Rodrigo Herrera Aspra, de 20 años, despertó.
¿Qué había sido eso?
La gente siempre le decía que se parecía mucho físicamente a un empresario del mismo nombre, pero la verdad es que no creía en eso de las reencarnaciones ni nada por el estilo.
Se levantó y se aseó para ir a la universidad, su mejor amigo Arturo ya le esperaría en la entrada para seguramente ir a tomar un café juntos, así que se apresuró para llegar temprano.
Puntal como siempre, Arturo le esperaba y en compañía de Carlos Bremer, definitivamente ese hombre era el mejor amigo de ambos. Y el que mejores consejos daban.
—¡Carlos, Arturo! No me van a creer, pero creo que tuve recuerdos de mi vida pasada. —Rodrigo habló con emoción mientras se dirigía con sus compañeros a la cafetería.
—¿Y qué soñaste esta vez? —Preguntó Arturo. Carlos Bremer se limitó a escuchar.
—Soñé que moría de tristeza porque mi pareja murió... pero, mi sueño se vuelve borroso después de que termino de escribir una carta. —Rodrigo no podía recordar ningún detalle mas que ese, lo cual era frustrante.
—¿Me vas a decir que la vida te dio otra oportunidad? —Carlos se sorprendió, pero no sabía si creer en ese tipo de temas o no.
—Es probable, no lo descarto. —Rodrigo se echó a reír. —¡Ey! Ya sé que quiero comer, una deliciosa ensalada...
—Tú y tus ensaladas... —Arturo bromeó y también rio, adoraba con eso molestar al menor. —Nunca cambies, Rodrigo.
La vida le dio otra oportunidad a Rodrigo y Arturo. Aquí sí podrán estar juntos.
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Artigo - Mi omega destinado.
RomansaUn día, Arturo le juró amor eterno a Rodrigo. Ahora, más de cuarenta años después, esos recuerdos vuelven a la mente de ambos, ¿será que ahora sí podrán estar juntos?