21.06.2020

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Abrí los ojos lentamente mientras tapaba con una mano los rayos de sol que se colaban por la ventana.

—¿Por qué deje abierta la cortina?— Murmuré antes de sentarme en la cama, estiré mi cuerpo intentando quitar la pereza de mi cuerpo y moví mi pie sobre el suelo buscando mis pantuflas.

Me puse de pie y salí de mi habitación guiada por el olor dulce proveniente de la cocina, olía realmente bien. Una vez en la sala, logré percibir el cuerpo alto y esbelto de JaeMin, el mismo estaba usando uno de esos delantales que Shotaro me dio cuando apenas me había mudado.

—Buenos días.— Bostece tomando asiento sobre el sofá, subí las piernas al mismo.

—¿Oh? ¿Ya estás despierta?— Volteo a mirarme dedicándome una sonrisa.— Es muy temprano, pensé que dormirías hasta la tarde.

—He dejado las cortinas abierta y el sol me ha despertado.— Pase mi vista por el salón, centrándome en la mesa de centro. Sobre ella había un libro de tapa dura color blanco, podía reconocerlo dónde fuera.—¿Estabas leyendo uno de mis libros?— Lo tomé dando una ojeada a las páginas.

—Espera.— Se dio la vuelta, no sin antes quitarse el delantal, con un plato en la mano, el mismo estaba lleno de panqueques.— Iba a dejarlo preparado, pero como te has despertado es mejor si lo comes caliente.— Dejó el plato sobre la mesa y tomo asiento a mi lado, pude percibir un leve olor a vainilla.— Y sí, estaba intentando leerlo.

— ¿Intentando?— Pase las páginas hasta llegar a la parte donde se había quedado, la página 4, para ser exactos.

—No sé leer muy bien, el japonés es difícil.— Se rasco la nuca nervioso, y con la otra mano libre señaló la comida.— ¿Por qué no comes?

Lo miré por unos segundos antes de dejar el libro sobre su regazo, abierto en la página donde estaba leyendo. —Te ayudaré con eso.

—¿Quieres que lea en voz alta?— Asentí a la vez que me estiraba sobre la mesa para tomar los panqueques.— Leo como un niño.

—No importa.— JaeMin tomó el libro en sus manos y lo coloco de una forma que los dos podríamos leer su contenido.— ¿Sabes cómo se lee esto?

Se movió hacia delante un poco para ver el símbolo más de cerca, se quedó en esa posición por unos segundos y luego negó con la cabeza. Coloqué mi dedo sobre la palabra, para que no lo olvidará.

—Repite conmigo.— Empecé a escribir el símbolo sobre la hoja a la par que la sílabas salían de mis labios.—Sa-yo-na-ra.

JaeMin colocó su dedo sobre la página de la misma forma, escribiendo sobre la hoja.—Sa-yo-na-ra, ¿Así está bien?

Abrí la boca por unos segundos, me sorprendió lo rápido que había aprendido a escribir la palabra, y luego voltee a verlo con una sonrisa. A lo que él imitó mi mostrándome sus dientes blanquecinos.— Está perfecto.

Lycoris; Na JaeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora