Capítulo 13

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Luca y Camille reían mientras correteaban por los amplios jardines de la casa. Ya era de noche, las estrellas brillaban en el cielo y las luciérnagas en el jardín junto a las lámparas que lo adornaban. Ambos terminaron la carrera en un banco cercano a un pequeño lago, viendo a un par de cisnes nadar en él. Luca sonriendo, tomó la mano de la chica y la besó.

-Camille, yo se que puede que seas algo joven, pero…-

Ella volteó a verlo. -¿Pero que, Luca?-

-Tengo unas ganas enormes de pasar el resto de mi vida contigo.- susurró él con una suave sonrisa.

La chica rió, sonrojándose al instante, para luego besar su mejilla. -Y yo pero… ¿crees que mis padres lo acepten?-

Luca se rascó la nuca y suspiró. -Sobre eso, Camille, lo acepten o no, a mi solamente me importa lo que pienses tú.-

La chica sonrió de oreja a oreja. -Ya te dije que eres el único chico en mi corazón, Luca.-

Luca sonrió, apartando un mechón del rostro de ella.

-No me canso de escucharlo, soy tan afortunado de tenerte... -

Ella se recostó contra su hombro, ambos viendo las luces bailar sobre el agua.

-¿Sabes que no hemos pensado?- susurró Camille.

-¿Qué cosa?- inquirió Luca.

-¿Qué pensará Jean sobre nosotros?-

Ambos se quedaron en un silencio incómodo. Aquello era cierto, no habían pensado en el hermano de la chica, quien era el mejor amigo del chico. Jean Paul era un buen muchacho, pero ninguno tenía idea de cómo se tomaría él la unión de ellos dos.

-Esperemos que no le moleste.- susurró ella.

-A mi, en realidad, hermosa, tampoco me importa lo que él piense.- susurró Luca.

Ella frunció el ceño, volteando a verlo. -¿Estarías dispuesto a perder a tu mejor amigo por mí?-

Luca besó su mejilla. -Camille Pierrat, yo estoy dispuesto a perder a todo el mundo por ti.-

Camille no le hizo falta escuchar más para lanzarse sobre los brazos de su amado. El chico la atrapó con una sonrisa y la abrazó con fuerza, acunándola en su pecho, mientras acariciaba su cabello. La chica escuchaba el corazón de Luca latir y sonreía con saber que había encontrado a alguien que la amara tanto.

-¿Lo escuchas?- susurró Luca.

Ella asintió en silencio.

-Late por ti.- murmuró el chico.

Ella sonrió aún más y ambos apretaron el abrazo.

Camille levantó la mirada, y Luca la bajó, y en un parpadeo, unieron sus labios en el más tierno beso. Un beso de amor inocente, puro, gentil, tierno, un beso de amor juvenil, de esos que tienen un encanto sin igual. Un beso mágico. Ambos tenían los ojos cerrados, y mientras más duraba el beso, más se ensanchaba la sonrisa dibujada en los rostros de éstos. Pero ninguno de los dos sabía que alguien los observaba desde una ventana.

Jean, con los brazos cruzados, sonrió viendo la escena.

-Tórtolos enamorados- susurró, entrando de nuevo a la casa.

A Los Pies De Notre DameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora