La multitud se encontraba aglomerada alrededor de la tarima, y al lado derecho habían unas gradas de madera reservadas para los nobles y burgueses. En ellas se encontraban sentadas toda la familia Liénarde y a un par de escalones más abajo de ellos, los Pierrat. Detrás de los Liénarde, se encontraban los servidores públicos de mayor importancia, entre ellos el Juez Claude Frollo y a su lado, su hermano Joannes.
-Capitán Febo, no esperaba verlo en compañía de su familia.- comentó Claude desde arriba.
Febo volteó y asintió con suavidad. -Señor, es en realidad la familia de mi esposa.-
El Juez alzó una ceja.
-No tenía idea de que estuviese casado, capitán.-
El capitán sonrió con orgullo.
-Pues lo estoy, con la mujer más hermosa de todo Paris.- dijo esto viendo a Fleur sentada a su lado, quien le devolvió la mirada, sonriendo sonrojada.
-Señor, le presento a mi esposa, Fleur Liénarde.-
La chica giró y extendió una mano hacia el Juez, quien besó el dorso de ésta.
-Es todo un honor conocerla, mademoiselle. Déjeme decirle que está casada con uno de los militares más capacitados de la Guardia de París.-
-Merci, su Señoría. Y es también con uno de los caballeros más amables que he conocido.- añadió ella sonriente, mientras Febo tomaba su otra mano, sonriente.
-Les presento a mi hermano menor, Joannes.- comentó Claude, volteando a ver a Joannes, quien se acomodó hacia delante y estrechó la mano de Febo, con desgana, aunque besó la mano de la chica con picardía.
-Todo un honor, Capitán y Mademoiselle.- fue lo único que dijo, recostándose hacia atrás de nuevo en su puesto.
-¿Qué le parece el Carnaval, Capitán?- inquirió Frollo.
-Toda una experiencia.- comentó el rubio.
-Es así.- coincidió el Juez. -¿Y a usted, madame?-
Fleur sonrió ladina. -Pues he de admitir que el misterio* de este año no ha estado nada mal.-
(*Misterio; nombre dado a la obra representada por ser una interpretación o versión de algún pasaje de la biblia o misa dada.)
Frollo asintió. -Si, por lo menos los poetas son menos dañinos para nuestra sociedad que los gitanos.-
Fleur resopló. -No podría estar más de acuerdo, señoría.-
-¿Le ha contado su esposo que me ayudará a deshacernos de ellos?- inquirió Claude con la mayor naturalidad.
La chica alzó una ceja, viendo al Juez y luego suavizando la mirada al ver a su esposo.
-Pues estoy segura de que hará un excelente trabajo, Capitán.-
Frollo sonrió para sus adentros, mientras veía a Febo besar la mano de Fleur. Aquello era una buena señal, pues si contaba con el apoyo de familias tan poderosas como los Liénarde, tendría más recursos en su guerra contra los gitanos de París.
-¡Papá!- exclamaron Jean Paul y Camille al ver a su padre llegar.
El padre de los chicos era Thomas Pierrat, un importante comerciante y Jefe de la Cámara de Comercio en la Corte del Rey. Era un hombre alto, delgado, de un corto cabello marrón oscuro y unos ojos azules oscuros casi negros. Él los saludó de vuelta, sentándose al lado de su esposa. Estrechó la mano de su hijo, de Luca, besó la mano de su hija y con una sonrisa en los labios besó a su esposa.
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A Los Pies De Notre Dame
Fanfiction1482, París. En esta ciudad, durante la era de las catedrales, una historia muy peculiar acontece, donde un par de gitanas, un poeta, un capitán, un jorobado, una huérfana, un juez, y unas damas de alta cuna se ven todos involucrados. Una historia...