Capítulo 8.

4.6K 617 241
                                        

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


____



— ¡Estoy tan borracho que ni te veo! — la noche había caído demasiado rápido, y nosotros nos encontrábamos alrededor de una fogata, con las últimas latas de cerveza en la mano, la mayor parte del grupo borrachos, Naruto uno de los principales. 

—Hmm, eso puedo ver, primo— dije, al tiempo que le daba otro trago a mi bebida, estaba en la cuerda floja, poco más de alcohol, y terminaría igual que el Uzumaki. 

—Que bueno que no son ustedes los que deben conducir— agregó Itachi, deslizando una mano por su nuca, demasiado cansado para tener que tratar con todos nosotros. 

El día había sido sumamente entretenido, aún más si contamos que Sakura estuvo a punto de ahogarse, por estar tratando de perseguir a Sasuke, mientras éste trataba de evitar que Naruto se fuera más allá de lo prudente en una playa.

Kismae. . . Bueno, se había quedado dormido casi todo el día, dado que es uno de los mayores, y uno de los que más trabaja, imagino que decidió tomarse su día libre y vivirlo a lo grande, descansando. 

Dei no dejó de hacerse fotos conmigo, alegando que debíamos de subirlas, en cuanto llegáramos a casa, para darle envidia a nuestras antiguas parejas, y pues claro que no me pude negar, aunque en la mayor parte de las fotos, estoy a las espaldas del personaje, tratando de que se vea lo menos posible mi cuerpo. 

Tengo buenas curvas, por las que estoy bastante segura que a Kakashi le gustaría deslizarse por ellas, pero a Deidara lo siguen demasiadas personas en sus redes sociales, como para tener un buen par de chicos detrás de mí, una vez subiera una fotografía cuerpo completo en traje de baño, de ambos. 

— ¡Oh, espera! — Naruto se levantó abruptamente, corriendo en dirección a la mesa donde se encontraban todas nuestras cosas, trajo dos fundas consigo —. Venga prima, deja que vea lo que compraste para mí— deposité a un lado mi cerveza, y me giré sobre el tronco en el cual estaba sentada, para poder darle la cara. 

—Color favorito— dije, e inmediatamente extraje de la funda, un pequeño patito de plástico. Naruto, por el otro lado, me mostró una caja de. . . condones. 

— ¡Me encanta! ya tengo un amiguito para que me acompañe siempre que me de baños con sal— ante nuestra mirada incrédula, el rubio simplemente sonrió —. ¿Qué? yo también trato de consentirme— observé la pequeña caja negra, frente a mí.

—Y al parecer quieres que yo me entretenga también— mis mejillas ardieron, al notar para que tamaño de miembro era —. Menudo cerdo eres— a mi alrededor, los demás chicos comenzaron a reír.

Residencia Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora