31.07.2020 (I)

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Noventa y siete, sobre cien. 

Puntaje casi perfecto.

Casi.

No estaba del todo, segura si tendría una reprendida más tarde en casa por esto. Aunque había revisado aquella operación más de cinco veces para asegurarme que estuviera correcta.

—Buenos días, ¿Se encuentra Nakamura... —El chico entrecerraba sus ojos, tratando de enfocar lo que tenía escrito sobre un pequeño papel, a la vez que murmuraba sobre lo fea que era escritura.

—¿Akane? —La presidenta de nuestra clase finalizó la oración.

—¡Si! ¡Nakamura Akane! —Chasqueo los dedos, dando a entender que había acertado. La presidenta de nuestra clase señaló en mi dirección.—¿Puedes venir? —Moví mi cabeza hacia un lado, sin entender porque aquel extraño me estaba llamando.

—Señor Nakamoto, no puede entrar y llevarse a mi estudiante de la clases porque le da la gana. —Él profesor frente a nosotros, ajustó sus gafas, y se cruzó de brazos.

—Comité de bienvenida, Señor. —Él tal Nakamoto hizo una reverencia y le mostró un papel bastante arrugado al profesor

—Nakamura.—El profesor movió su cabeza en señal de que podía salir.

¿Comité de bienvenida?, Habían pasado casi dos semanas desde que había entrado a la escuela, ya era un poco tarde para esto.

—Bien, comencemos con el recorrido. —Él chico de cabellos naranjas movió su mano para que comenzará a caminar, pero yo solo me quedé en mi lugar mirándolo. ¿Era permitido tener aretes en la escuela? —Oh, lo siento, he olvidado presentarme. —Sonrió apenado, mostrando una perfecta hilera de dientes blanquecinos. —Soy Nakamoto Yuta, clase 3-A. —Extendió su mano, esperando que la tomará, pero yo solo comencé a caminar.

—Nakamura Akane. —Murmure caminando.

—Por aquí esta la cafetería, y un poco más adelante están lo baños. —Explicó abriendo la puerta hacia el comedor.—¿A qué colegio asistías  antes?

—Uhm... No iba a alguno.

—¿Qué? —Se detuvo para mirarme.

—Era educada en casa. —Respondí, y luego me arrepentí, probablemente era mucha información para alguien a quien no conocía.

—Genial. —Sonrió al mirarme. —¿Ya has ingresado a algún club?—Negué ante su pregunta. —Creo que es algo obligatorio, así que deberías ir pensándolo.

—¿Qué clubes hay? —Pregunte, a lo que él se encogió de hombros, y siguió caminando. —Es del comité de bienvenida, ¿Cómo no sabe algo tan básico? —Murmure en voz baja.

—En realidad son mis primeras horas siendo parte del comité. —Carcajeo al terminar su oración. —Es extraño que alguien se cambie de escuela a estas alturas del año, por lo tanto, no tenían quien te guiara por la escuela, me  han castigado con limpiar por un mes, pero si ayudaba en esto seria menos—Explicó. —Así que, muchas gracias por venir, Akane.

—Nakamura... —Corregí, aún no éramos lo suficientemente cercanos como para que usará mi nombre.

—Seremos amigos, así que se quedará en Akane. —Codeo mi costado y luego me sonrió. —Todas en tu clase te van a envidiar, ahora tienes un amigo de último año.

(...)

Entre a mi salón, camine hasta mi asiento, y suspiré, revolviendo mi cabello.
Era horrible ir a la cafetería. Probablemente había hecho una fila de media hora, y cuando finalmente había sido mi turno, solo alcance a pedir un paquete de galletas, porque los demás se dedicaban a gritar, mientras que mi voz era apenas audible. Era una total molestia.

Lycoris; Na JaeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora