Encontramos el amor, donde no se supone que debe estar.
Fecha de Inicio: 23/11/2020
Fecha de finalización: 02/01/2021
Prohibida su adaptación o copia.
Portada por: @Kimjongdaesang
Co-Escrita por :@Kimjongdaesang
—Señora Ishikawa, hasta aquí será la lección de hoy.—La voz de mi padre se hizo presente en aquella habitación. Me levante de mi asiento, haciendo una reverencia hacia él, disculpándome por lo que sea que lo hubiera hecho molestar. —Akane, enderézate y despídete. —Trague grueso, y me despedí de mi tutora, ganándome una mirada cargada de lástima de su parte.
La vi salir por la puerta, y cerrando la tras esta, el sonido de los zapatos de vestir de mi padre resonaban contra el suelo. Dándome escalofríos por todo el cuerpo.
—Akane, ¿Sabes la secuencia de los pimpollos? —Preguntó con severidad.
—¿P-pimpollos? —Susurre, sosteniendo el borde de mi camiseta con nerviosismo. —Son los árboles...
—¡Habla más fuerte!—Levanto su tono de voz haciéndome saltar en mi lugar. —Mira a la ventana, dime, ¿Qué ves?
—Las flores de cerezo. —Mire hacia el gran ventanal, que daba vista al patio de nuestra casa. El invierno estaba por llegar.
—Cuando llega la primavera, florece la forsythia, y cuando se marchita, florece la magnolia. —Hizo una pequeña pausa, y se paro a mi lado. —Y cuando se marchita la magnolia, florece el cerezo. Pero cuando el cerezo florece se marchita, y cae. —Dejo sus manos detrás de su espalda, y me miró. —Cuando has trabajado tanto por lo que más anhelabas, no podemos permitirnos que todo acabe marchito y pisoteado. Siempre debemos estar por arriba. —Lo mire sin entender a qué se refería.—Nada debe intervenir, ¿Lo entiendes?.
—Lo siento.—Mordí el interior de mi labio, reteniendo las ganas de llorar.—Lo que ha pasado hoy... No fue mi intención hablar de mas.
—No tienes porqué disculparte, has sido egoísta como siempre, Akane. —Dictaminó. —Nuestra familia no necesita alguien así, no necesito a una hija que terminará por hundir a toda la familia, ¿Lo entiendes?. —Asentí con la vista pegada a mis zapatos. —Así que compórtate de una buena vez, o te enviare lejos.
Salió de la habitación, dando un portazo, haciendo que me dejara caer en el suelo, con las manos en mi rostro.
Esto solo había venido conmigo, no había nada que hacer.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Akane. —Sentí una mano en mi hombro, por lo que gruñí en respuesta.—El desayuno está listo, levántate.
—Ahora... —Conteste, acomodándome.
—Al meno ve a tu habitación, pareces incómoda. —JaeMin paso su mano por mi cabello, dejando una caricia, abrí mis ojos un poco, para ver al peliazul, que me miraba sonriente.
—¿Qué hora es? —Pregunté, parpadeando repetidas veces.
—Casi medio día. —Asentí, volviendo a cerrar los ojos, estirándome en mi lugar, para finalmente levantarme.
—No dormiré nunca más en el sillón, me duele la existencia. —Me queje al ponerme de pie.
—No has sido la única. —Contestó Jaemin, caminando hacia la cocina, conmigo siguiéndolo. —¿Siempre te mueves tanto al dormir? —Me detuve en mi lugar, sintiendo mi cara arder.