Narra Damien
-Tenias razón-dijo Evangeline y la abrazo y ella se aferra a mi. Como si a mi lado se sintiera segura.
¡Maldito hijo de perra!
¡Te mataré lo juro!
- Ya no llores-dije separándome de ella y seco sus lágrimas.
- No te voy a dejar sola, tú me nececitas ahora. Estamos esperando a un bebé-dije sonriendo y ella sonríe.
-Debo irme-dijo Evangeline y yo niego.
-No, no te dejaré ir una vez más Evangeline. No te perderé una vez más-dije y ella estalla en llanto.
-Eres un hombre ajeno Damien, estas comprometido. Ya lo que yo sienta no importa, tienes que cumplir con Damara. Nuestra historia llegó hasta aquí-dijo Evangeline y se da la vuelta.
-Para mi no Evangeline. Yo no amo a Damara. A quien amo es a ti, debes entender eso. No sabes cuanto me dolió, verte comprometerte con ese imbécil-dije y ella sólo me mira.
-Lo sé, todo lo que te paso es por mi culpa. Por eso no podemos estar juntos, soy un peligro para ti-dijo Evangeline y mis lagrimas caen.
-Entonces, donde quedó lo que me dijiste hace un rato-dije y ella me mira.
-Es lo que siento-dijo Evangeline y la abrazo.
-No te voy a dejar sola, no me pidas eso. Porque no lo haré-dije y ella me mira.
- Yo tampoco lo haré Damien. Sólo nos une este bebé. Es lo único que aún nos mantiene unidos-dijo Evangeline, yo niego.
- Te equivocas, porque mi corazón sigue atado al tuyo. No me puedes decir que es falso-dije y ella sólo baja su cabeza.
-Pasa la noche conmigo, quédate conmigo. Mañana me iré a casa-dije y ella sólo asiente y sonrio.
Narra Evangeline
Observaba a Damien cono dormía. Su respiración era muy relajada. Pequeños ronquidos salían de aquellos labios que tanto extrañaba besar. Acaricio con mi pulgar muy suavemente sus labios y luego su barba. Mis ojos se llenan de lágrimas y de ellos sale una lágrima. Muchas veces Damien me ayudó a olvidar ese vacío que sentía. Pero simplemente aveces se hacía presente. Ese vacío que sólo mi madre puede llenar. Miro mi vientre y veo a Damien que tiene sus manos sobre el. Mi cabeza descansaba en su pecho. Con un movimiento suave para que no se despertara salgo de la camilla y agarro mis muletas. Camino al baño con rapidez. Abro el grifo y me echo agua en la cara. Alzó mi cabeza y me miro en el espejo.
Mi semblante era muy demacrado. Estaba demasiado descuidada, tenía unas grandes ojeras, mi palidez, mis ojos tristes, aquellos malditos golpes que lo adornaban de una manera desastrosa. No era la misma. Había cambiado demasiado. Ya no sonreía, el brillo de mis ojos desapareció. Sentía que estaba muerta. Mi dolor es muy grande. Mi madre, Angelo y Damien. En un momento veo a Angelo detrás de mi. Atravez de al espejo. Cierro mis ojos y los vuelvo abrir y veo que no hay nadie. Estaba delirando. Estoy muy mal. Me estoy muriendo lentamente y nadie lo nota. Lo único que me mantiene de pie es mi bebé.
Con tan sólo 20 años creo que he vivido y sufrido demasiado. Jamás pensé que me tocara vivir todo esto. Soy como el payaso, río por fuera mientras por dentro estoy llorando. ¿Esto es depresión?. ¿Es cansancio?. ¿Que debo hacer?. Ya no podía seguir luchando. No me quedaban fuerzas. ¿Quien es mi madre?. ¿Porque me abandonó?. ¿Porque mi abuelo nunca quiere hablar sobre ella?. ¿Porque?. Tenía tantas preguntas que ninguna al parecer tenía una respuesta. ¿Irme será lo mejor?. ¿Abandonaré todo?. ¿Eso es lo mejor?. ¡¿Qué hago maldita sea?!. Me siento tan impotente.
-¿Que debo hacer?-dije en un susurro y un sollozo se hace presente. Me agarró fuerte de el lava manos para no caer, pero, siento un pequeño movimiento dentro de mi vientre que me hace sacar una sonrisa en medio de mi llanto.
-Lo sé mi amor, sé que si te tengo a ti lo tengo todo. Eres mi todo y mamá está luchando para no rendirse, porque te amo y quiero sacarte adelante. Que seas mejor que yo. Que seas todo lo que sueñes. Mamá está aquí amor-dije en un susurro, más mis lagrimas salían, acompañadas de una sonrisa.
-Evangeline, ¿estas ahí?-la voz de Damien se hace presente y yo sólo me miro en el espejo. Mojo mi cara y seco mis lágrimas y respiro profundo y abro la puerta.
-Sí, aquí estoy. ¿Te sucedió algo?-dije y el niega y me observa con una sonrisa.
- Me asusté demasiado, pensé que te fuiste. Pero ahora estoy mucho más tranquilo, al ver que estas aquí-dijo Damien y me abraza.
-No me iba a ir, por ningún motivo rompería mi promesa. Sólo fui al baño-dije y el se separa y asiente.
-Ven, descansa. No te vez muy bien-dijo Damien y derepente siento otro movimiento. Pero algo brusco y dolió un poco. Hago un quejido de dolor y Damien se pone muy alarmado.
-¿Que te ocurre?-pregunto Damien y yo solo sonrio.
-Ven-dije y me siento en la camilla. Agarro su mano y la llevo a donde sentí el movimiento. El me observa algo confundido. En ese momento se sintió otra patada. Damien sonríe y se pone a la estatura de mi vientre.
-Hola pequeño o pequeña. No sé aún lo que eres. Desde que llegaste a nuestras vida han ocurrido muchas cosas pero buenas. Maduré, aprendí el verdadero valor de el amor. Muchas cosas aprendí, te amo mucho y te espero con muchas ansias. Soy tu papá, me escucho gracioso diciéndolo pero me llena de emoción-dijo Damien con una sonrisa y yo estoy igual y el deja un beso en mi vientre.
-Ya lo pensé Evangeline, no me voy a casar con Damara. No quiero pasar el resto de mi vida junto a una mujer que no amo. La quiero pasar junto a ti, junto a nuestra pequeña familia-dijo Damien y lo miro.
-¿Estás seguro que quieres pasar el resto de tu vida con una mujer como yo?. No lo creo Damien-dije y él niega.
- Sí, estoy seguro de pasar el resto de mi vida con la mujer más hermosa, humilde, sincera, amable, amorosa y sobre todo una guerrera. Eres perfecta, amo cada parte de tu cuerpo. Te amo-dijo Damien y yo sonrio y lágrimas salen de emoción.
-Aún tenemos cosas que resolver, además necesitamos tiempo. Lo que pasamos no fue nada fácil-dije y Damien asiente.
- Tienes razón, pero quiero que sepas que te amo con toda mi alma Evangeline-dijo Damien y me abraza.
Yo también te amo Damien, con toda mi vida.
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Evangeline
Romance¿Cómo pudo?, ¿Cómo pudo abandonar a una recién nacida?. Esa mujer no tiene corazón. Los abandonó por ser primero mujer que madre. No se compareció de nadie. Esa mujer es un monstruo. Aquel anciano tuvo que hacerse cargo de una recién nacida. Trabaja...