7. Omegaverse

621 57 11
                                    


 El Sr: James Buchanan Barnes, veinte años, alto, apuesto, fuerte, exitoso, respetado, y un alfa; está locamente enamorado de Steve Rogers, su mejor amigo desde la infancia. El joven Steve, diecinueve años, bajo, delgado, enfermizo; está teniendo su primer celo, evento que finalmente le definirá entre una de las castas.

Sarah ha telefoneado a Bucky para informarle, lo común es que los chicos definan su casta entre los trece a los quince años, pero la mala salud de Steve retrasó por mucho dicho evento. James se definió como alfa a los catorce, y desde entonces ha estado esperando que Steve defina su casta como omega y poder -al fin- marcarlo y ser una bonita y feliz pareja; porque Bucky ama a Steve, y Steve ama a Bucky, se aman con mucha intensidad, con locura, y el deseo enorme de estar enlazados ha estado entre ellos, desde que eran unos muchachillos.

—Stevie — dijo Buck intentando abrir la puerta de la habitación de Steve que permanecía cerrada, Sarah corrió desde la cocina, se reprendió a sí misma por dejar siempre abierta la puerta principal.

—James, mírame, tienes que tranquilizarte — pidió —el médico está en camino, y necesito que tengas calma.

Bucky le afirmó, aunque ciertamente no estaba alterado, ni excitado, tan solo estaba ansioso; intentó seguir percibiendo el olor de Steve, muy fuerte para ser el de un omega, una mezcla de maderas y chocolate, no ese dulce, más bien amargo, pero bien, no era el olor a flores o frutas que había imaginado, pero no estaba nada mal; después de todo él huele a menta y a eucalipto, y Steve nunca se ha quejado de eso.

El médico -un beta- llegó junto a dos enfermeros de su misma casta, no tiene que preguntar mucho, ha sido el médico de Steve desde que era un niño. Sarah observa a Bucky y se impresiona de lo que piensa es una gran capacidad para controlarse, lo que ella no sabe es que el olor de su hijo no consigue enloquecer a Bucky.

—Hola, ¿cómo te sientes, Steve? — inicia el médico, quien ingresa despacio para no alterarlo, seguido vienen los enfermeros, su madre y Bucky. Entonces, Steve mira a Bucky con intensidad, pero quita la mirada, porque James no es lo que su cuerpo le está exigiendo. "No dejen que se mueva", ordena el médico a sus acompañantes, necesita revisar muchas cosas en el cuerpo de Steve, ya que ha tenido un celo, debe descartarlo como beta, y con la fragilidad que tiene no hay dudas de que es un omega, aún así, debe ser profesional y hacer las pruebas correspondientes.

—¿Qué pasa con mi hijo? — pregunta Sarah preocupada, porque la cara del médico no es la mejor.

—Es que no lo entiendo.

—¿Qué sucede con Steve? — Buck se altera, porque si existe algo que logra enojarlo, es pensar que algo malo está pasando con su Stevie.

Entonces el médico ordena que lo saquen, es difícil, porque él odia cuando no puede ayudar a su amigo; pero de alguna manera logran hacerlo. Sarah se disculpa con él cuando lo envía a su casa, y después cierran la puerta en su cara.

—Sarah — llama el médico —tu hijo es un alfa.



Tres días después, Steve está sentado junto a Bucky en un sofá largo que el último tiene en la sala de su apartamento, tanto tiempo deseando algo que al final no podían tener.

—Todavía estoy enamorado de ti, Steve.

—También te amo, pero eres un alfa y yo también, no podemos estar juntos.

—¿Quién dice eso?

—El médico, Bucky.

—No — dice un poco irritado —¿quién dice que no podemos estar juntos?

—No es natural, cariño.

—Pero...

Steve lo interrumpe, ambos deberían encontrar un omega, tener cachorros, y comportarse como personas normales; y lo cierto, es que la idea de pensar que nunca podrá estar en los brazos de Bucky, ni despertar cada mañana junto a él y poder mirar su dulce rostro dormido y besar su boca babeante para despertarlo, le rompe el corazón y duele como jamás creyó que algo podría doler. Y es que todo lo que quería para su vida era estar enlazado a su Bucky, amarse mucho, y tener una bonita familia con él; y bien, sí se aman, pero no puede haber una familia, ni marcas que los enlace. Se pregunta si podrían contra todos los prejuicios y los inconvenientes de tener una pareja de su misma casta, pero, principalmente él se pregunta si alguna vez cuando tenga a su omega y esté rodeado de muchos hijos, pueda no sentirse miserable por haber perdido a Bucky.

—No me importa — Buck dice, hay lágrimas en sus ojos —ni la estúpida mordida, ni las castas, ni formar una familia, porque tú eres toda la familia que quiero.

—Entonces di que estaremos bien.

—Steve, tú eres mi amor destinado, lo he sabido siempre, desde aquella vez en la escuela cuando peleamos juntos contra esos idiotas, y supe que podría pelear a tu lado toda mi vida.

—Solo éramos niños.

—Tal vez, pero aún estoy dispuesto a pelear a tu lado — dice, y Steve no puede evitar sonreír —pelearía tu amor contra quien sea.

—No tienes que hacerlo.

Lo que sucede, es que Steve va a su casa a recoger sus cosas, y Bucky se queda para acomodar un poco y hacer espacio para las pertenencias de él.

.

.

.

—Sé cuando estás enojado, porque exhalas el aire por la nariz, y cuando estás triste muerdes tu labio inferior, sé que te pica el cuerpo cuando te pones nervioso, y que amas despertar con el olor del desayuno, sé que en este momento estás poniendo todo de ti para no sonrojarte y que seguramente te estás preguntando porqué te conozco tanto.

— Eso es porque me conoces de toda la vida — responde sin mirarlo, porque Bucky tiene razón, y porque no importa cuántas veces él diga algo bonito, Steve siempre se sonroja. Además, está muy ocupado quitándole la ropa. 

Stucky (fictober)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora