🍓XXIV🥑

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❝ OMEGA ❞

         
 

― Todos los estudios te han dado bien, Nine.

El omega permaneció con la cabeza gacha mientras su madrastra revisaba los papeles que contenían el resultado del estado de sus signos vitales.

No entendía muy bien el por qué, tampoco le importaba, le parecía muy innecesario todas las visitas al médico, exámenes y estudios que le habían hecho en ese día y medio, sin contar con las declaraciones juradas donde mintió descaradamente a los policías, diciendo que no sabía dónde estaba, que no conocía a sus captores, pero que no le habían hecho nada, que lo habían tratado bien, cosa que se respaldaba por los médicos.

― Nada de indicios de ayuno, ni deshidratación, ni heridas, torturas psicológicas... ―la mujer se paseaba por la habitación lentamente, el sonido que los tacones producían en cada paso molestando a los oídos de Nine―. Todo está correcto.

― ¿Entonces vas a dejar de molestarme? ―respondió, ganándose una mirada oscura por parte de la fémina que no le intimidado en lo absoluto.

― Pero veo que tu actitud de mierda sigue ahí ―la mujer alineó los papeles dentro de una carpeta con brusquedad―. Ya veo por qué te dejaron ir, siempre tan insoportable.

Nine no se contenía en contestarle mal a nadie, muchos de sus pretendientes habían sido testigos de lo grosero que era el omega, algunos se lo tomaban con más gracia, como Joss, y otros no hacían comentarios al respecto, como Benjamín.

Pero esos últimos días en los que había vuelto al mundo real, estaba de peor humor que antes.

Sentía frío todo el tiempo, a pesar de estar utilizando prendas abrigadas y con calefacción en su habitación, se sentía congelarse a morir, además de que su cuerpo parecía debilitarse cada vez más, pasaba casi los días completos en cama.

Nadie se había dado cuenta aún, pero no tenía energías ni para comer, aunque se esforzaba por al menos tragar unos bocados. Comenzaba a sentirse mal al poco rato, a veces terminando en náuseas, lo que se obligaba a parar, y terminaba dejando el resto de la comida.

La última comida que había podido digerir bien fue la poca que había recibido el mismo momento en que llegó a casa de Benjamín, desde entonces, se había mantenido casi únicamente con líquidos.

Hasta Benjamín le comentó que se veía algo pálido, pero él sólo respondió que estaba equivocado, sin atisbos de darle importancia a ese hecho.

Además de sentirse tan enfermo físicamente, su lobo no lo ayudaba.

Quería volver al lado de su alfa, sentir su calor y aroma, que volviera a tocarlo, a besarlo o sólo a escuchar su voz. Intentaba no pensar en ello mucho, porque lo hacía sentir peor.

Su aroma dulce se había apaciguado demasiado, dejando paso a un fuerte olor a tristeza que tenía preocupados a todos en la mansión del joven Brasier.

Nine pensaba que su madrastra también estaba preocupada por él, sólo que lo demostraba con todas las visitas al médico que le hacían hacer, creyendo que le "habían hecho algo" en los días que permaneció desaparecido.

DELTA.{ ∆*JOONGNINE*∆}[--Adaptación--]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora