiero...

– Veo cada una de tus presentaciones, eres todo un capo!, Perdón por mi comportamiento del pasado, pero hey! Me ha traído suerte diría yo!– esa maldita sonrisa. Basta de fingir– ¿Sabes algo de Haruki? ¿Mafuyu?

Asentí.

– Haruki, vende productos– hice una pausa ligera para tratar aún de digerir mis palabras– y Mafuyu, se casó.

– me alegro por él, no lo volví a ver porque desapareció, era como si la tierra se lo hubiese tragado– carcajeo. ¿Enserio no había ni una gota de resentimiento? De su parte al menos no– ¿ Y tú? ¿Algún chico o chica que te robo el corazón?– negué. Solo él es mi dueño.

– Reunamos Given!¡– logré decir, finalmente.

– no, lo siento, me aleje hace tiempo de la batería, ahora dedico mi tiempo violín y a mi esposo– suspiro con pesadez– si te preocupa el pasado yo te perdone. Solo falta que te perdones tú mismo– extendiendo la mano en son de despedida.

Era el fin. De una semana apenas me quedaban unos días.

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Para mi mala suerte solo tengo un ligero golpe, un buen hielo y mañana estaré como nuevo.

Mi celular vibro. Era él.

– Uenoyama hijo!!! ¿Como van tus vacaciones? Ya están por terminar!–Me desgraciaste la vida.

– me conseguí un contrato, solo será unos minutos, como serena– sabía que no diría si.

– eso no te hará crecer muchacho!! Déjate de tonterías y relájate, que en tres días estás de vuelta.

Colgó, solo tres días para recuperarlo.

Y cada minuto contaba.

Promesas Rotas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora