Dia 17: Sex pollen

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Nota: secuela de Omegaverso (aunque puedes leerlo sin problema)

I. α

Steve es dócil, y sueve en mis brazos. Sus cálida boca se mueve con timidez aún con sus intentos de seguir mis movimientos. Sonrió cuando al separarnos él se queja y vuelve a besarme. Su aroma de ciruelas frescas y chocolate derretido empieza a sentirse un poco más detrás de su desodorante, así que me dejó llevar por ese aroma. El alfa en mi, ese que es posesivo esta feliz con saber que solo yo puedo  sentirlo, olerlo, apretarlo a mi, acariciarlo y probar sus besos. mío, mío, mío... Y yo suyo.

—Bucky —escucho su dulce voz, succionó un poco su labio inferior y le escucho gemir. Mi deseo crece dos grados, y ya empienza a arder. Bajo mi mano por su delgada espalda, y alcanzó el final de su camiseta para empezar levantarlo...

—¡Bucky, Bucky! —Me empuja. Apenas reacciono cuando veo su rostro, Steve tiene las mejillas rojas y sus cabello desordenado. Dios, voy a perder la cabeza.
Parece que acaba de decir algo que no logré escuchar.

—Morita, puede venir y...

—Oh —verdad. Recuerdo a mi compañero de habitación, y maldigo tener un compañero de habitación. Pero así son las universidades.

—Talves regrese tarde —intento persuadir, pero él me mira con hastio. Que me recuerda que tengo como novio al Omega más terco del universo.

—Es mejor que me vaya, mañana el vuelo sale a primera hora —me dice terminado de separase y se levanta de la cama que en algún momento nos recostamos.

Entonces respiro profundamente para quitarme el calor, mientras Steve está acomodandose su camisa y peinado su cabello con la mano.

—¿Quieres que te acompañe?

—Estare bien —responde.

No insisto, la última vez que lo hice debido a que hay alfas en el mismo edificio, él me miró como si fuera a cortarme la cabeza y me dio un sermón de que ya es un adulto y puede cuidarse solo. Es aún peor discutir con él cuando su orgullo es tocado.

—Entonces vendrás para acción de gracias —me pregunta con voz indiferente. Pero sus ojos no mienten cuando buscan una afirmación mía.

—Ire —respondo levantándome, me inclino para darle un beso en la coronilla de su cabello, y aprecio como sus ojos brillan contentos por mi respuesta. Aunque el nunca lo dirá en voz alta.

Steve y yo vamos meses de novios, una relación a larga distancia en la que esta es la segunda vez que me visita. Y aunque hablar casi siempre por mensajes o videollamadas nos une de manera íntima, el deseo de poder estar físicamente cerca aveces es insoportable. Está es la segunda vez que él me visita, sin embargó no es suficiente, pues además que solo es durante un día no tenemos un lugar más a solas para los dos. Aunque no hemos hablado de ello, le eh propuesto una escuela de arte cerca a mi universidad, pero eso hasta el siguiente año.  Así que ahora solo tenemos las vacaciones de acción de gracias, una semana para estar juntos.

—Entonces nos vemos —se despide.

Ambos nos quedamos un momento más de pie, pero finalmente caminamos hacia la puerta. Lo abro con pesar, viendo como mi deseo de que dure más el tiempo juntos se a esfumado. Aveces el universo me ignora por completo.

Mi novio me mira y mi estómago revolotea como un puberto cuando lo veo estirarse hacia mí para abrazarme.

Estoy con el Omega más terco del mundo, pero es el más preciso del universo.

★★★

Meses después, viajo a Brooklyn para la cena con los abuelos y Steve. Resulta ser buena, no lo negare, los viejos son muy carismáticos como siempre que estan juntos. Luego los cuatro nos pusimos a ver películas antiguas, y alguna muy estúpidas sobre alfas y omegas enamorados con locura que hacen poner en blanco los ojos de Steve y a mí reír de lo ridículas que son.

Fictober Stucky 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora