La pareja regresó a Ciudad de México luego de su viaje que les dejó bastante felices, pero ambos eran líderes importantes y tenían que mantener aún la compostura, Arturo seguía siendo un hombre casado y quería primero divorciarse.
Perdería todos los privilegios que tenía, pero, ¿valía la pena eso con tal de estar con su pareja? Totalmente sí, ese mismo día iría a hablar con su suegro para decirle lo del divorcio y en cierta manera, ponerse de acuerdo para regresarle sus empresas y así.
Arturo iba muy nervioso, un hombre tan imponente como Carlos Slim daba miedo, ese alfa posiblemente imponía más que cualquiera y que el propio Arturo, aunque esto era notable a simple vista.
Cuando Arturo estuvo en la oficina de su suegro, hubo un silencio incómodo pero se necesitaba tocar el tema. Carlos Slim quería que Arturo tuviera la valentía de proponerle aquello.
—Me quiero divorciar. —Empezó aquella conversación Arturo. —Y estoy dispuesto a regresarte todo. No me importa quedarme sin nada.
Slim emitió un "mhm" y siguió esperando a que algo más pasara. Pero no sucedió, así que tuvo que decir algo ante ese silencio incómodo. —¿Es por Rodrigo? —Arturo lo miró sorprendido pero no podía negarlo, menos si Slim ya lo sabía.
El desvío de mirada de Arturo y su silencio no hicieron más que confirmar eso. El mayor suspiró y entonces procedió a organizar unos papels. —Bueno, Arturo. Solamente fírmame unos papeles mañana, ¿está claro? Y pues... sin rencores. —Sí, a Carlos Slim no le gustaba la idea del divorcio pero, ¿qué iba a hacer? Nada, solamente había más imperio para él y poco más, no tuvo problemas en aceptar la desición de Arturo... aunque fuera por un hombre.
—Gracias. —Arturo respondió y finalizaron su encuentro con un apretón de manos. Dicho esto, él salió de esas oficinas y se fue directo a su carro, aunque había una nota dentro de este, Arturo estuvo curioso y la abrió, ¡era de Rodrigo!
Veámonos en esta dirección, te veo en la noche.
Y abajo había un croquis de una calle que Arturo no conoció, pero ya pediría indicaciones para poder llegar, ¡hoy tenía cita con su amante!
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Artigo - Mi omega destinado.
RomansaUn día, Arturo le juró amor eterno a Rodrigo. Ahora, más de cuarenta años después, esos recuerdos vuelven a la mente de ambos, ¿será que ahora sí podrán estar juntos?