CAPÍTULO 16. FRÍO.

912 88 14
                                    

Un escalofrío recorrió la espalda de Hermione y un leve rubor cubrió su rostro. Draco estaba nervioso y la veía suplicante. Si acaso medio metro de distancia los separaba.

—Qué me estás queriendo decir... —apenas alcanzó a murmurar por la consternación.

—Poco a poco te has ido metiendo acá en mi corazón, Hermione, tan profundo... que a veces incluso duele. Te pienso por las noches en la soledad de mi habitación; me desvelo en las madrugadas ansioso porque amanezca. Eres el motivo por el que cada día me enfrento a todo el mundo que me desprecia y sufro los fines de semana porque se me hacen eternos cuando no te veo; por eso no quepo en mí de felicidad cuando me pides que trabajemos los sábados. Hermione, estoy enamorado de ti, tanto, pero tanto, que sé que suena a locura. Y a lo mejor sí estoy loco, pero loco por ti. Sé que todo esto te toma por sorpresa y que no sientes lo mismo por mí, pero por favor, dame la oportunidad de acercarme, de conquistarte, de demostrarte que no soy aquel que te humillaba y... bueno, no vale la pena traer esos recuerdos en este momento, pero, te amo, Hermione, te amo... y quiero que me conozcas como realmente soy, pero sobre todo, el hombre que soy cuando estoy contigo. Porque a tu lado, soy mejor persona y sé que seguirías sacando lo mejor de mí cada día...

—Por Merlín... —Hermione se había llevado una mano a la boca y la otra al pecho, como si con eso pudiera evitar que su corazón latiera desbocado. Se sentía incapaz de articular más palabras, tampoco podía quitar su mirada de aquellos grises ojos que parecían que la habían congelado al piso, convirtiéndola en una estatua. Para su pesar, Draco confirmó sus sospechas: ella no estaba ni a años luz de sentir lo mismo que él y, aunque en ese momento deseaba abrazarla y besarla hasta quedarse sin aliento, sabía que eso no ocurriría, no ese día. La muda respuesta de la joven a sus palabras era muy clara, no había que ser mago para adivinarlo. Pese a ello, quería tener una esperanza por primera vez en la vida, quería pensar que eso podía cambiar. Haría lo que fuera por ganarse su corazón, así como ella le había robado el de él. Comprendiendo que debía darle espacio, pero sobre todo tiempo para digiriera todo lo que le había dicho, sin dejar de verla, se alejó unos metros de ella e internamente, se juró ser paciente.

Verlo alejarse de ella, provocó una sensación repentina de frío que erizó nuevamente su piel, cierto tipo de vacío que ahora ocupaba el lugar que había dejado el joven y eso la hizo reaccionar. Cortó la comunicación visual con Draco y por un momento, quiso huir de ese lugar, pero nunca se había visto que Hermione Granger fuera cobarde. Sacando valentía de algún rincón de su ser, decidió quedarse, pero bajó la mirada al piso al tiempo que jugaba con sus manos, denotando lo inquieta que estaba su alma. Mentalmente y en pocos segundos, repitió cada palabra, analizó cada mirada y gesto; pero aún así, no lo podía creer.

En este frío pero a la vez, bochornoso ambiente, los encontró Theo.

En este frío pero a la vez, bochornoso ambiente, los encontró Theo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora