Capítulo 13 (Me estoy desmoronando y nadie lo nota)

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(Amores, lean este capítulo con la canción de multimedia. Es exactamente lo que ambos están pasando)

Narra Damien

   ¿Cómo pretende que la olvide?. Eso nunca lo podré lograr. Junto a ella he vivido cosas que nunca pensé vivir. Los mejores momentos los he pasado junto a ella. ¿Cómo seguiré sin ella?. La nececito, ella es mi motor. Me levanto de la cama y me pongo la ropa y salgo de la habitación y escucho el grifo y abro la puerta de el baño y veo a Evangeline sumergida en sus pensamientos. Mirando fijamente la pared. Esta en la bañera, su cabello está mojado. Me acerco y me arrodillo y agarro su mano y la agarro y ella me mira.

-¿Ya te vas?-preguntó Evangeline mirándome.

-Por mi, me quedaría toda la vida aquí contigo-dije y Evangeline me da media sonrisa.

-Sabes que no podemos, no estamos destinados-dijo Evangeline y yo solo no digo nada y acaricio su mejilla.

-Espero que tú seas feliz, que salgas adelante y nunca dejes que te hagan sentir menos. Sigue creciendo y se como el ave Fenix-dije y ella asiente y estalla en llanto y nos abrazamos. Permanecemos así por unos 5 minutos y ella se separa y acaricia mi mejilla.

- Te deseo éxito, que seas feliz y espero que encuentres esa persona que te haga feliz y te valore. Eres grande nunca cambies-dijo Evangeline y estallo en llanto y dejo un beso en sus labios y me separo y me dirijo a la puerta.

-Nunca me olvides Evangeline-dije y ella asiente y salgo de allí.

La perdí para siempre...

Perdí a la mujer que amo...

*****

-Buenas tardes, ¿cómo estas?-dijo Damara entrando a mi oficina. Yo tengo un caso con whisky mirando la ventana fijamente.

Mi vida no tiene sentido sin Evangeline...

Ella ya no está...

-¿Damien?. ¿Que te ocurre?-preguntó Damara y se pone frente a mi y me mira a los ojos pero yo sigo mirando la ventana.

-Evangeline-dije en un susurro y ella agarra mi rostro entre sus manos obligándome a mirarla a sus ojos. Me perdí en sus ojos. Ya no veía a Damara. Era Evangeline. Ella estaba mirandome. Sonrio y acaricio su mejilla.

- Evangeline, volviste-dije sonriendo.

-Damien, ¿Qué te ocurre?-preguntó, aquella voz, no era la de Evangeline. Cierro mis ojos y los vuelvo abrir y veo a Damara. Tiro el vaso de whisky en el suelo haciendo que se rompa en pedazos. Mis lágrimas se hacen presentes.

- Damien calmate, estas muy mal. Respira por favor-dijo Damara y me abraza y yo empiezo a llorar en su pecho.

-Dios mío, estas tomado, no te encuentras bien. Mira, déjame llevarte a tu casa-dijo Damara y yo no digo nada. Era cierto, quizás el alcohol me estaba haciendo delirar. Estaba mareado y sólo quería a Evangeline.

Narra Evangeline

-¡Que descarados son!. ¡¿Cómo demonios se atreven a decir esas cosas sobre ti?!-dijo Dione furiosa.

-Ellos tenían la razón, sería una carga para Damien-dije y Dione se acerca a mi y me abraza.

-Cuanto lo siento. ¿Piensas seguir trabajando?-dijo Dione y asiento.

-Sí, gano buen dinero ahí. Sólo será un asunto de trabajo, no nada más de eso-dije y Dione me mira.

- Te apoyaré, si es necesario te buscaré y te acompañare al trabajo. No dejes que te humillen. Mantén siempre la frente en alto-dijo Dione y asiento.

*****

-Bienvenida Srta. Miller. Aquí tiene estos documentos, el Sr. Zabat los nececita en 1 hora. No los pude terminar, ¿Podrías ayudarme?-dijo mi compañera de cubículo y asiento. Hago los documentos y me levanto y con mis muletas me dirijo hacia la oficina de Damien. Antes de entrar respiro profundo. Toco la puerta y escucho un "Adelante" y entro.

      Mil sensaciones se hicieron presentes. Quería llorar, quería salir de allí. Sin embargo, quería quedarme ahí, a su lado por siempre. Decirle que lo amo y demostrarle cuanto lo amo, quería llorar de felicidad y sonreír. No quería mirarlo. Sabía que si lo miraba a sus ojos empezaría a llorar y correría a abrazarlo. Pero debo ser fuerte. Es lo que es. Alzo mi mirada y veo a Damien. El estaba mirandome directamente. Una sonrisa se forma en sus labios. Pero, por otro lado sus ojos estaban tristes, su brillo estaba apagado. Tenía grandes ojeras y se veía pálido. Me dolía verlo en este estado. Por mi parte, yo estaba aún peor. Llevo dos días sin poder dormir. Dos días donde apenas como, donde no salgo. Dos días que han sido horribles y torturosos para mi.

      Dos días en que ya no soy la misma. Creo que esa Evangeline alegre, energética y fuerte se estaba esfumado. Se está escondiendo en un rincón donde no encuentro una salida. ¿Esto es depresión?. Me levanto por obligación, frente a mi abuelo trato de aparentar para que el no se sienta mal. Para que él se sienta feliz y no esté triste. Pero por dentro me estaba rompiendo y nadie lo nota. Nadie notaba mi dolor. Quería morir, no tenía más razones para vivir. Mi madre no está, me siento sola.

-E..Evangeline-dijo Damien y yo respiro profundo.

-Sr. Zabat, aquí tiene los documentos de la promoción de la colección de invierno-dije tratando de sonar fría.

- Evangeline, no te vez bien-dijo Damien y se levanta y yo solo retrocedo.

- No he podido dormir bien, sólo es cansancio. Cualquier cosa que necesite notifiqueme-dije y mis piernas temblaban. Sentía que no podía dar un paso mas. Quería sentir su calor y sus brazos. Jamás podré olvidarlo.

-Aguarda un segundo Evangeline, necesitamos hablar-dijo Damien y veo borroso. Mis lágrimas quieren salir.

-Nosotros no tenemos nada que hablar. Todo quedo bastante claro. Cada cual tiene que salir hacia delante a su manera. Sé, que muy pronto me olvidarás. No recordarás ni tan siquiera mi nombre. Eso es lo que va a pasar y quedó bastante claro-dije sin darme la vuelta y siento el agarre de Damien por mi cintura y siento su respiración muy cerca de mi cuello.

-¿Porque estas tan segura de eso?. Estas equivocandote. ¡Mira como estoy!. Si tu no estas mi vida no tiene sentido. No se lo encuentro-dijo Damien con su voz entrecortada. Sabía que estaba reteniendo el llanto.

- No puedes decir eso, apenas nos conocemos y además uno nunca termina de conocer a una persona. No quiero que me toques de esa manera ni me hables. Solamente profesionalmente-dije segura y tratando de disimular mi voz a una firme.

-Estas mintiendo, te conozco. Sé, que estas sintiendo todo lo contrario. Deseas que te toque, deseas que te bese, que te abraze, que te ame, que te hable y que nunca te deje. Eso también lo deseo y no puedo decirte una mentira-dijo Damien y un sollozo sale de mis labios.

-Ambos estamos iguales, nos necesitamos. ¿Cómo podré olvidarte?. Decidiste que fuera el primer hombre que te hiciera el amor. ¿Cómo pretendes que lo haga?. Mi corazón late como loco cuando está cerca de ti, te amo. ¿No te das cuenta?-dijo Damien y me suelto de su agarre.

-Claro, eso me queda más que claro. Pero no estamos destinados y pronto te olvidaré. Lo nuestro será un periódico de ayer-dije tratando de sonar fría y abro la puerta y salgo de la oficina y mis lagrimas no tardan en salir.

Me estoy desmoronando y nadie lo nota.

Me estoy desmoronando y nadie lo nota

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