Fictober Stucky 2020

Dia 10: Cambio de generos

—Vamos a escapar esta noche.

Los ojos resueltos de Stephanie me observan. Mostrándome que no hay marcha atrás.

++--++

Han pasado años desde que nuestros ojos se cruzaron en la misa principal. Yo era nueva, enviada por mi padre a este convento por negarme a casarme con el hombre que había elegido para mí.  Mientras Stephanie era huérfana, y había estado prácticamente toda su vida en este lugar.
Ella me habló al final de la misa, y desde ahí fuimos inseparables.
Pasábamos juntas lo que era el horario impuesto por las monjas, y en el tiempo libre caminábamos por los jardines, nos sentábamos bajo algún árbol mientras ella dibujaba o hablábamos hasta que el sol cayera. Sus ojos se iluminaban cada vez que le contaba sobre las calles de Londres, sobre los grandes barcos y el ferrocarril que cruzaba paisajes del país.  Ella hacía muchas preguntas, y yo era feliz de responderlas.
Era lo único que podía hacer para llevarla afuera, donde nunca había pisado.
Hasta hoy.
Lo hemos planeado durante mucho tiempo, pero nunca puesto una fecha. A veces parecía como si solo fuera un sueño eternamente postergable, hasta que nos olvidamos de el. Pero es imposible olvidar cuando lo más lejos que llegamos son paredes tan altos que su sombra parece atraparnos.
Pero hoy no, esta noche caminamos por el conducto de  basura, nos introducimos a unos de los grandes contenedores, y esperamos  en el hediondo lugar al camión de la medianoche.
Shephanie toma mi mano, cuando el camión llega y nos lanzamos hacia su interior, sus delicados dedos parecen tomar la fueza que el miedo hace latir su corazón. Escucho su respiración agitada, y la abrazó contra mi pecho. Es pequeña, tiene la estatura de una joven de quince, cuando pronto cumplirá dieciocho, y yo le  pasó por casi una cabeza, en todo lo demás ella está adelante. Determinacion y valor, ansias de libertad y terquedad que la llevarían hasta el fin del mundo. Pero solo en el momento que está en mis brazos, que parece dejarse proteger por mi.  Y yo estoy dispuesta hacerlo con mi vida.
Entonces pasa, lo escucho, lo sé. El camión avanzo y lo ogramos pasar el portón principal,  el camion continua su marcha, y sabemos que ya estamos fuera.

++--++

—Becky ¿Estás segura que podemos confiar en él?
—Claro que si, es mi mejor amigo,  Step —respondo mientras acomodo las sabanas limpias que me dio,  Nathan.
—Pense que yo era tu mejor amiga.

Pongo los ojos en blanco y volteó a verla, está cruzando sus delgados brazos. Su cabello rubio largo aún está mojado por el baño.

—Es diferente, es mi amigo de la niñez. Casi de toda una vida.
—Para ser tu amigo de toda la vida, hablaste muy poco de él.
—¿Que podía contarte?
—Que es ruso, por ejemplo.

Me río.

—Ya déjalo, vamos a dormir, mañana debemos levantarlos temprano. Nathan nos llevará a un lugar seguro.

Shephanie se frota el cabello quitándose lo que resta de húmedad, y entra en las sábanas. Me recuesto a su lado. Pasado unos minutos la siento acurrucarse hacia mi. Siento sus suaves pechos sobre los mios, y mi corazón late con fuerza.

—Beck.
—¿Que?
—Solo es tu amigo ¿Verdad? No es como...  Quizá no me contaste la historia completa.
—¿de qué hablas? —pregunto sin entender.
—Que... Quizá no querías casarte con otro que no fuera él...
Suspiro.
—No sabía que eras celosa.
—No es así... Pero sí fuera ... Si fueras a elegir otro camino. Es decir, ya estamos fuera, pero no es necesario que tengamos que ir por el mismo rumbo.
—Shep —digo con paciencia— es cierto que quería salir de ese lugar, es cierto que como tú, sueño con ser libre y buscar mi propio camino, pero dijimos que estaríamos en esto juntas.

Shephanie no dice palabra alguna durante un buen rato, y pienso que se quedó dormida. Pero pronto siento su cuerpo moverse, sus manos subir sobre mi cintura, y por los lados de mi pechos. Cuando rosa mis senos, cierro los ojos y suspiro.
Son pocas veces que hemos podido hacer esto, tocarnos un poco más que solo los besos en la oscuridad de alguna habitación abandonada.