31.07.2020 (II)

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Salí el edificio en silencio, la noche ya había caído. Quién sabe cuánto tiempo había llorado con Yuta en esa habitación.

Mi madre había cumplido su palabra. Hizo todo lo que tenía en sus manos para que yo no contará mi historia, eso hacia que me cuestionara tantas cosas.

Yo no había pedido nacer de esta manera.

Cuando era pequeña, mi abuela me explico que era algo así como una maldición familiar. Así como me pasó a mí, pudo pasarle a Aiko o a Shirou. Sabía que Shotaro siempre había sentido algo, pero nunca al mismo nivel de mi condición. Si es que esto se podía llamar condición.

A pesar de todo esto, había algo que no lograba entender. ¿Por qué me trataban de esta manera? ¿No debían quererme? Era su hija, pero, su nulo interés hacia mi existencia me hacía cuestionarlo. Quizás, si no me hubieran tenido, se hubieran ahorrado tantos problemas.

Mi madre se preocupaba más por su estatus social que por sus hijos, mi padre... Él solo quería al que tomara su lugar y ya lo tenía.

Comencé a patear las piedras que me encontraba en mi camino, estaba frustrada. Solo quería algo de la libertad que se me había prohibido a lo largo de mi vida, misma libertad que solo había probado un par de veces.

En las salidas del instituto con Yuta, con las visitas de Shotaro, cuando publicaba un libro...

Cuando estaba con JaeMin.

Di un largo suspiró y alze la mirada para ver las estrellas, la abuela llegó a contarme que simbolizaban cada uno de los deseos de las personas que habitaban este planeta.

—Deseo vivir en paz.— Cerré los ojos por un momento.— Junto con las personas que amo.

Abrí los ojos a la vez que metía las manos en mis bolsillos para empezar a caminar hasta la casa, debía buscar un apartamento pronto.

«Debí traer una chaqueta.» Pensé, el frío se había colado debajo de mi ropa lo que provocaba que temblara un poco.

El camino se hizo un poco largo, quizás mis ánimos hacían todo más deprimente. No fue hasta que doble en una esquina, que algo llamo mi atención.

Unos cabellos azules sobresalían entre la multitud, yacía sentado en una de las banca del pequeño parque. Apresuré mis pasos acercándome al chico, sin duda, era mi chico.

—¿JaeMin?— El mencionado volteo a verme, tomé asiento a su lado.— ¿Qué haces aquí?

—Estoy intentando recordar.— Ladee mi cabeza, esperando una explicación.— Este es el primer lugar en mi memoria, donde nos conocimos.

Era cierto, a unos cuantos metros de encontraba la tienda de conveniencia dónde lo había visto por primera vez.

—¿Y por qué aquí? ¿Por qué no fuiste a la estación?

Lycoris; Na JaeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora