10. Cambio de género

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 —¿Qué?

Bucky sabía que no sería nada fácil convencer a Steve de hacer aquello, su amigo era un tipo muy serio al cual no le haría nada de gracia someterse a una situación como la que él le planteaba, pero es que en serio necesitaba esos documentos, obtener tales papeles podría hacerle más fácil subir su rango en el ejército; sí, era como hacer trampa, pero alguien que ha mentido muchas veces en las solicitudes no tiene la moral para reclamar nada. Ahora, si bien James podría tomar esos papeles por sí mismo, el verdadero problema radica en que estos documentos se conservan en el ala femenina, lo que por obviedad quiere decir que únicamente mujeres pueden estar allí.

—Steve, por favor — rogó.

—Olvídalo, Bucky, no me vestiré de mujer.

—Hazlo por nuestra amistad — insistió, Steve era siempre tan difícil —lo necesito, punk, hasta el final de la línea, ¿sí?

—Bucky — le regaña —hasta el final de la línea no significa ponerme un vestido para que hagas trampa en tus pruebas de rango.

—Nadie se dará cuenta — volvió a insistir, pero Steve seguía sin estar de acuerdo. —También guardan los documentos sobre los nuevos soldados que serán aceptados, y tal vez podrías poner tu nombre allí.

—¿Escribirlo?

—No lo sabrán, esos papeles los llenan distintas personas, tienen muchas caligrafías.


Steve se ajustó un corsé, medias color carne, y un sostén que rellenó con unos trozos de tela que habían en el viejo taller de costura de su madre; dio gracias por no haber tirado nada de sus cosas, pues podía usar su maquillaje, lo recordaba casi perfectamente: un poco de color en los párpados, peinar las cejas, un labial con un tono ardiente, y un poco de polvo y colorete. Una vez bien maquillado (sí, gracias a sus estudios en arte sabía combinar muy bien los tonos y su maquillaje había resultado muy bonito), se puso un vestido floral que hacía ver muy hermosa a su mamá, si Sarah lo viera, tal vez querría "asesinarlo", o podría ser que lo besaría y le haría saber su apoyo, Steve estaba seguro que sería "matarle" primero y besarle después. Entonces, quitando la supuesta reacción de su madre de su cabeza, se calza unos zapatos negros, y acaba su look con una peluca castaña ondulada que Bucky había conseguido, pero él no quería saber en dónde.

—Buen día, señorita — le saluda el soldado que cuida la entrada —¿cómo la ayudo?

—Vengo al programa de mujeres voluntarias.

Siendo así, el soldado anota sus datos en una ficha, y luego lo hace pasar. Steve va hasta una mujer de avanzada edad, que es quien se encarga de asignar las tareas.

—Señorita, Sarah — saluda — directo llega al ala femenina, hay muchos papeles que ordenar.

¡Buena suerte!, estaría en el lugar preciso, aunque rodeado de chicas, pero seguro que podía encontrar un momento para robar los papeles que Bucky requería y poner su nombre con el resto de ciudadanos que serían enlistados en los días próximos. Se encontró con Bucky en el camino, pero no se hablaron, Steve había esperado una burla, quizá una carcajada corta, pero nunca que él se mordiera el labio; había sido incómodo, y de más estaba decir: incorrecto, pero algo en esa acción le había parecido solo un poco excitante.



Transcurrido el tiempo, Steve se da cuenta que debe irse, es medio día, las encargadas van a almorzar y las voluntarias vuelven a casa, al parecer no podían hacerlas trabajar demasiado sin un salario; entonces pierde el tiempo fingiendo que se lava las manos, y las otras mujeres están tan ocupadas en lo propio que no se enteran de que aún queda alguien sin irse.

—Nada mal, Stevie.

—Debo irme — le dice, Bucky lo ha hecho pegar contra la pared y no es bueno que le haya gustado.

—¿Lo tienes? — pregunta, y Steve le dice que se lo entregará luego en casa, Buck le sonríe —¿qué traes bajo el vestido?

—¿Eres idiota?, saca tu mano, James — pero Bucky no hace mucho caso, sino que mete ambas manos, con Steve es fácil, porque aunque él diga que no quiere algo, su gesto de placer lo delata.

—Ya cállate, nos verán.

—Entonces déjame salir.

—Siempre haces esto — se burló —finges que no te gusta como te toco, pero luego no paras de gemir.

Steve se rindió. Con Bucky era imposible, además él tenía razón, sí le gustaba lo que le hacían; James tocó un poco más, y rompió las medias porque quería acariciar la piel de su trasero sin un pedazo de tela enmedio, luego lamió dos dedos y antes de que su mejor amigo le discutiera y porque solía ser muy ruidoso, le besó antes de ponerlos dentro. 

Stucky (fictober)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora